Realidad

Tejiste una tela de araña que nos sigue carcomiendo la existencia.

SIN SENTIDO
La noche es terrible. Llevo un tiempo pensando, imaginando, creando sin sentido alguno. Ahí estás tú, seduciéndome con tu imagen y la memoria. Mis manos entumecidas, mis ojos con ganas de cerrarse y mis palabras sin ganas de hacerse oír.

Es una ironía. Regreso cuatro años y cinco meses, vuelvo y me detengo dos años y tres meses después. Me pregunto dónde estarán, qué harán… vaya locura. Y me digo para tranquilizarme que están bien, que ya no sufren, que los quebrantos y las penas mundanas se acabaron, que ya no hay martirio. Como si lo supiera.

El teléfono suena y me sorprende. Es un golpe a mi intranquilidad, pues no encuentro razones para nada.

Quiero ondear mil banderas que no sean mías, que no tengan dueño, hablar por los que no tienen voz, decir por los que tienen miedo, escribir por los que no pueden. Pero, qué significa esto. Nada. En este mundo incongruente, en el que las guerras son el diario vivir. Enormes, pequeñas, medianas. Aquí, allá. ¿Qué puede valer la palabra escrita? Una cosquilla al elefante infernal que nos domina.

El poema que nunca escribí se vuelve irreverente en mi interior, y el que vio la luz, no encontró eco y terminó fulminado como yo.

Pierdo la concentración, no sé qué pasa aquí. No tengopreguntas, y si las tuviera no tendría respuestas. El sin sentido también es una expresión, quizá más coherente que cualquier ensayo prefabricado, o discurso de político con espíritu de salvador y héroe aprovechándose de la política de terror instaurada de mil maneras, por unos pocos, en esta Guatemala de la Asunción. Regreso los años, le hago una marca a las hojas del 22 de mayo y del 11 de marzo para que no vuelva a ocurrirme, para que ellos sepan que aunque se fueron siguen aquí, y que quienes quedamos, tratamos de hacer lo mejor que se pueda, aunque no siempre se pueda.

 

SENTIMIENTOS
No te voy a amar hasta la eternidad, porque no soy eterno; el más mortal de los sentimientos es este, pues se marcha con uno, aunque quien se queda sosiegue su alma pensando que sigue en el mismo lugar. Cuando el frío del existencialista fecunda la idea del soñador, las mieles se vuelven cadenas, vestigios de un egoísmo a ultranza, ramificaciones de la indiferencia total, manos y tentáculos del monstruo que carcome la esencia.

Se transforma la materia y se petrifica como el néctar candente salido de un gigante dormido, cual hijo de la naturaleza parido a gritos. Los sentidos dejan espacio al desenfreno de los mares internos; malditos demonios que nos persiguen, que buscan saciar su insensatez, que agobian, dañan, lastiman, hieren, cortan de tajo la piel, el deseo, la vida, la fe.
Vamos, no me hagas caso, estoy loco, estúpidamente enfermo, azotado por los miedos que todos sentimos y no podemos dejar atrás.

Pero te amo, ya te dije, no me hagas caso. Aunque nos durara un minuto esta efervescencia sabría que es tuya, total, y te la daría como lo hago. Así, sin papel celofán para darle ningún efecto, como se entrega una rosa, de esas que tanto te gustan.

Mira, toma, vive, conquista, sueña, aprieta contra tu vida la mía, que siendo dos, convergen y creen en la eternidad, de esa que no es tal, sino una impresión de nuestro séptimo sentido... No te rías, deja que te vea, que exprima tu ser, entiende, cierra la puerta, alcanza esa estrella, hazla girar a tu alrededor, duerme, descansa, no llores, no ansíes, dame tu mano, enciende la pasión, ahoga mi cuerpo, extiende la vida, estira, si puedes, este minuto. Cierra el libro, pero no leas la última página, no tendría sentido.

REALIDAD
Tejiste una tela de araña que nos sigue carcomiendo la existencia. No hay guerra, dicen. Pero el holocausto se mantiene vigente. Muchos se lanzan al vacío de un mundo mejor, a la boca del monstruo que nos destrozó los ideales.

Y ese gigante sigue pisoteándonos a cada momento. Antes nos echó de nuestras tierras, se entrometió, creo ejércitos que siguen vigentes y sometieron los sueños de ser algo mejor. Hoy lanzan decretos, leyes para limpiar sus espacios, por aquello del terror, ese que ellos siempre han utilizado para sus negocios. Ningún almuerzo es gratis, dicen los economistas.

La realidad es esta, aunque sigan haciéndonos creer que los héroes son aquellos que sometieron con balas y exterminio.

La fruta amarga, aquella que nos describió Eduardo Galeano, sigue siendo amarga. Disfrazamos la falta de orgullo pidiendo prestado, haciéndonos cómplices de los que matan, ahora por el oro negro, firmando convenios. Hoy, los pseudo líderes cantan canciones, levantan la mano, le piden a Dios, no saben hablar, no pueden hacer nada. Siguen vendiendo espejos y muchos, por conveniencia, apoyan tales acciones.

Duele estar consciente, ver la vida que nos dejaron vivir, las opciones que tenemos, son basura. Seguimos siendo seguidores de un imperio inhumano, detestable. De algo hay que vivir, aseguran.

En medio de la vorágine se mueren personas, se desangran los cimientos del desarrollo. Ahora, el visionario debe pedir permiso a los mediocres para poder realizar sus sueños.
No solo las balas cortan de tajo la vida. Hay maneras más sutiles de lograrlo, casi invisibles, pero no por ello menos dolorosas. Yo quiero creer que esta pesadilla alguna vez terminará.

Es justo pedir que nos dejen de jorobar.

Última modificación Domingo, 17 Marzo 2024 11:26
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