El Mundial Qatar es mi primer mundial

Desde hacía mucho tiempo yo era un total “hater” del fútbol. En los básicos y universidad odiaba cuando mis amigos preferían salir a jugar fútbol y ponerme de portero. Paraba los goles metiendo la cara principalmente. A mis 20 me dormía viendo los partidos. Esos mismos amigos me decían que le daba mala suerte a la Selección cuando me dormía… No me pregunten porqué, talvez eran los comentaristas de Canal 7 que no aportaban mucho entusiasmo a la situación.

En mi trabajo festejan el Día del Padre haciendo una “chamusca”, un partido de fútbol donde el panzón de Conta es el portero y el jefe, de manera democrática, es nombrado capitán del equipo, queriendo dar órdenes también en la cancha. La última vez, se me acercó el de Informática a preguntarme si quería entrar al equipo e hice la misma cara que hace Ryan Gosling al decir “¿el qué?”. No tenía activado el filtro de la diplomacia ese día y sin pensarlo le dije: Disculpa, odio el fútbol.

Ese mismo compañero no me creía cuando recién le dije que estaba coleccionando el Álbum Panini. Sí, el del Mundial… de fútbol. Mi esposa en su inmensa sabiduría me dijo que sería bueno para mi hijo que está en edad de colegio, que tiene sus compañeros de cuadra y que, por cierto, le encanta el fútbol. Y tiene de donde sacar ese gusto. El abuelo materno fue integrante de un equipo de las ligas juveniles de fútbol.

Y empecé a coleccionar estampas, intercambiar, buscar, vender, comprar y todo lo relacionado a tener el álbum completo. Todo porque me uní a mi hijo y como dicen las nuevas psicólogas de familia: hice una actividad junto a mi hijo en donde no le provocará ningún trauma.

Ahora estoy viendo el Mundial sin dormirme ni perderme ningún partido. Sigo pensando que hay ciertos aficionados que son fanáticos. Recién me acabo de enterar que un periodista pendejo lloró solo porque conoció a Messi en persona y otros que están topando la tarjeta para pagarla en los próximos 5 años.

Que si Qatar es país de musulmanes, que se murieron muchas personas construyendo los estadios, que pagó para ser país anfitrión o que son cerrados en su cultura, lo he visto y la verdad es que si algo no le gusta a alguien, es mejor no verlo y ya. Yo hice eso durante más de 20 años y me resultó.

Después de este mundial seguiré odiando el fútbol de oficina y de liga nacional, que a mi parecer no aportan nada, pero estaré contento de haber disfrutado un par de momentos en familia… y haber llenado mi álbum.