¿Si no sos bonita, te toca ser chistosa?

Uno de estos días procrastinaba en Tiktok y me encontré con un clip sobre esa etapa en que las niñas nos damos cuenta que tan “lindas” somos comparadas con las demás. Uno de los comentarios atrapó mi atención: “Ser niña promedio nos obliga a desarrollar una fuerte personalidad y un cómico sentido del humor”. Mierda, de todos los idiomas, esa mujer decidió hablar con la verdad.

Puede que las cosas hayan cambiado para las nuevas generaciones, esperaría que sí, pero crecer en los 90 era hacerlo sujeta a ciertos estándares de belleza que aplicaban incluso si eras niña. Todos sabíamos quién era la linda de cada clase, y sino las mismas maestras nos lo hacían saber cuando “elegían” a la virgen María para el Viacrucis. Ni Dios padre se atrevió a tanto.

La realidad es que pese al comentario de la usuaria, no era la primera vez que escuchaba eso de que a la que no es linda le toca ser graciosa. Demonios, yo misma basé mi personalidad en eso. Y miren que hay onvres que se atreven a decir que no tengo talento.

No sé en qué momento empecé a usar el humor a mi favor, pero creo que está íntimamente relacionado con el hecho de pasar papelitos en clase. Al parecer yo contaba los chismes de forma tan ingeniosa que a veces emisora, receptora y mensaje acabamos castigadas afuera del salón.

A partir de allí, ya no supe qué era eso de la corrección y todo empeoró cuando supe que lo que escribía hacía “reír”. Lo pongo entre comillas porque en principio no era esa la intención. Al parecer solo hace falta que me pongan en una situación estresante, como un deadline o un vuelo turbulento, para que yo empiece a decir/escribir barbaridades.

Mil y un veces he leído que las mujeres quieren hombres que las hagan reír, pero no sabría decirles si a los hombres les pasa igual; es decir si les gustan las mujeres con “sentido del humor”. En todo caso creo que sí, pero no para siempre.

También están los que creen que todo va a ser risas 24x7. Muy jiji jajaja, pero en cuanto ven un mínimo de seriedad dan un paso atrás. No sé, si lo hiciera solo por la aprobación masculina le daría más vueltas al asunto, pero ellos son solo un segmento del mercado.

Por cierto, esta no es la columna de una pobre niñita quejándose de la sociedad en la que creció. Bueno de alguna forma sí, porque no está bien que los “adultos” a tu alrededor definan qué es bonito y que no; eviten hacerlo si tienen niños a su cargo.

En todo caso, si la vida te da limones, haz limonada. Si la infancia te dio traumas, escribe.