¿Qué se hace cuando tiembla?

Contrátenme como alarma sísmica.

Guatemala está en una zona propensa a eventos sísmicos y aún así nos sobresaltamos cada que un temblor nos sorprende de madrugada o es más fuerte de lo normal. La verdad yo sí soy de las que primero va a Twitter a averiguar sí si pasó o solo se me bajó la presión, y luego sigo hablando del tema por dos días. Perdón por ser así.

Tengo que confesar que tengo un “talento oculto”. Desde hace algunos años me pasa que me despierto de madrugada y unos minutos después comienza a temblar. No es que me pase con cada temblor, pero sí sucede seguido.

Al parecer eso me hace más efectiva que algunos de sus perros, que no les “avisaron” a tiempo del sismo de la semana pasada. Me imagino que debe ser porque son perros de casa, porque los de mi barrio sí que estuvieron ladrando desde mucho rato antes.

Mi extrema sensibilidad a los fenómenos meteorológicos, y a la vida en general, me debería hacer apta para trabajar para el Insivumeh. Ya saben, así como Karen Smith (Amanda Seyfried) en Mean Girls, quien podía adivinar que pronto empezaría a llover gracias a sus pechos, jajaja. Pero bueno, supongo que no necesitan una periodista seria, cuando pueden tener como 50 plazas fantasmas.

La verdad es que cada quien reacciona diferente a los temblores. Mi mamá, por ejemplo, tenía 19 años cuando ocurrió el Terremoto de 1976. Como ya trabajaba, se compró una cama matrimonial y durmió en ella ¡casi toda una noche! En la madrugada del 4 de febrero, la sacudida la despertó y ella se levantó para alertar a sus papás y hermanos. Unos segundos después, la pared cayó sobre la cama y la partió en dos. Por cierto, creo que la única canción de Leo Dan que no le gusta es Esa pared.

Desde entonces, con mucha razón creo, mi mamá le tiene un considerable miedo a los temblores. Cada que hay un sismo lo suficientemente fuerte, sus hermanos y amigos le llaman (o me escriben a mí, su asistente personal) para ver si todo está bien. Pues déjenme decirles que el de la semana pasada estuvo tan fuerte, que la casa parecía call center.

En medio del alboroto, mi mamá se recordó que unos días antes, una vecina dijo que hacía mucho frío, justo como cuando fue el terremoto. Primero las dos nos miramos asustadas y luego caímos en la cuenta que también había sido en febrero y en febrero SIEMPRE HACE FRÍO. Entonces nos comenzamos a reír y clausuramos el susto.

La realidad es que no podemos hacer mucho cuando tiembla, excepto calmarnos y ponernos a salvo. Yo trato de mantener el humor y repito “¡Vamos a morir, vamos a morir!”, aunque secretamente espero que no sea así.

Eso de ser la alarma sísmica es muy cansado. Temo que un día vaya temblar y no vaya a tener ganas (o ropa apropiada) para salir de mi cama o mi casa. No entren en pánico, todo tiene solución. Por cierto, “por razones de fuerza mayor” a mi mamá le repusieron la cama que destruyó el terremoto.

(4 Votos)

Deja un comentario

Asegúrate de ingresar todos los campos marcados con un asterisco (*). No se permite el ingreso de HTML.

  1. Lo más comentado
  2. Tendencias

El vacío que Mickey 17 nos obliga a ver

Una película que se debe ver una vez en la vida.

Por Gabriel Arana Fuentes

Vi la saga Final Destination 25 años des…

No es la gran cosa, pero entretiene.

Por Gabriel Arana Fuentes

INTENSIDAD...

...

Por Rubén Flores

next
prev