José Luis Escobar

Roberto Cabrera: “Rompí las reglas del grabado”  

Nota publicada en Julio de 2014 año del fallecimiento del artista.

 

 “No, eso no es lo que hacemos; aquí, se hace esto”, son las palabras que Roberto Cabrera no olvida de su incursión en las técnicas del grabado, pues acto seguido, su compañero de clase en la Escuela Nacional de Artes Plásticas, empezó a borrar el diseño del artista: un par de peces entre algas.  “Lo apodábamos el cabezón Morales y tenía más o menos mi edad”,  dice el maestro Roberto al revivir la época en la que contaba con 14 años de edad y el momento en que sus pescaditos fueron desplazados por un campesino enarbolando un machete, una imagen que además de fines artísticos, cumplía con la propaganda estatal y marcaba en Guatemala el período posterior a la caída de Jacobo Árbenz Guzmán.

“Lo que se estaba viviendo en el arte era un retroceso”, cuenta de ese entonces el maestro Cabrera, quien desde finales de los años 50 y por los próximo 20 años trabajaría con amplitud  el grabado, con un estilo que se rebelaría a los parámetros sociales y políticos impuestos al arte.

“Tiré por la borda todo eso e hice un trabajo pictórico. En el grabado, concretamente, no hice nada tradicional”, recalca el artista que aplicó técnicas de pintura en la creación de las matrices de sus grabados, “usaba el ácido con mucha fuerza sobre las planchas de metal”, dice al reconocer que la identificación con su particular sello fue posible por Enrique De León Cabrera, “un profesor que era muy académico pero que tenía la suficiente capacidad para entender que un joven no tenía que cumplir con la escuela que le habían enseñado a él”.

Aproximadamente 40 de las obras de Roberto Cabrera se exhibirán a partir del 5 de febrero.  La muestra forma parte de las actividades del Segundo Salón Nacional del Grabado (Lea Actividades extras) y rinde homenaje al maestro.

 

Sobreviviendo a las momias

“Acompaño mi trabajo artístico con otras tareas”, resume con modestia Cabrera el resto de sus facetas de la plástica (pintura e instalaciones), los 40 años que impartió cátedra, así como su interés por el estudio de las Humanidades, campo en el cual ha permanecido, desde que en los años 60 empezó a investigar el arte y la cultura del altiplano guatemalteco. Varias de sus obras y publicaciones han encontrado inspiración en esos parajes (Variaciones de un personaje llamado Simón, Maximón, Popol Vuh, Dioses del Chilam Balam, refugiados, conflicto interno).

Desde 1976 el artista e investigador reparte su tiempo y actividades entre Guatemala y Costa Rica, en donde reside su familia. Por más de una década ha trabajado temas ganaderos en esa nación y está próxima una publicación que habla del comercio del ganado en Centroamérica durante el siglo XVII.

Las diferentes aristas en la trayectoria de Roberto Cabrera son un frondoso árbol que germinó a partir de la semilla plantada en la tierra del arte.  Él sabe que ese impulso para traspasar las reglas de su época ha sido clave en las cinco décadas de su carrera. En su experiencia sigue vigente cómo su generación dejó atrás los movimientos de finales del siglo XIX para incorporarse a los que planteaban las segundas vanguardias (posteriores a la Segunda Guerra Mundial), y ahora, ve con el mismo entusiasmo y comprensión los movimientos como el performance o las instalaciones, que son de las actuales expresiones artísticas de los jóvenes.

“Mis compañeros ya no llegaron a eso. No les entró en la cabeza comprender a los más jóvenes y que el arte cambió. Es por eso que dicen: pobrecito el maestro; ya está viejito, nadie lo entiende”. En un sentido figurado, continúa Cabrera, “en nuestro momento también tuvimos que descartar momias. Ya no queríamos hacer paisaje” al no aceptar que muchos de sus contemporáneos no consideren arte a todo lo actual, “pero si uno no cambia se lo lleva candanga, hoy el arte hoy es mas conceptual que técnico”, sostiene el maestro que ya descansa de las cátedras y se centra en las investigaciones.

Su taller tampoco es el mismo, hoy tan sólo una habitación de su hogar lo destina para su estudio de arte, mientras que en el resto de ambientes se ven algunos de sus grabados y muchas de sus pinturas (híbridos de instalación, relieves, intervenciones y pintura). También hay libros por doquier, básicamente de historia, arqueología y etnología.

De retomar su faceta artística como grabador, Cabrera lo haría sin perder su estilo al decir que no necesitaría para ello de una fecha o motivo especial sino de un taller como el que está montando su amigo Rodolfo Abularach, también pintor y grabador. “No haría el grabado tradicional. Yo rompí las reglas del grabado, trabajándolas como hacía con mis pinturas. De iniciar un nuevo proyecto sería uno en un formato muy amplio, del tamaño de las vallas (publicitarias) pues me interesaría que fuera muy urbano”, cita quien en este momento se encuentra “plenamente satisfecho” con las investigaciones.

Actividades extras

El 2o Salón nacional del grabado abre al público el 6 de febrero próximo en el Museo Nacional de Arte Moderno. La noche anterior se realizará la premiación de este certamen cuya primera edición se realizó en 2005.

El evento ha sido dedicado a la trayectoria artística de Roberto Cabrera, de quien podrá apreciarse una exposición, la que estará acompañada por las obras seleccionadas que hayan concurrido al certamen. Además, exhibirán sus obras los artistas Regina Prado de Batres, Alicia Zamora y Jessica Lagunas. Las exposiciones permanecerán abiertas al público hasta el 19 de marzo.

En el Salón nacional del grabado también converge la XII Bienal de Miniaturas Gráficas Luisa Palacios, del Taller de Artistas Gráficos Asociados de Venezuela, TAGA, así como la muestra Dejando huellas: sellos mayas prehispánicos, organizada por el Museo de Arqueología y Etnología.

El jurado para esta edición, patrocinada por Industrias Licoreras de Guatemala, está integrado por los guatemaltecos Moisés Barrios, Aníbal López e Irene Torrebiarte, a quienes se suma Norma Morales, coordinadora artística y maestra impresora del TAGA.

  

 

Vértebra

Junto a Elmar Rojas y Marco Augusto Quiroa, Cabrera fundó el grupo Vértebra, un movimiento de los años 60 que tuvo influencia en la plástica contemporánea.

 

Altiplano

Cabrera desarrolla un proyecto con jóvenes artistas de San Juan Comalapa y Santiago Atitlán, con quienes pronto expondrá en Nueva York.

 

Costa Rica

En la década de 1970 el artista emigra a Costa Rica, en donde vive 20 años y se desarrolla como investigador. Desde 1996 radica en ambos países.

 

Diferentes

Por más de diez años Cabrera ha estudiado a San Simón y Maximón. “La gente tiende a confundirlos, pero son diferentes”, dice el antropólogo. De ambos personajes ha escrito y pintado.

(1 Vote)

Deja un comentario

Asegúrate de ingresar todos los campos marcados con un asterisco (*). No se permite el ingreso de HTML.

  1. Lo más comentado
  2. Tendencias

ELECTRIC HEAD

...

Por Dr. Gonzo / IA

NIN: Clavos de nueve pulgadas

Aquellos jóvenes inconformes e insatisfechos.

Por Álvaro Sánchez

Ese miércoles infernal presencié un mila…

Historias insólitas de ciudad.

Por Gabriel Arana Fuentes

22 AÑOS...

...

Por Rubén Flores

next
prev