¿Qué guardas en tu gaveta del placer?

¿Ya les conté de ese bonito día en que hablaba con el teléfono en altavoz, accidentalmente le di una patada a mi mesa de noche y mi vibrador se activó? Pues que penita, pero al menos siempre se puede decir “Ayy, me están llamando a mi otro número”. Upsi.

Todas las mujeres tenemos (o merecemos) una gaveta del placer. Porque sí, tan importante como tener una gaveta para las calcetas y otra para los calzones, es tener una en la que acomodemos todo aquello que nos produzca ejem… orgasmos.

Las gavetas del placer han estado allí toda la vida, es solo que son muy pocas las mujeres que hablan de ellas públicamente. De hecho, eso también se lo vamos a deber a la televisión, porque gracias a series como Sex And The City, o incluso The Bold Type, podemos decir “vibrador” sin sonrojarnos.

Sí, lo primero que tiene que tener una gaveta para considerarse “del placer” es uno o varios juguetes sexuales. Realmente no quiero profundizar en ese tema porque pienso hacerles su propia columna, pero sí quiero recordar la importancia de tener uno, tengas o no pareja. Aprenderás a conocer mejor tu cuerpo y a saber lo que te gusta y lo que no, con el bonus de que en el proceso te vendrás muchas veces.

Existen muchas opciones de vibradores y otros juguetes sexuales en el mercado y, de nuevo, solo tienes que saber cuál o cuáles son los correctos para ti. Tranquila, la tarea es 95% más fácil que encontrar al hombre de tu vida.

Aunque lo más común es que las gavetas del placer contengan juguetes sexuales, no son lo único que allí podemos guardar. Siempre mantengan lubricante y condones. Ya saben, por si reciben visitas y porque sí: ya no estamos en la época en que una mujer deba avergonzarse por comprar y cargar sus propios condones. Creo que si un hombre o una de tus amigas se escandaliza por ello, deberías reconsiderar con quien diablos te estás juntando.

Por puras razones prácticas, esta gaveta siempre debería estar más cerca de nuestra cama. También se me hace un excelente plan, porque en caso que el apocalipsis zombi o el cometa Dibiasky te agarren sola y en tu cama, siempre podrás irte de este mundo mientras te vienes.

La gaveta del placer no necesariamente tiene que ser secreta. Lo que sí es que tus juguetes y objetos tienen que estar limpios y bien protegidos del polvo u otros gérmenes porque, ya sabes, los vas a poner dentro de ti. Seguro hasta Marie Kondo debe tener un capítulo dedicado a estas gavetas, ¿no?

Hay un episodio de Sex and The City en el que Magda, una muy religiosa ama de llaves, “limpia” la gaveta de Miranda y reemplaza su vibrador por una figura de la Virgen María, porque según ella ningún hombre la iba a querer si tenía “uno de esos”.

Después de los 30 puedo decirles que ningún exorcismo sirve y que nadie nos debería hacer sentir culpables por buscar nuestro placer. Como dijo Miranda: “Tomo café, tengo sexo, compro pasteles y disfruto de los aparatos operados por baterías”.

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