
- Gonzo²
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Cumplí 40 años y ya aprendí a tomarme las cosas con calma
Creo ahora que la vida es esa carretera sin meta de curvas sinuosas con rótulos de “un día a la vez” que solo a veces se ven en la oscuridad, y quiero creer que ese mi mantra aunque a veces lo olvido.
La vida no es una playa con un mar tranquilo, pero intento navegar con habilidad, como Simbad. Debo decir que llegué a los 40 años y me enojé un poco por no tener claro el significado de casi nada. De niño pensé que los adultos de esta edad sabían lo que hacían, pero ahora sé que solo actúan. Por fuera parecemos adultos que pagan impuestos, pero por dentro somos niños perdidos en el pantano de la duda que nos produce la experiencia.
¡Ah, los sueños de la primera juventud!, los propios y ajenos, enérgicos como un alfaque que quiere tragarte. Con los míos tengo la justificación del dinero, es mi excusa, pero con los demás tengo esta hipótesis. Creo que solo ignoran sus sueños como el elefante blanco de la habitación. Además ya no se tiene la energía de los 20 para perseguir los sueños, se esfuma, aceptás que hay cosas que ya no harás: "¿Viajar a India de mochilero?, no, no lo creo", no dormiría en el suelo por nada del mundo.
Sí evitas los hijos el reto es mayor, porque sos tus propios padres, te tenés que dar las palmadas solo y a cada rato, los hijos te ayudan a ignorar eso, es lo que he visto. La salud, propia y ajena, es otro tema que aparece y cobra mucha importancia. Cuando escuchas que tu amigo es hipertenso, que tiene una masa desconocida en los pulmones o que los lípidos los tiene altos, sabés que la salud ya no es un juego. Otra arista: los papás de tu generación empiezan a morir.
En cambio, tener hijos es resetearse. O eso es lo que entiendo a partir de la observación. Creo que te dan la energía que necesitás para procurarles una mejor vida que la tuya, así tenés todo para poder vivir a través de ellos, trabajás como perro por ellos. "El nene sí va a estudiar afuera, lo mandaré becado, le ayudaré"... Hace 25 años escuché a la misma persona... "No tendré hijos porque iré a estudiar fuera". Y así es, lo digo desde la observación, ¿quién puede decir que es fiel a su yo de los 17 años? Otra cosa que aprendí es que llegar a los 40 también es ver que la gente solo busca ser escuchada. Supongo que por eso escribimos. Demo mencionar un pero a la paternidad, los papás de mi generación se creen moralmente superiores, y no, no lo son. Los peores son los infanto céntricos, todo debe girar en beneficio de los niños, y no, todos somos igual de importantes.
La vida puede ser un tremendo hastío pero creo que pasa si no encontrás un propósito que le dé sentido a tus días. Quizá la búsqueda en sí misma es lo que te permite pasar los días sin darte cuenta. Creo también que mucho tiene que ver en la sencillez y simplicidad de esa búsqueda. Si uno se enfoca en la superficie de la vida, en objetos, en la materia, en tener, quizá eso haga más complicado el vivir. Creo que lo esencial puede ser el aprendizaje que te da las relaciones que mantenés con los demás. Creo que de todos se aprende de todo.
¿Aunque claro, quién quiere vivir mal? Nadie, pero aferrarse a la búsqueda de un estilo de vida fastuoso puede carcomer el alma. A veces pongo este ejemplo. El mejor café de mi vida fue una taza de café soluble, de la peor calidad, en otra condición no lo bebería. Pero esa vez había caminado 30 kilómetros bajo la lluvia, estaba enlodado, era de noche en medio de la selva y llegamos a un campamento en el que una señora nos recibió con ese café. Fue una ambrosía, no olvido la sensación.
Digo ser, aunque no siempre lo cumpla, una especie de profeta o pregonero de la búsqueda del equilibrio entre lo que tengo a mi alcance, lo que depende de mí y lo que no. No niego que despertar cada día puede ser una lucha contra sí mismo, contra la sociedad, y a veces contra remordimientos rancios o anhelos intoxicantes que no llegarán, pero solo es por momentos. Es vital reconocerte como alguien que ya no es joven. Es un poco tierno eso del alma joven, podés sentirte joven, pero tu cuerpo te dice lo contrario. Estás entre jóvenes de 20 años y no entendés sus dinámicas, solo los estudias. Intentar seguir su paso es un poco triste, y te lo hacen ver.
Reconocés que el mundo es una máquina de carreras, siempre en movimiento y avanza a un ritmo vertiginoso. Si no podés seguir el ritmo, te arrastra y te despedaza. La opresión de tener un trabajo que te asfixia, que te roba la vida o de no tener ninguno, es como tener una serpiente venenosa aferrada a tu cuello, y no siempre podés liberarte de su agarre, al menor movimiento aprieta más.
Sabés que el sistema te venció, pero todavía luchás por ser un renegado en su mundo, uno con pequeñas victorias, pero vitales, para continuar. Comprendés por qué los hobbies de tu juventud son como una tabla de salvación en un mar embravecido. Coleccionás rarezas como un cazador de trofeos, escuchás música que te transporta a otro universo y te sumergís en el arte como en un pozo profundo, es un abismo de salvación. Cualquier cosa que te permita olvidar que el mundo no te necesita, y nunca lo hizo. El mundo adora la innovación y la juventud, pero a menudo estas dos cosas distan de sí. Los que logran conjugarlas, son bendecidos por los dioses, por tanto escasos, pero sabemos que la mayoría de las veces no es fácil.
A medida que los días se te escapan, descubrís que el mundo es un laberinto de jaulas y muros, pero que podés encontrar tu propia libertad y emancipación dentro de esos confines; en la mente todos somos libres. Quizás el error sea buscar una vida de absolutos. Durante años, me enfoqué en alimentar el monstruo de mi carrera y satisfacer solo esa bestia, crecía y me enorgullecía. Ahora, a través del espejo, me doy cuenta de que no me llevó a ninguna parte, no reniego de ello, pero es un callejón sin salida. El mercado laboral me recuerda con cada búsqueda que la Inteligencia Artificial tomará el timón del mercado: gracias por nada. Tomo a la bestia y que muera de inanición, ya comió demasiado.
También hay cosas que vienen y van a esta edad. Los fantasmas de los remordimientos pueden ser un fastidio, te rasgan la nuca cuando menos lo esperás. Habías llegado a un acuerdo con el pasado, pero a veces no es así. Los lamentos por las oportunidades perdidas y la furia por no tener una segunda oportunidad que pensabas merecer, pueden ser una carga, pero van y vienen, son efímeros. Sabes que pasarán.
La inquietud del futuro es un leviatán que se esconde en la penumbra de las aguas que crees tranquilas, está listo para emerger sobre vos cuando menos lo esperás, toca reaccionar, llevás 40 años en entrenamiento en ese ring. Aunque te hayas resignado a no controlar tu destino, la incertidumbre siempre está agazapada en la sombra, espera por su oportunidad. Querés que la vida tenga una garantía, pero sabés que no hay nada seguro en este mundo, y te repetís esa verdad para no perder la calma. Pero a veces, la ansiedad se te filtra y te roba la paz. Así es como vivimos, con miedo pero con el aprendizaje que te dejan las cicatrices de tus cagadas, de vez en cuando esperas un rayo de esperanza aunque te inquieta que lo peor aparezca en el rabillo del ojo.
También hay momentos en que sacás las garras y te rebelás contra el destino, pero siempre te dura poco. Somos como animales domesticados que recuerdan brevemente su instinto salvaje. Recordás que eras un semental salvaje al galope a la conquista del atardecer, "no importa si no llegamos al horizonte, la meta es avanzar". De pronto algo te frena, es el rugido de un auto en el tráfico de hora pico, algo que te devuelve a la realidad. Pero garantizo que no es como estar atrapado en un laberinto sin salida. Siempre hay una curva por la que doblar, algo que te hace sentir vivo de nuevo en la siguiente encrucijada.
Si tuviera que hacer una lista de lo que considero que todo hombre debería hacer antes de llegar a los 40 es:
Enfrentar a los demonios que te aterran, de lo contrario, crecerán y te perseguirán implacablemente y te vencerán.
Aprender a amarte y aceptarte, incluso si es diferente a lo que otros esperan de vos o de cómo debería ser según ellos. Descubrirás cosas nuevas sobre vos mismo, y esas cosas te darán fuerza en momentos de debilidad.
Establecer metas realistas y alcanzables, detesto decir que la vida es un viaje y no una carrera, pero si sabés una mejor metáfora, contame. Mantené tu cuerpo y mente en buen estado y aprovecha al máximo tus oportunidades, los excesos pueden joder, no abuses de ellos.
Cultivar relaciones significativas. Siempre hay personas que te apoyan y te desafían, y hacé lo mismo por ellos. Eso es construir conocimiento, no intentés convencer, da tus argumentos y sentite satisfecho, aprendé todo lo que podás.
Perdonate y a los demás, el rencor solo te pesará y te detendrá. Deja ir el pasado y céntrate en el presente. Solo los semovientes están hechos para avanzar con carga.
Encontrá tu verdadero propósito. No tengas miedo de probar cosas nuevas y encontrar lo que te apasiona realmente. Viví una vida plena y significativa por medio de la exploración. La mojigatería puede ser perversa para tu mente y corazón.
Cuida de tu salud, yo no estás para tirar pary a lo loco. Tu cuerpo es un equipo que debes mantener en buenas condiciones. Toma el tiempo para cuidar de vos mismo, creéme, me lo digo cada mañana aunque a veces tengo mis recaídas.
Mantené el enfoque en el presente y en lo que podés hacer en él para mejorar tu futuro. Aceptá tu entorno y las circunstancias que te rodean, para que podás avanzar sin mirar atrás.
Supongo que eso es lo que he aprendido, pero podría estar equivocado. ¿Quién tiene la receta de la vida? Todo lo que podés hacer es no dejar de avanzar pero a tu ritmo, estar atento a lo que venga, nadie lo hará por vos.
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