¿Qué es lo más cerdo que harías en la cama?

Hablar de sexo es un trabajo sucio, pero alguien tiene que hacerlo.

Hace unas semanas estaba con unos amigos de esos con los que puedo hablar de muchas cosas sin sentirme juzgada. Obviamente acabamos hablando de sexo y se me hizo la pregunta: “¿Qué es lo más sucio que harías en la cama?”.

Según yo, lo “sucio” es relativo, porque lo que para unos puede ser súper kinky, para mí puede no serlo, y viceversa. Supongo que tiene que ver con quienes somos y con las cosas que nos excitan.

Un error común es creer que una persona es así o asa en la cama, por cómo se ve en el exterior. Ya lo dijo nuestro gran Bad Bunny “Ella es callaíta, pero para el sexo es atrevida”. Caras vemos y gustos no sabemos. También conozco gente que se describe como “open mind”, pero nunca le haría sexo oral a su novio.

El dormitorio es un lugar para experimentar y, muchas veces, para dejar de lado quienes somos de “día”. Por ejemplo, pocos tomamos bien eso de recibir órdenes 24x7, pero tal vez sí nos guste jugar a la sumisa en la cama.

Algo “cerdo” en la cama puede ir desde hablar sucio hasta “hacerlo” en un lugar público o donde puedas ser atrapado. Introducir esta clase de fantasías en la relación también puede volver a encender la pasión en parejas que ya llevan algún tiempo juntas.

Es importante que si alguien, nuestra pareja o una amistad, nos cuenta una fantasía, la escuchemos sin juzgar. Y se los digo porque en el pasado, hace muchos años ya, yo sí sentí una mala mirada al decir algo en voz alta.

Aunque creo que ya lo había mencionado en alguna de las columnas de masturbación, una buena forma de saber qué te prende es ver porno. La comunicación con tu pareja también es clave si es que realmente quieres concretar una fantasía.

Es importante que si vas a “ayudar” a alguien a cumplir su fantasía, las dos partes la pasen bien. Por ejemplo, hay gente a la que le gustan las “Golden shower” (si no saben qué es, busquen en Google), pero no todos nos sentimos cómodos recibiendo pipí. Ya saben, en cuestión de fluidos, los justos, porque una es una chica conservadora.

En el sexo, los límites los pone nuestra propia personalidad. Es divertido interpretar un papel o ser alguien más por un rato. De nuevo, nada de malo, siempre y cuando sea consensuado, y ocurra entre dos mayores de edad.

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