Burbuja: el futuro del anime, hoy

Percibo una satanización cada vez más intensa en contra del ocio. Pareciera ser que algo tan esencial para la creatividad, y el espíritu humano, queda recluido a un breve espacio durante el fin de semana. De lunes a viernes está prohibido, no hay lugar para eso, ni siquiera en la noche antes de dormir. El cansancio no lo permite, cada lunes es lo mismo: “faltan muchos días para el fin de semana”. 

En ese contexto uno tiene que buscar tiempo para sí mismo. Yo recomiendo dos actividades: leer dos páginas de cualquier libro, una novela o cuento, no importa, no robará más de diez minutos a la hora del almuerzo, recuerden, no hay prisa, es refrescar el cerebro. La otra opción es ver anime en el teléfono. Que es justo de lo que escribo hoy.

El anime no es nada nuevo, ustedes lo saben. No es posible que alguien se sorprenda de esta cultura audiovisual. Por muy mayor que sea la persona se sabe quién es Mazinger Z, Los Caballeros del Zodiaco o Dragon Ball, por ello digo que el tema no debería ser tan ajeno.

Entonces, la recomendación de ocio de esta semana es la película Burbujas (Bubble, 2022), uno de los animes más recientes de Netflix. Su argumento es simple: una chica se enamora de un chico en una ciudad abandonada, casi sumergida en el mar. No parece algo sorprendente, pero créanme que es de las mejores animaciones de los últimos años. No se olvide que la animación es mucho más que las historias complacientes de Disney. 

Retomo el argumento para decirlo con más detalles: una burbuja de otra dimensión se enamora de un experto en parkour y logra cobrar forma humana para estar con él, en un Tokio casi distópico. Esos detalles hacen que una historia universal tome bríos de asombro.

Eso es lo que sucede con esta película: permite que el espectador se vuelva a asombrar. Esta historia, que es un arquetipo básico, tiene tantos elementos visuales, sonoros y narrativos que hacen que un cuento predecible y mil veces contado se vuelva a disfrutar como la primera vez. Desde el inicio, el filme es una explosión visual. La técnica, los colores y el ritmo son de los más innovadores. 

La banda sonora y el diseño de sonido constituyen otros de sus elementos más sugerentes, pocas cintas de la actualidad logran atrapar. Por un decir: merece ser vista con el volumen a tope. Cada paso, cada trino de ave, incluso el sonido del agua está cuidado de manera celosa, seduce cuando debe y ensordece cuando la historia lo requiere. Si debo agregar otro aspecto técnico es su director, Tetsurō Arak, --responsable de series como Black Lagoon (2006), Death Note (2006-2007) y Shingeki no Kyojin (2013-2019)--, cuya trayectoria es de las más representativas del género.

Si debo responder, más allá de lo técnico, por qué la recomiendo… pues porque hace mucho que un producto audiovisual no lograba enajenarme. Es de esas películas que se deben ver más de una vez para disfrutarse de manera completa. La historia que no necesariamente tiene un final tradicional, sí permite que el espectador se proyecte en sus personajes, logra que por momentos se regrese a la adolescencia y se pregunte “¿qué pasaría si yo…?”.

Párrafos atrás dije: “una burbuja de otra dimensión se enamora de un experto en parkour y logra cobrar forma humana para estar con él, en un Tokio casi distópico”. Ahora elaboraré la idea un poco más: “Hace cinco años aparecieron millones de burbujas que bajaron flotando del cielo. Pese a que el fenómeno ocurrió en todo el mundo, sólo en Tokio ocurrió una explosión, las burbujas reventaron y rompieron las leyes de la gravedad, mientras sumergían a la ciudad en agua. Entrar dentro de la gran burbuja gravitacional en la que se convirtió Tokio es peligroso y pese a las prohibiciones, la ciudad es el patio de recreo para un grupo de jóvenes que practican parkour y apuestan sus suministros vitales en torneos”. 

La competencia ocurre día con día hasta que el protagonista, el mejor y más ágil de todos los huérfanos, escucha una voz que proviene de la torre de Tokio, la zona cero gravitacional. Al intentar llegar al centro, cae al agua, las turbulencias hacen que se golpee la cabeza y a segundos de perder la vida, una burbuja, que lo miraba todo, se le acerca a toda velocidad. Choca con la última bocanada de burbujas que exhala el protagonista, se materializa en forma humana y lo logra salvar. 

Luego viene el montaje de esta chica misteriosa adaptándose a este grupo de marginados. Aprende a hablar, se da cuenta de que está enamorada del protagonista, un par de nudos narrativos nada complicados y la cinta termina con un final típico de anime. Sin embargo, pasaron más de 90 minutos de una historia nada profunda, pero tan bien contada que dan ganas de verla de nuevo. 

Eso es lo que rescato: es una historia refrescante, logra que uno olvide por un momento su contexto, sus problemas laborales, es justo la película ideal para desconectarse. Por eso la recomiendo, es un festín visual y auditivo, ideal para olvidarse de sí mismo. A veces uno quiere una historia que lo distraiga de esa rutina diaria llena de horas de tránsito para llegar a casa, de burocracia en el trabajo, o de búsqueda de un puesto que te permita llevar un plato de comida a la mesa. Esta es la opción audiovisual para desconectarse. Extrapolar la vida de los personajes del anime, vivir la emoción del parkour, con saltos imposibles, con la vida pendiendo de un hilo, sin ataduras de trabajo o dinero. Ser joven de nuevo, sin ninguna preocupación más que jugar a vivir emociones, a conocerlas, en un mundo caótico. 

(0 Votos)

Deja un comentario

Asegúrate de ingresar todos los campos marcados con un asterisco (*). No se permite el ingreso de HTML.

  1. Lo más comentado
  2. Tendencias

ELECTRIC HEAD

...

Por Dr. Gonzo / IA

NIN: Clavos de nueve pulgadas

Aquellos jóvenes inconformes e insatisfechos.

Por Álvaro Sánchez

Ese miércoles infernal presencié un mila…

Historias insólitas de ciudad.

Por Gabriel Arana Fuentes

22 AÑOS...

...

Por Rubén Flores

next
prev