¿Son los fuckboys tan malos como los pintan?

Viernes, 21:15h, una notificación de Telegram hace vibrar mi muñeca. Me pregunto quién podrá ser, aunque solo como anécdota porque sé perfectamente que es P. o, como lo guardé en mis contactos: el “Ciber fuckboy”. A partir de allí comienza un ritual de saludos de hueva (“Hola, mi linda”), que invariablemente lo llevan a decir que se muere de ganas de verme, que ya pongamos un día de la otra semana, pero que mientras tanto le mande una nude. Ay LOL, amigo.

Los fuckboys, esos especímenes que fingen interés y amabilidad con tal de llevarte a cama o sacarte una nude, han existido desde siempre. De hecho, creo que son tan antiguos que a los fuckboys antes solo les llamábamos “hombres”. Sin embargo, ha sido gracias a las redes sociales que el término fuckboy ha adquirido notoriedad y hasta existen hilos de Twitter, artículos de revista y episodios de podcast dedicados a “reconocer” y/o “evitar” a esta clase de tipos. En mi opinión, los fuckboys son el resultado de una sociedad que no está acostumbrada a hacer/escuchar propuestas directas.

Siendo honestas, todas nos hemos cruzado con AL MENOS alguna “raza” de fuckboy. Nada de que avergonzarnos, amigas.

¿Recuerdas aquel tipo de pelo largo que te “escribió” una canción, pero que a los dos días de que cogieron se la estaba cantando a otra mujer en la banca del parque?

Fuckboy.

¿Aquel que solo te escribe cerca de la medianoche para ver si te puede ir a visitar?

Fuckboy.

¿Aquel que decía estar muy interesado en ti, pero al minuto que le dijiste que no querías tener sexo con él se enojó y hasta te insultó?

Obvio que Fuckboy también.

Seas hombre o mujer, no tiene nada malo de estar en una etapa en la que solo querés sexo. El problema está en engañar, en hacerle creer a alguien, especialmente a quienes creen en el amor romántico, que estás enamorado o quieres tener una relación. De nuevo, culpo a la sociedad por esto. A las mujeres se nos enseñó que los hombres solo quieren sexo y que por eso hay “hay que darse a respetar”, aún a costa de nuestros propios deseos y placer. Mientras que a los hombres se les enseñó EXACTAMENTE LO MISMO, y por eso creen que si no dicen palabras “bonitas” y mentirosas nos iremos a la cama con ellos.

En el caso de P., a quien conozco en persona pero no veo desde hace años, me di cuenta que era fuckboy cuando en medio del sexting y el intercambio de nudes me dijo que “ahora sí, la próxima semana deberíamos vernos”, para luego desaparecer por 15 días. En otras circunstancias no le hubiera vuelto a responder los mensajes, pero algunas noches de pandemia son aburridas. Además, soy buena escribiendo y una charla sucia no se le niega a alguien que está así de bien, porque, honestamente, P. está muuuy bien.

Me da mucho morbo ver hasta donde llega la narrativa de P. ¿Vernos en persona? Eso es lo que él quiere que yo crea, pero a estas alturas sé que no pasará. Por eso es que creo que los fuckboys no son totalmente malos, solo hay que ser más astutas y verlos como un rato de diversión, como mero entretenimiento, y no como un prospecto sentimental. Pero bueno, hay de fuckboys a fuckboys, porque así como los hay medio inofensivos, como el Ciber, los hay más descarados, como el que te dice que te quiere ver “ahora” pero no te paga el Uber, o más asquerosos, como el que dice que no cree en compromisos pero TÚ eres poesía... Amiga, eres arte... 

Ahora, ¿qué pasaría si a nosotras nos diera por ser fuckgirls? Es decir, hacerle creer a un hombre que estamos interesadas sentimentalmente en él solo para coger. No sé, seguro que hay fuckgirls por allí, pero siento que algo en nuestro ADN nos impide mentir tan descaradamente solo por un acostón (por más bueno que sea). A mí me daría pereza, la verdad, pero talvez sea porque ya crucé la línea de los 30, y ya no estoy para jueguitos.

Con todo esto en mente, creo que todos podríamos coexistir mejor en este planeta si dijéramos lo que realmente queremos: S-E-X-O. Es una necesidad humana al fin y al cabo, y una vez sea consensuada todo bien. Talvez solo así podremos erradicar esa especie-plaga denominada Fuckboy. Porque bueno, no son malos, solo empiezan a dar pereza.