Doctor Gonzo

«Ahora llevamos una bitácora de los préstamos  y ya no presto a cualquier amigo o conocido»

Al leerse esta presentación, la obra del poeta mexicano Balam Rodrigo (Villa Comaltitlán, región del Soconusco, estado de Chiapas, 1974) se acerca a los 50 títulos con la inclusión de reediciones, antologías y traducciones al inglés. 

Según la reseña biográfica publicada en Migratio 50. Cinco décadas de Balam Rodrigo, ejerció los oficios de vendedor callejero, jugador de futbol, predicador interino en una iglesia evangélica, colector de fósiles, jardinero y barista de cafetería, entre otros.

Aparta varios ejemplares de sus obras publicadas para legarlos a sus dos hijos y su demás familia. Cuenta con su propia grafía a lápiz para marcar los párrafos que le interesan en cada página que lee, y los libros acerca de Centroamérica ocupan sitio prominente en su biblioteca.

¿Cuántos libros tiene tu biblioteca?
Alrededor de 15,000 volúmenes.

¿Cómo los tenés organizados: por autor, por temas, por áreas lingüísticas o indiscriminadamente?
Mi esposa es, en parte, la bibliotecaria. Ella los organizó por género literario (cuento, ensayo, novela, poesía) y en orden alfabético, pero también tenemos algunas colecciones de acuerdo a áreas temática o de nuestro interés particular: literatura, antropología, religiones, ciencias, biología, libros de Chiapas/Centroamérica, y otros grupos más específicos.

¿Qué criterio seguís para comprar: un criterio racional, la recomendación de un amigo, las críticas que se publican, o te dejás llevar por el impulso?
Principalmente un criterio racional. Nunca, o difícilmente, compro libros de reciente publicación, tampoco sigo recomendación alguna, menos las de los premios Nobel y muchísimo menos las «novedades». Más allá del impulso mercantil, sigo incluso un pulso ético y el que me dicta el placer lector y el interés que me van marcando otros libros, otras áreas del conocimiento (leo considerable cantidad de libros de ciencias exactas). 

¿Qué hacés para controlar la superpoblación, la cantidad excesiva de volúmenes?
Dono, intercambio y vendo aquellos libros repetidos, los que me obsequian las instituciones en eventos, los que no son de mi interés y también me deshago de aquellos que sé que no leeré nunca. 

¿Recordás el primer libro que leíste?
Sí, el primer libro completo que leí fue La vida inútil de Pito Pérez de José Rubén Romero, a los 7 años.

¿Cuál es el ejemplar más valioso que poseés?
Son varios, tengo primeras ediciones de varios escritores y escritoras, por ejemplo, Serenidad de Amado Nervo, publicada por la editorial Renacimiento en 1914. Cuento con primeras ediciones principalmente de poetas chiapanecos, mexicanos e iberoamericanos, algunas de ellas firmadas por los autores. Asimismo, tengo varios libros firmados y dedicados por grandes autoras y autores que ya fallecieron, lo que les da a esos libros un enorme valor sentimental.

¿Cuál es el libro que más veces has releído?
Varios libros de la Biblia (versión 1960, traducción de Casiodoro de Reina y Cipriano de Valera), Pedro Páramo de Juan Rulfo, La vida inútil de Pito Pérez de José Rubén Romero y Perito en lunas de Miguel Hernández.

¿Qué te hace abandonar la lectura de un libro? 
El que no me cause placer o cuya medianía o mediocridad me decepcione.

¿Qué obra famosa no terminaste de leer?
El nombre de la rosa, de Umberto Eco. 

¿Hay títulos de los cuales tenés más de una edición?
Cuento con más de una edición de varias y varios autores. Entre ellos, por supuesto, La vida inútil de Pito Pérez de José Rubén Romero y Pedro Páramo de Juan Rulfo, pero también de una considerable cantidad de poetas y ensayistas.

¿Tenés un lugar específico para los libros que escribiste o editaste, eso que podríamos llamar la egoteca?
Sí, cuento con un estante dedicado únicamente a los libros que he publicado de manera individual y en los que mi obra está antologada. De hecho, guardo 5 ejemplares de cada título individual publicado y 2-3 de las antologías. La idea es que, a futuro, cada uno de mis dos hijos cuente con una colección completa de mis libros; otra será para mi familia (madre, hermanos, sobrinos); las dos restantes las destinaré a un par de instituciones o universidades que, en el futuro, quiera conservar o resguardar esas colecciones, y que las personas interesadas puedan consultarlos.

¿Leés solo libros impresos o también electrónicos?
99% de los libros que leo son impresos, el porcentaje restante corresponde, en primer lugar, a artículos electrónicos y en segundo, a libros electrónicos.

¿Acostumbrás prestar libros a tus amistades?
Antes prestaba libremente muchos de mis libros para consulta o lectura de las amistades. Cuando mi esposa y yo nos casamos, caímos en cuenta de que los amigos no me devolvieron 98 libros. Así que ahora llevamos una bitácora de los préstamos y ya no presto a cualquier amigo o conocido. Excepto a investigadores o amistades realmente cercanas que sabemos que nos devolverán los libros. 

¿Devolvés los libros que te prestan?
Siempre; además, rara vez pido un libro prestado, excepto para realizar alguna consulta o investigación y tengo una lista de esos libros (son cuatro los que me han prestado, los cuales sigo consultando para escribir un ensayo). Por otra parte, tengo un par de libros que ya no devolveré: será una suerte de intercambio, pues quienes me prestaron esos libros nunca me devolvieron los que yo les presté. 

¿Cuáles son tus hábitos de lectura? ¿Tenés un lugar y un horario fijos para leer?
Leo en distintos horarios a lo largo de todo el día y todos los días. Es muy raro el día que no lea, y no importa si es de mañana, tarde, noche o madrugada. Es más, en ocasiones me despierto en la medianoche o en la madrugada e incitado por algún sueño o idea, dejo la cama y voy al estudio-biblioteca a leer.

¿Acostumbrás subrayar y anotar los libros que leés?
Siempre señalo con lápiz las erratas que encuentro en los libros, y sí, escribo anotaciones y subrayo, también con lápiz, algunas líneas y párrafos sugerentes o relevantes, sobre todo si estoy leyendo libros para una investigación o ensayo, pero también señalo con un sistema muy particular o personal (basado en asteriscos, ciertas formas geométricas y otras grafías) los versos, líneas, párrafos o páginas que más me gustan o interesan. Eso me facilita una próxima consulta o relectura. 

¿Sos monógamo para leer o leés más de un libro a la vez?
Leo más de un libro a la vez, de distintos «géneros» y áreas del conocimiento o la literatura. Lo mismo leo un libro sobre teología, que otro sobre antropología o genética, al tiempo que disfruto de la lectura de más libros de ensayo, poesía, cuento o novela. 

¿Qué libro estás leyendo ahora?
Leo y releo cinco libros de poesía de Eduardo Chirinos; tres libros de poesía de Carlos Cociña; tres libros de poesía de Silvia Tomasa Rivera; un libro de poesía de Oswaldo Chanove, otro de Daniel Rounds y uno más —reciente— de Yelitza Ruíz; los libros de ensayo Algo elemental de Eliot Weinberger, El silencio de los animales de John Gray, Los dos nacimientos de Dionisio de Robert Graves y Lo abierto. El hombre y el animal de Giorgio Agamben; releo Breve historia del fracaso, libro de cuentos de Fátima Villalta; así como Central American Migrations in the Twenty-First Century (editado por Mauricio Espinoza y otros), Nudos como estrellas. El ABC de la imaginación ecológica en nuestras Américas de Roberto Forns Broggi, La flecha y el ciclo del tiempo. Mito y metáfora en el descubrimiento del tiempo geológico de Stephen Jay Gould y Fieras familiares de Andrés Cota Hiriart. Estos son algunos de los libros que estaré leyendo en este par de semanas.

¿Con qué personaje literario te gustaría tomar un café?
Con mi paisana Rosario Castellanos, aunque no sé si le gustaba el café. Me gustaría platicar con ella largamente sobre literatura y degustar un buen café del Soconusco o de Guatemala —café centroamericano, vaya— acompañado con una cazueleja de San Cristóbal. Quisiera hacerle muchas preguntas, algunas quizá incómodas, pero el café con pan siempre ayuda a atenuar y limar asperezas.  

Si pudieras quedarte a vivir en un libro, ¿en cuál lo harías?
En Veinte mil leguas de viaje submarino de Julio Verne.

Por último, si alguien quisiera iniciarse en la lectura y te pidiese ayuda, ¿qué diez títulos le recomendarías leer?
La Biblia, Pedro Páramo, Cien años de soledad, Poemas de la izquierda erótica, Veinte mil leguas de viaje submarino, El niño de arena, Popol Wuj y El extranjero.

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