«Me gustan los libros que te llevan a otros mundos»
Byron Quiñonez, foto Juan Sisay © Juan Sisay
Doctor Gonzo

«Me gustan los libros que te llevan a otros mundos»

Al mismo tiempo que las letras, las ilustraciones de las enciclopedias publicadas por Time Life atrajeron la mirada del narrador Byron Quiñónez (Ciudad de Guatemala, 1969). El aspecto gráfico también comanda su afición por los cómics escritos por Frank Miller, Neil Gaiman, Alan Moore y John Wagner.
Dos libros que «olvidó» devolver figuran entre los ejemplares más valiosos de su biblioteca. Acepta las versiones electrónicas para acercarse a los títulos imposibles de conseguir y su obra publicada (El perro en llamas, Aquí siempre es de noche, Fauces y El ángel de la muerte, entre otros títulos) comparte espacio con sus principales referentes como escritor.

¿Cuántos libros tiene tu biblioteca?
Hace años que no los cuento, pero no son ni la mitad de los que quisiera tener. Mi biblioteca parece la de Alejandría, pero después de ser vandalizada por invasores. Hay novelas clásicas, policíacas, de ciencia ficción, fantasía oscura, horror gótico y cósmico, victoriano y moderno, realismo mágico, antologías de horror, de cuento latinoamericano, libros de arte de Taschen, enciclopedias de Time Life, colecciones de Bruguera, revistas Heavy Metal y una cantidad grosera pero nunca suficiente de cómics de Hellboy, Lucifer, Swamp Thing, The Maxx, Spawn, Hellblazer, Fables, Judge Dredd, Sandman, Daredevil, Punisher y Batman, en cuanto a cómics en inglés.
En español están los de la editorial Novaro de México: Turok, Fantomas, Tarzán, Joyas de la Mitología, Leyendas de América, Tomahawk y Cuentos de Misterio, que fueron el pan diario de mi adolescencia y todavía conservo en buen estado. Y no olvidemos los de otras editoriales como Capulina, Chanoc, Hermelinda y Aniceto, que eran un mate de risa y muy bien escritos, a pesar de los temas absurdos que tocaban.

¿Cómo los tenés organizados: por autor, por temas, por áreas lingüísticas o indiscriminadamente?
Los únicos que tengo ordenados por título son los cómics. Los demás están a lo rock and roll, sin discriminar idioma, tema ni autor. Algún día los voy a organizar.

¿Qué criterio seguís para comprar: un criterio racional, la recomendación de un amigo, las críticas que se publican, o te dejás llevar por el impulso?
Una mezcla de criterio racional y recomendaciones de amigos. Por lo general voy de autor en autor, consiguiendo y leyendo todos sus libros, y de ahí al siguiente. A veces compro por impulso, pero nunca porque el libro esté de moda o porque el autor acaba de ser premiado con el Nobel.

¿Qué hacés para controlar la superpoblación, la cantidad excesiva de volúmenes?
Generalmente los conservo, aunque algunos los regalo.

¿Recordás el primer libro que leíste?
Es imposible recordar exactamente cuál fue el primero, porque en mi casa siempre hubo a la mano libros y revistas como National Geographic y Selecciones. Recuerdo que uno de los primeros libros que me regalaron cuando tenía cinco o seis años fue uno de pasta dura tamaño media carta que incluía «El gato con botas» y «Piel de asno», una versión con ilustraciones de acuarela que todavía conservo. Había uno de Hansel y Gretel, que en esa edición se llamaba La casa de chocolate, y el segundo cuento era «Los músicos viajeros». También un libro enorme, de pasta dura, tamaño gaceta, con las historias de Gulliver y «El sastrecillo valiente», con unas ilustraciones alucinantes.
Ya hablando de lecturas largas, básicamente novelas, una de las primeras obras que leí fue El maravilloso viaje de Nils Holgerson, de Selma Lagerlöf, que ahora que lo pienso quedaría muy bien como película animada.
A los diez años ya era todo un vicioso de la palabra escrita por culpa de las enciclopedias de Bruguera y Time Life, que leí de cabo a rabo y tenían unas ilustraciones alucinantes de Charles R. Knight, y por las novelas Pedro Páramo de Juan Rulfo, Drácula de Bram Stoker, Frankenstein de Mary W Shelley, El planeta de los simios de Pierre Boule y Hombres de maíz de Miguel Ángel Asturias. A partir de ahí vinieron Moby Dick de Herman Melville, La máquina del tiempo y La guerra de los mundos, de H. G. Wells, Tom Sawyer, Huckleberry Finn, Alicia en el país de las maravillas, La guerra de las galaxias, El ciclo del hombre lobo de Stephen King, Las minas del rey Salomón de H. R. Haggard, Robinson Crusoe, Guillermo Tell y los relatos de Edgar Allan Poe, los Hermanos Grimm y La calle donde tú vives, de Héctor Gaitán. Ya después, Clive Barker, Lovecraft y Ernesto Sábato amenizaron mi juventud.

¿Cuál es el ejemplar más valioso que poseés?
Por cuestiones puramente sentimentales, porque no son ediciones caras, yo diría que tres: «El gato con botas» por los buenos recuerdos, un Pedro Páramo de portada verde con dos perros fieros, que era de mi padrino, y La máquina del tiempo de H. G. Wells, que perteneció al tío melómano que me guió por los caminos de Black Sabbath, Supertramp, Styx, Alice Cooper, Beatles, Led Zeppelin, Pink Floyd y Grand Funk, entre muchos otros. 
También aprecio mucho dos libros de Asturias que me obsequió el poeta Francisco Morales Santos, de la Colección Archivos: Mulata de tal y Cuentos y leyendas. No sé cuánto costarán pero sí son de lujo, tamaño guía telefónica de las de antes, con ensayos, análisis y apuntes. 

¿Cuál es el libro que más veces has releído?
Los tres que más he releído son Drácula, Hombres de maíz y Pedro Páramo. También he leído varias veces La máquina del tiempo de H. G. Wells, El caso de Charles Dexter Ward, «El horror de Dunwich» y «El modelo de Pickman», de H. P. Lovecraft, El gran espectáculo secreto de Clive Barker, «Informe sobre ciegos», de Ernesto Sábato, Cien años de soledad de García Márquez y La isla a mediodía y otros cuentos, de Cortázar. Me gustan los libros que te llevan a otros mundos. Y como siempre vuelvo a mis favoritos, la lista de pendientes no se acaba nunca. 

¿Qué te hace abandonar la lectura de un libro?
Si un libro no me hace click, lo dejo. La vida es muy corta para perder el tiempo con un libro que no me atrapa. 

¿Qué obra famosa no terminaste de leer?
La Divina Comedia. Como la mayoría de los que no la terminaron, me quedé en el Infierno. 

¿Hay títulos de los cuales tenés más de una edición?
«Informe sobre ciegos» de Ernesto Sábato, Mulata de tal de Miguel Ángel Asturias, Moby Dick y Los mitos de Cthulhu de H.P. Lovecraft, en español y en inglés.

¿Tenés un lugar específico para los libros que escribiste o editaste, eso que podríamos llamar la egoteca?
No, ahí están amontonados entre todos los demás. Están bien cuidados, pero no los tengo en un pedestal de mármol sobre la chimenea.

¿Leés solo libros impresos o también electrónicos?
Con tal de leer, le entro a los dos. Y aunque no hay nada como el ritual de tener un libro en las manos, olerlo y todo eso, tampoco le hago el feo a las versiones digitales de novelas y cómics que ya no se consiguen. La ventaja del libro electrónico es que se puede ajustar el tamaño de letra. Y como ya me estoy quedando choco…

¿Acostumbrás prestar libros a tus amistades?
Antes lo hacía, pero hace años que ya no.

¿Devolvés los libros que te prestan?
Sí pero confieso que de joven, hace miles de años, «se me olvidó» devolver un par, precisamente La máquina del tiempo y Pedro Páramo que pertenecieron a mis tíos cool.

¿Cuáles son tus hábitos de lectura? ¿Tenés un lugar y un horario fijos para leer?
Como soy lector compulsivo aprovecho cualquier rato libre, pero prefiero leer y escribir de noche. 

¿Acostumbrás subrayar y anotar los libros que leés?
Hace muchos años subrayé El lobo estepario, Cien años de soledad, «Informe sobre ciegos» y Así hablaba Zaratustra, pero a mi yo actual no le gusta la idea de andar manchando libros. Es como circular con marcador un cuadro de Monet.

¿Sos monógamo para leer o leés más de un libro a la vez?
A menos que esté leyendo uno que no me deje soltarlo, siempre he sido polígamo. No puedo evitarlo. Fui a terapias de grupo y todo eso, pero…

¿Qué libro estás leyendo ahora?
La autobiografía de Geezer Butler, Into the Void, El acto de los Wayob, de Martín Díaz Valdés, y Abarat de Clive Barker. También estoy releyendo El otoño del patriarca de García Márquez y Hombres de maíz.

¿Con qué personaje literario te gustaría tomar un café?
Con Drácula, en su castillo, para que me cuente la versión extendida. Me estaría arriesgando a parar comiendo moscas y murmurando con voz de Tom Waits, pero sería interesante.

Si pudieras quedarte a vivir en un libro, ¿en cuál lo harías?
Mi yo aventurero pide quedarse a vivir en Drácula o La máquina del tiempo, y mi yo relajado sueña con vivir en la comarca de los hobbits.

Por último, si alguien quisiera iniciarse en la lectura y te pidiese ayuda, ¿qué diez títulos le recomendarías leer?
Aparte de los que ya mencioné:

1 El cartero – Charles Bukowski

2 El Maestro y Margarita – Mijail Bulgakov

3 El libro de la selva – Rudyard Kipling

4 Doce cuentos peregrinos – Gabriel García Márquez

5 El túnel – Ernesto Sábato

6 Narraciones extraordinarias – Edgar Allan Poe 

7 Imajica (1 y 2) - Clive Barker 

8 Un estudio en escarlata - Arthur Conan Doyle

9 Carazamba – Virgilio Rodríguez Macal

10 Crimen y castigo – Fiodor Dostoievsky

 

 

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