Mi versión de ¿Dónde están los ladrones?

Debió ser a principios de 1999 cuando mi mamá llevó a casa el CD original de ¿Dónde están los ladrones?, de Shakira. En la portada, la colombiana con su melena oscura y unas trencitas rosadas. 

Yo tenía 9 años y claro que sabía quién era Shakira. Los videos de Pies descalzos y Se quiere, se mata eran habituales en el canal 31 todo “granizado”, al igual que esa nueva etapa con Ciega sordomuda e Inevitable. 

La música siempre ha sido importante en mi familia. Mi mamá dice que cuando era bebé me ponía temas de #Mozart y #Beethoven, pero yo tengo más presente a mi abuelito tocando canciones de Antonio Aguilar en la guitarra, o los musicales de Siempre en domingo con Garibaldi o Ana Bárbara. Perdón mamá, por mi vida loca. 

¿Dónde están los ladrones? llegó a mi vida en un momento clave: después de #Kabah y #OV7 y antes de #BackstreetBoys y #BritneySpears. Sé que mi mamá lo compró para escuchar Inevitable en loop, pero mientras ella no estaba yo ponía del tema 1 al 11 con el librillo rosa en mano. 

¿Qué buscaba una niña de 9 años en esas letras? No sé, supongo que solo era curiosidad de saber más del mundo. Recuerdo que una de mis canciones favoritas era No creo, en la que mencionaba a Carlos Marx y Jean Paul Sartre. Como no tenía idea de quiénes eran los señores, los busqué en las enciclopedias. Aunque si me lo preguntas, te diré que Shakira me los presentó. 

Por ese tiempo yo también empezaba mi amistad con Ana Karen, quien además de ser mi compañera de clases era mi vecina. Cualquier excusa era buena para hacer trabajos en mi casa, ver la telenovela #Soñadoras y, por supuesto, escuchar y cantar las canciones de ese disco. 

Hace unas semanas ¿Dónde están los ladrones? cumplió 25 años, y esa fue mi excusa para darle play en Spotify. Solo puedo decirles que llegué a la conclusión de que Guatemala fue creada en el Octavo Día. No tengo pruebas ni tampoco dudas. 

El CD que mi mamá compró fue robado hace algunos años, tal vez para hacerle honor a su nombre. En todo caso, cada vez que nos acordamos, mi mamá, Ana Karen y yo le lanzamos una maldición al perpetrador. 

Yo no les voy a salir con el cuento de que la antigua Shakira era “mejor”. No soy crítica musical, solo me guío por lo que la música me hace sentir y los momentos a los que me transporta. Mi mamá, mi amiga y claro está, yo, en el último cuarto de la casa, haciendo la coreografía de Ojos así. Jajá.