Sofía Vergara: Las concesiones de una estratega

Con la serie Griselda, que la colombiana, no sólo protagoniza sino también produce, se prueba que no siempre dar el brazo a torcer es tan malo.

Nunca había visto una serie acerca de narcotraficantes y debo confesar que “Griselda” me llamó la atención, simplemente por ver en acción a Sofía Vergara. La colombiana, que hace algunos años se convirtió en la mujer mejor pagada en las series de comedia estadounidenses por su papel en “Modern Family”, quiso probarse no sólo como actriz dramática en español, sino, además, como productora en esta propuesta de Netflix. 

La “Toty”, como la llama su familia y su círculo más cercano de amigos, se anotó todo un “hit” con este salto triple mortal de un género a otro. Aunque, siendo justos debemos recordar que ya había realizado algunas incursiones en los dramas, tal es el caso del papel de esposa sufrida que realizó en la cinta “Four Brothers” (2005). 

Para la realización de la miniserie de seis capítulos, Sofía debió someterse a cambios físicos y a largas sesiones de caracterización para parecerse, aunque sea un poco, a Griselda Blanco, la narcotraficante, que en la década de 1980 convirtió a Miami en su territorio. 

Motivos a la vista

Las razones por las cuales Vergara seleccionó esta historia van más allá de su anhelo de ser considerada una actriz dramática. 

La propia colombiana admite que cuando conoció la trayectoria de Blanco quedó impactada. A ella, como a la mayoría, le sorprendió que una mujer (madre soltera además) hubiera alcanzado esos niveles de poder en el competitivo mercado de las drogas ilegales. Independientemente de este factor, Sofía tuvo la desdicha de conocer de cerca los efectos que el narcotráfico tuvo en muchas familias colombianas. En sus más recientes entrevistas brindadas a medios de comunicación internacionales, la colombiana ha admitido que su hermano falleció asesinado, precisamente por haberse involucrado en el negocio de las drogas. 

Ese traumático hecho fue una de las razones por las que Sofía se trasladó a Estados Unidos junto a Manolo, el hijo que había procreado en el seno de un fugaz matrimonio a los 19 años. 

Los giros del destino

Cuando Sofía se trasladó a Miami, ya contaba con cierta notoriedad, tanto en su natal Colombia como en países de América Latina. Su carrera comenzó cuando tenía 17 años y un productor la vio en la playa. Casi inmediatamente protagonizó un comercial de Pepsi. Su indiscutible belleza y sorpresiva simpatía dejó a todos preguntándose de dónde había salido esa chica cuyo encanto traspasaba las pantallas. 

Sus próximos pasos los dio en el Festival Viña del Mar, donde fungió como animadora. Para entonces, ya era madre y divorciada, a pesar de apenas alcanzar los 20 años. Esas condiciones tampoco le impidieron sumarse a la larga lista de novias casuales de Luis Miguel. El romance no pasó a mayores. Sin embargo, le valió a la colombiana ser retratada por toda la prensa rosa del continente.

A Florida, Miami, arribó después de un par de apariciones en las telenovelas mexicanas “Muchachitas” y “Acapulco, cuerpo y alma”. En ese estado se abrieron para ella las primeras puertas en la cadena Univisión. Ahí, bajo la dirección de Cristina Saralegui, fue coconductora de los programas “Fuera de serie” y “A que no te atreves” a mediados de los 90. 

Retos a su medida

Una aparición en “Baywatch” marcó su debut en la televisión estadounidense. Pero pronto, la rubia colombiana descubrió que, a pesar de su apariencia, tendría que adaptarse a las exigencias y los estereotipos que había en ese mercado para los latinoamericanos. Por un tiempo estuvo alternando sus presentaciones en la televisión de México, Colombia y Estados Unidos, hasta que le llegó la hora de hacer grandes apuestas y concesiones.

Aunque, en la actualidad la mayoría de los artistas latinoamericanos que llegan a Hollywood buscan por todos los medios dejar atrás los estereotipos, Sofía decidió aceptar que le obligaran a cambiar el tono de su cabello a uno que coincidiera más con la imagen de mujer latina. 

Su acento exagerado fue parte fundamental en su personaje y en ningún momento se negó a replicar las ideas generalizadas que existían. Muchos la criticaron y se burlaron de ella, pero la sorna paró un poco cuando la colombiana se alzó como una de las mejor pagadas de la televisión.

Otro de los estereotipos de los que muchos huyen despavoridos es el del delincuente y ahí está Sofía, otra vez, haciendo lo contrario de lo que la mayoría piensa que es correcto y triunfando con sus decisiones. 

Sin duda, Griselda Blanco es todo lo contrario a lo que se puede presentar como ejemplo, pero la valentía de Sofía Vergara y su lealtad hacia sus propias convicciones artísticas, sí lo es. 

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