
- Ciudad Bizarra
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Espacio ocupacional, yo lo pago
Estas semanas una persona subió a sus redes la fotografía de su pre-factura en un restaurante que le cobraba “espacio ocupacional” por Q25. No sé si lo pagó o no, pero por lo visto estaba muy inconforme con ello… como los muchos que comentaron la fotografía, alegaron (como siempre) e incluso compartieron la publicación por sentirse “ofendidos” por el cobro.
Dos días después, muchos otros comentaron sobre los precios de la cena con Mirciny Moliviatis en la presentación interactiva de la obra de Van Gogh. “¡Qué descaro cobrar eso!”, “para eso mejor compro mi McDonalds y veo Netflix”, y otras tonteras que denotaron, no solo la ignorancia y falta de educación -conste acá me refiero a que ser educado es tener cultura general y no a saludar cada vez que entran a un lugar- , sino que se nota la envidia y falta de empatía del común guatemalteco.
Dos lugares diferentes, pero con puntos similares. El precio de estar en algún lugar. Y no es el “precio de la fama” con que muchos creen tener contacto, sino el valor monetario que tiene estar en estos lugares.
Cuando cubría eventos me daba cuenta que ciertos “periodistas” digitales hacían de una cafetería o restaurante con WiFi su oficina, también veía vendedores de seguros funerarios e inmobiliarias que se reunían con sus clientes en food courts de centros comerciales comprando solo una agua pura embotellada. El colmo fue ver a una universitaria en McDonald´s del Zapote haciendo su tesis con computadora, impresora y extensión con regleta. Esos, bien se les puede cobrar espacio ocupacional.
No consumen, ocupan un lugar por mucho tiempo y encima, se ofenden. “Es nuestro derecho” dicen los que no saben de responsabilidades. Yo estoy de acuerdo: Si quieres estar acá, consumís, pagás y estamos en paz. Tomate la foto con tu cita, tomale la foto a tu plato para sentirte la única persona en el mundo que ha probado una crepa con fresas y nutella, o tomá tu tiempo para comer y platicar… pero pagá. Ellos te dan lo que quieres y tú les das lo que ellos quieran. ¿No?
Y en el otro lado también. Si tienes el dinero, podés pagarlo y no vas a dejar de comer ni de echarle gasolina al carro para ir a una cena hecha y acompañado de Mirciny Moliviatis, pues dale viaje. La verdad, me alegra mucho. Considero que es una manera que la economía se dinamice y no se estanque. Además, si eso te hace feliz, lo mejor es disfrutarlo en vida…
Pero por favor, no me vengan con eso de que se ofenden porque les cobran o porque es muy caro, porque la mayoría de personas saben que en una economía como la nuestra todo es negocio. Nos guste o no. Yo también me doy cuenta que en nuestro país alegamos por todo. Si lo ofreció, si no lo ofreció, si lo pagó o no lo pagó.
Al final, cada quien es dueño de su dinero y puede hacer lo que quiera con él. ¿O no?