Doctor Gonzo

«Procuro terminar los libros y con ello opinar sobre ellos,  todos merecen una oportunidad»

Desde la infancia, los libros son el auxilio y la compañía para la escritora mexicana Asmara Pereyra (Ciudad de México, 1976). Si presta una novela a alguna de sus amistades, le adjunta recomendaciones para motivar la curiosidad del lector y animarlo a que investigue por su cuenta. Cuando regresa el libro que prestó, lo acompaña con otro título para que sea leído por otros ojos. Nunca se le ocurrirá subrayar algún pasaje, lo considera un sacrilegio.  

Asmara es licenciada en creación literaria por la Universidad Autónoma de la Ciudad de México. Formó parte de la resistencia poética que respaldó a la Editorial Praxis cuando fue desalojada a la fuerza del edificio que ocupó en la colonia Doctores, y en agosto de este año presentó su primer libro de poemas, Deuda de fe, en la Casa del Poeta «Ramón López Velarde».

¿Cuántos libros tiene tu biblioteca?
A muy temprana edad, puedo compartir, en casa tuve una biblioteca que pertenecía a mi mamacita, ella tenía un buen gusto por los libros. Juntando esos libros con los que he adquirido al paso de los años, son alrededor de 5 mil libros de diversos géneros y editoriales. Quiero decirte, en nuestro país, es un privilegio contar con un espacio que se le pueda denominar biblioteca en un hogar en el que hay tantas necesidades. 

¿Cómo los tenés organizados: por autor, por temas, por áreas lingüísticas o indiscriminadamente?
Por géneros, y de manera alfabética. Narrativa, cuento o novela, poesía, ensayo académico y literario, dramaturgia. Tengo un librero, exclusivo, con publicaciones de Editorial Praxis y otro en el que tengo ediciones selectas.

¿Qué criterio seguís para comprar: un criterio racional, la recomendación de un amigo, las críticas que se publican, o te dejás llevar por el impulso?
Me gusta curiosear los títulos, empaparme, no me dejo llevar por la portada y jamás leo la contraportada, pero conocer las sugerencias que algunos tienen puede abrir otras expectativas. Otros tantos han sido regalados, muchos de una calidad impresionante; otros, pura paja.

¿Qué hacés para controlar la superpoblación, la cantidad excesiva de volúmenes? 
Obsequio, pero siempre los que me gustan, no los que no me gusten. Si vas a obsequiar algo, que sea algo legítimo, auténtico y que provoque la emoción de abrir otro libro.

¿Recordás el primer libro que leíste?
Era muy pequeña, con apenas seis años de edad, tenía a mi vista libros de derecho, historia, estudios grecolatinos, así que indagaba entre ellos para iniciar mis pininos con la escritura (Mi libro mágico), para viajar con los encantos de la fantasía (Cuentos populares rusos) y para degustar poesía (La novia del Sol, de Rosario Sansores).

¿Cuál es el ejemplar más valioso que poseés?
Uno donde escribió mi madre y los que he escrito, si te refieres a un sentido simbólico. Si te refieres a uno económico, tengo algunos que son primeras ediciones; por supuesto, incluyo a Monterroso.

¿Cuál es el libro que más veces has releído?
Confieso que la Biblia, porque hay una parte que me conmueve mucho, el Cantar de los Cantares, lo mismo que uno de Mónica Lavín, Yo la peor, Skoda, de Olivier Sillig, Cuentos populares rusos, La novia del Sol, Muerte en Venecia, de Thomas Mann.

¿Qué te hace abandonar la lectura de un libro? 
Podría ser la temática, que sea muy predecible la trama, el que tenga demasiada paja para llegar a un punto anticipado, pero procuro terminar los libros y con ello opinar sobre ellos, todos merecen una oportunidad.

¿Qué obra famosa no terminaste de leer?
La Divina Comedia, tal vez, algún día.

¿Hay títulos de los cuales tenés más de una edición?
Sí, varios de Juan Carlos Onetti y Redacción en movimiento, de Carlos López, tengo las cinco ediciones. 

¿Tenés un lugar específico para los libros que escribiste o editaste, eso que podríamos llamar la egoteca?
No, me gusta colocarlos entre los más queridos. Es bueno ubicarlos en los que son importantes dentro de nuestra historia. Ahí permanecen, para abrazarse entre otras letras.

¿Leés sólo libros impresos o también electrónicos?
Me gusta, me fascina, me llena mucho leer el libro en físico, pero hay textos en electrónico que llegan y sí los leo, pero me canso mucho por el medio digital. No es el mismo placer.

¿Acostumbrás prestar libros a tus amistades?
Sí, mucho. No sólo eso, les platico de qué va el libro, los antojo, para que cuando se los presto, puedan abrirlo con apetito lector. Me ocurrió en la línea de emergencias, contarles de un libro, llevárselos, y luego conversar sobre él. Me impacta saber cuál fue su lectura.

¿Devolvés los libros que te prestan?
Claro, además de que obsequio alguno como estímulo, porque los libros deben abrirse en otros ojos y otras mentes.

¿Cuáles son tus hábitos de lectura? ¿Tenés un lugar y un horario fijos para leer?
No, pero hay citas médicas que me permiten avanzar en lecturas de placer, algunos trámites que logran crear una atmósfera para encontrarme con una lectura novedosa. A un lado de mi cama siempre hay libros apilados para esos momentos en los que imploro su auxilio y compañía.

¿Acostumbrás subrayar y anotar los libros que leés? 
Jamás, para mí es un sacrilegio. Hago anotaciones que dejo al interior en un papel reciclado, tarjeta, boleto del autobús, como una nota o recordatorio.

¿Sos monógama para leer o leés más de un libro a la vez?
Soy POLIAMOROSA de los libros, ellos necesitan mis ojos y mis sentidos, ¿cómo sostener sólo unas páginas, cuando hay tanto que quiere ser descubierto?

¿Qué libro estás leyendo ahora?
La canción de los ahogados, Popol Vuh, ya van varias relecturas, la Biblia (ahí encuentro mucho conocimiento y realidad), la Ley de Adquisiciones (no es de placer, es por lo laboral, je, je).

¿Con qué personaje literario te gustaría tomar un café?
Juntacadáveres, de Onetti; con el padre del cuento «El hijo», de Quiroga. Sherezada.

Si pudieras quedarte a vivir en un libro, ¿en cuál lo harías?
En El astillero, de Juan Carlos Onetti, indiscutible. La atmósfera que recrea el autor me genera mucha curiosidad. 

Por último, si alguien quisiera iniciarse en la lectura y te pidiese ayuda, ¿qué diez títulos le recomendarías leer?
Toda la narrativa de Onetti; El obsceno pájaro de la noche; Las mil y una noches; Muerte en Venecia; La metamorfosis; las novelas de Dashiell Hammett; El sonido y la furia; el Antiguo y el Nuevo Testamento; cuentos de Chéjov; Cuentos fríos; Hans Christian Andersen, sus cuentos; Ocho siglos de poesía; Historia del ojo, de Georges Bataille… la lista sigue, porque se debe incluir dramaturgia, periodismo, historia, filosofía. Para abrazar el deleite lector, no hay lectura que se deje pasar. Cualquier pretexto es válido, siempre que estés dispuesto a atreverte.

Gracias por estimular a que alguien más lea.

 

 

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