
- Gonzo²
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¿Cómo nos ven los guatemaltecos que viven afuera?
Ayer, 30 de junio de 2020, ocurrió la tercera protesta automovilística en contra de las restricciones del Gobierno de Guatemala, que pretenden evitar la propagación del Covid-19 en el país. Desconozco si ocurre en otras latitudes este tipo de acciones, pero estas características de Guatemágica te hacen meditar. Se sabe que hasta el lunes, en Guatemala había 17,409 casos registrados, de los cuales 13,491 siguen activos, y para concluir, 746 no superaron la enfermedad (más los que faltan), pese a llevar más de 100 días entre restricción y restricción.
Entiendo que con estas protestas se busca presionar al Gobierno para que se retiren las medidas de confinamiento, y aunque creo entender el fin de la protesta, hay un frase que cada vez cobra más sentido y se escucha cada vez más recio entre nosotros, resuena más que las protestas del Obelisco:
El Coronavirus es falso hasta que los números se convierten en personas que conocés.
El Covid-19 pone a prueba el pensamiento mágico guatemalteco, por eso digo que somos Guatemágica. Porque pese a la evidencia, la nula dimensión de la enfermedad más la escasa otredad en el país, hace que debamos preguntarnos qué somos.
Tomemos las noticias nacionales que más han sonado. Noticias reales, no los payasos de redes sociales que buscan manipular la opinión pública. Parto de estas noticias:
• el abuelo maya incinerado (y otro conato de hace unos días);
• las protestas para levantar restricciones,
• el auto que casi se estrella en la Hincapié por hacer carreritas,
• y la guinda, la fiesta clandestino-privada en O3, la que todo indica que siempre no pasará nada (poderoso caballero, don dinero).
Desde España, Guate es así
Tengo algunos amigos que no viven acá, para bien o para mal, y le escribí a uno que vive en España. Ante el contexto que describo hizo que lo entrevistará: ¿Qué piensa un guatemalteco de afuera? Trabajamos juntos hará unos 17 años, cuando era reportero en Siglo XXI. Estas son sus respuesta.
¿Hace cuánto vivís en España?¿Extrañás a Guate de alguna manera? ¿Por qué?
El 20 de octubre cumpliré 11 años de haber emigrado a España. Y sí, escogí a propósito el día. Hace 10 o incluso 5 años te habría dicho que tengo una relación tóxica con Guatemala. No es que ahora piense muy distinto pero, como me ha pasado con otras relaciones cuando terminan, el tiempo (mucho, mucho tiempo) y la distancia hacen que los malos recuerdos pasen a un segundo plano y que las cosas buenas tengan más peso en la memoria.
Eso sí, extrañar es un a palabra muy fuerte, ja, ja, ja. A mí la cercanía física es algo que me hace muy poca falta. Soy bastante introvertido y ver a mucha gente me cansa, pero sí me gusta hablar con los amigos, por chat, pero no todo el mundo es como yo, y hay amistades (y relaciones familiares) que se han enfriado con los años a causa de la falta de contacto más cercano.
He vuelto de visita un par de veces, pero han sido viajes muy cortos. No me ha dado tiempo de ver a todas las personas que, en principio, me habría gustado ver, pero que igual en la práctica no tengo la energía social suficiente para hacerlo en unos pocos días.
¿Por qué estás pendiente de lo que ocurre en un país al que parece que no regresarás?
¿Por humor, quizás? [Disclaimer: En el mundo, y en Guate, pasan cosas horribles que no dan risa, como lo de don Domingo Choc Che] Pero me reservo el derecho de reírme incluso de las nefastas reacciones que se generan a partir de acontecimientos tan atroces. Yo solo puedo mantenerme al tanto del acontecer en Guatemala, España o el mundo en general, si puedo reírme un poco, y el realismo mágico-macabro de la política guatemalteca entretiene con su absurdo.
Por otro lado, tengo familia y amigos muy queridos que inevitablemente me devuelven a esa realidad.
También hace 5 o 10 años te habría dicho que jamás volvería (a vivir en Guatemala), con cierto resentimiento en la voz. Aun me cuesta imaginarme volver a vivir allá, pero por razones más prácticas, como una salud pública decente. Nos hacemos viejos y pensar en esas cosas es inevitable.
Uno, desde este lado, tiene idealizado el primer mundo. ¿Allá ocurren cosas igual de caóticas como “quemar un brujo en siglo XXI”?
Yo solo puedo hablar desde la perspectiva de un guatemalteco viviendo en España. Pero si me parece que, en buena medida, está idealizado. Está idealizado a nivel individual, las personas de a pie no son mucho más educadas, ni más razonables, ni más “sofisticadas”; votan con el hígado y son fácilmente manipulados por los medios y los bulos en redes sociales.
Que linchen o quemen a alguien acusándolo de brujería pienso que es muy poco probable, pero que un montón de niñatos pijos [niño kakero, pero más despectivo] hagan una fiesta con enanos en plena pandemia podría ser más plausible. Eso sí, para salir impunes necesitarían mucho mas caché.
La diferencia se vuelve abismal si hablamos de un Estado del Bienestar y no soy el indicado para saber cuándo y dónde está ese salto que hace que la calidad de vida sea tan diferente, aun cuando las personas (políticos y empresarios incluidos) no son tan distintos. ¿Cuándo de entre el caos surge un poco de orden? Eso es algo que me intriga desde que vivo acá, porque el caos se parece mucho.
¿Te gusta la comida guatemalteca? ¿La extrañás?
Quizás porque la vida de mis abuelas y la de mi mamá no han girado en torno a la preparación de la comida, yo no padezco de ese desorden alimenticio que es “extrañar los frijolitos caseros”.
Eso no quiere decir que no me gusten muchas comidas guatemaltecas, incluso el fiambre, el Ricardo Arjona de la gastronomía, tan odiado por unos y amado por otros. Pero no estaría dispuesto a ir a la guerra por él, ni por Arjona.
Mi desorden alimenticio, en cambio, es la comida chatarra y para mi gran decepción recién llegado a España, McDonald’s no me sabía igual. En parte me he acostumbrado, aunque también me esfuerzo por comer más sano, cosas de la vejez.
De los países que he tenido la suerte de visitar, en mi humilde opinión, en España se come mejor con diferencia, especialmente si el presupuesto es apretado. Aquí en casi cualquier bar de barrio la comida es buena y el vino es barato. Aun así, si me fuera a vivir a otra parte, no creo que extrañaría la comida como la mayoría de “expatriados” suelen vociferar.
Al guatemalteco le encanta creer que es el “más amable”, “más cordial”, el más cualquier cosa que puede ser considera buenos modales. Desde la distancia ¿creés que sí es así?
Me pesa decir que estaba equivocado, pero sí, en las pocas y breves visitas que he hecho a Guatemala me ha sorprendido que las personas (que trabajan en un restaurante, o en cualquier comercio en atención al público) son más amables de lo que recordaba, aunque hay muchos matices en esto.
Es difícil generalizar pero creo que los guatemaltecos somos menos confrontativos y eso se refleja en nuestro uso del lenguaje y en el trato con los demás. Eso no nos hace más eficientes, ni siquiera más simpáticos, solamente da la apariencia de ser más amables y más educados.
También hay condiciones sociales, semánticas diré, del guatemalteco como el no saber decir “no”, o responder siempre a la pregunta que se nos haga, aunque no se tenga la respuesta. ¿Extrañás eso?
Mi esposa, que es española y la razón por la que me vine a vivir aquí, te diría que yo no se decir que no, aunque voy aprendiendo. No es algo exclusivo de los guatemaltecos, pero quizás si es endémico entre nosotros.
Ahora bien, lo de responder a una pregunta, sin realmente tener ni puta idea, eso o pasa en todo el mundo, o nos lo heredaron los españoles. Yo diría que es una característica del extrovertido, y esta es una sociedad más extrovertida que la guatemalteca.
Seguro Guatemala solo suena con noticias como la de los linchamientos o que un candidato comediante se vuelve presidente. ¿Alguna otra referencia que nos estemos perdiendo?
A lo largo de estos años han habido unas cuantas, no muchas. La noticia más reciente que hizo eco al menos en un programa de comedia fue la pelea de 3 Kiebres y Neto.
Hago a un lado el cinismo. Cuando te preguntan por Guatemala ¿qué decís?
“Ahí está” ha sido mi respuesta más de una vez. La gente me pregunta poco por Guatemala. Hay quienes preguntan interesados sobre cómo es la vida allá y yo intento responder de la manera más objetiva posible. Pero también los hay que nunca han salido de su pueblo y preguntan cosas como “¿Y qué tal la vida en Guatemala? Porque como en España no se vive en ninguna otro sitio.” A lo que yo respondí que yo vivo muy bien en cualquier parte.
¿Existe añoranza de tu colonia, barrio o trabajos?
Casi nunca tuve colonia, ni barrio y mis trabajos siempre fueron un poco mierda, aunque algunos fueron un gran aprendizaje. Honestamente la añoranza es más por los amigos y algunos familiares. Ver en las redes sociales que en estos casi 11 años, el paso del tiempo se les nota, como a mí. Que no se quedaron todos congelados como en una foto, por si acaso se me ocurría regresar y retomar mi antigua vida.
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- Gabriel Arana
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