Joaquín Orellana: un ser habitado por la música stars
Orellana, un universo sonoro.
Este espacio nació de ver a un “chavo flexeando”. Una dulce mañana primaveral, un conductor vio por el retrovisor a un motorista de comportamiento curioso. Mientra manejaba, sin manos, sacó una botella de alcohol de 120 ml y con la otra mano lo acercó a la boquilla como si se tratara de infusiones, cerró la botella, la guardó. Luego tomó el waipe y se lo acercó a la boca. Una prueba de que habitamos una ciudad estrafalaria.
Orellana, un universo sonoro.
Algunos nacieron en Guatemala, otros son hijos de connacionales.
Un poco nebuloso eso de las bolsas de empleo digitales.
Creías que sería como vivir en la película High Fidelity.
Si todo sucede como debería, en enero se estrenarán las nuevas autoridades del país.
En los últimos dos años, en este espacio han surgido lugares que, sin duda, pueden ser del interés de quienes aman los libros.
Dicen que es un hilo, una sinuosa autopista que no tiene fin.
¿Qué platos nacionales sabes preparar?
Papá, novelista, catedrático y periodista, esos son algunos de los rostros de un autor marcado por la figura de su abuelo: Francisco Méndez.
Una elegía a un amigo de trabajo.
“Gracias a la vida, que me ha dado tanto…”
Cada quien hace de su dinero lo que quiere...
El guion de un corto que nunca vio la luz.
Acelerado. Un chubasco pasa por la zona 1 con rumbo a la 18 calle sin apenas cambiar el curso del jolgorio del centro de la ciudad.
Una película que se debe ver una vez en la vida.
Por Gabriel Arana Fuentes
No es la gran cosa, pero entretiene.
Por Gabriel Arana Fuentes