Ciudad Bizarra

Este espacio nació de ver a un “chavo flexeando”. Una dulce mañana primaveral, un conductor vio por el retrovisor a un motorista de comportamiento curioso. Mientra manejaba, sin manos, sacó una botella de alcohol de 120 ml y con la otra mano lo acercó a la boquilla como si se tratara de infusiones, cerró la botella, la guardó. Luego tomó el waipe y se lo acercó a la boca. Una prueba de que habitamos una ciudad estrafalaria.

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