¿Justicia para los Steve Brady?

Alerta: contiene spoilers de Sex and The City y And Just Like That…

Tengo que admitirlo: yo nunca he sido fan de Steve Brady (David Eigenberg). Apareció en la temporada 2 de Sex and The City (SATC) como interés amoroso de Miranda Hobbes (Cynthia Nixon) y pensé que, como otros, sería algo pasajero. Sin embargo, luego de una relación intermitente y un bebé se casaron al final de la serie.

Steve era un cantinero en un bar de Nueva York que, contra todo pronóstico, logró conquistar a la dura abogada egresada de Harvard. No era como otros hombres que veíamos en el universo de SATC: le hacía falta el encanto de Aidan Shaw, lo sexy de Smith Jerrod, el dinero de Richard Wright, la carrera de Harry Goldenblatt y la experiencia de John James Preston. Su única cualidad, si se le puede llamar así, era su enorme persistencia con Miranda.

Para no hacerla más larga y ser duramente honesta: siempre pensé que Miranda podía conseguirse alguien “mejor”. Sí, las primeras veces que vi esos capítulos fue en mi adolescencia o en mis 20s, y creía que Steve no estaba a su altura económica ni profesional. Pero amigas, la vida da vueltas y pasados los 30 uno entiende que eso es irrelevante, que lo que en realidad importa es encontrarte con un hombre decente, como él.

Lo que en principio me parecía tan molesto, su persistencia y su paciencia, que por momentos podía confundirse con pasividad, al final acabó siendo su mayor cualidad. Por eso, me pegó muy duro que Miranda lo dejara en And Just Like That… Y no, no es el hecho de “por quien” lo dejó, que es lo de menos.

En la escena en que Miranda le pide el divorcio totalmente por sorpresa, él, aún en el shock, no se enfurece ni nada y solo da un “último” discurso:

“Tú piensas que no soy suficiente, luego soy suficiente. Luego no soy suficiente de nuevo y siempre estoy aquí luchando por nosotros. (…) Estoy muy viejo para luchar por nosotros otra vez, no quiero hacerlo”.

Después de ese capítulo, muchos de los fans del universo SATC empezaron a pedir “Justicia para Steve”. A algunos les pareció una ruptura forzada y que la Miranda que conocimos en la serie nunca hubiera hecho eso, pero déjenme decirles: esto pasa todo el tiempo, ya sea porque creemos que merecemos algo más o porque, simplemente, el amor se termina.

A veces somos Steve y otras Miranda. Creemos que los años y la costumbre son suficientes para salvar una relación, pero la realidad es muy diferente. Cambiamos todo el tiempo y no importa lo mucho que te hayas esforzado, es no te asegura que algo será “para siempre”. Supongo que solo nos queda aprender algo de nuestro viejo amigo Steve y conservar nuestra dignidad.

Por cierto, puedes leer lo que escribí de Sex and The City en este enlace.

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