Roger Daltrey, la voz principal

Al Lile, el cantante pinareño; de saber que sos fan

 a The Who seguro amanecemos platicando acerca de 

Townshend, Daltrey, Entwistle y Moon The Loon.

 

1) Por poco y no la cuenta. La meningitis postró al cantante inglés Roger Daltrey en septiembre de 2015, a media gira de celebración de los 50 años de The Who. Primero fueron los mareos; después se asomaron los dolores de cabeza; la corteza situada debajo de su cerebro y su médula espinal estaba al borde de la ignición. Como suele pasar, los médicos no le atinaron con el diagnóstico hasta pasado buen rato. Su estado empeoró; Daltrey se las arregló para despedirse de sus más cercanos y se quedó a la espera del corte final. No sucedió. Su cuerpo se las arregló para dar pelea a pesar de los medicamentos y sus efectos secundarios; por algo resistió las privaciones posteriores a la Segunda Guerra Mundial, le plantó cara a las acometidas de los bravucones de barrio y no padeció el desgaste causado por las adicciones. Recuperó poco a poco sus facultades, recibió el alta tres semanas después de la crisis, reanudó la gira con The Who, se encontró con un álbum solista a medio terminar.

No estaba muy decidido a retomarlo —Daltrey ya no le ve futuro a la industria discográfica abrumada por las descargas digitales—, pero los demos llegaron a los oídos de su viejo colega Pete Townshend y lo animó a completar la tarea. Incluso proveyó su toque distintivo a la guitarra rítmica en siete de las canciones. El disco terminó por editarse el 1 de junio de 2018 bajo el título As Long As I Have You, fue su primer ingreso al Billboard Hot 200 desde que su álbum Under a Raging Moon llegó a la casilla 42 en 1985. Verdad es que apenas rozó el puesto 194, pero algo es algo: situó la obra discográfica de Daltrey en la segunda década del siglo xxi con versiones de Stevie Wonder («You Haven’t Done Nothing»), Stephen Stills («How Far»), Nick Cave («Into My Arms») y su interpretación en clave masculina de «Where Is a Woman to Go?», escrito por la cantante country K.T. Oslin. 

La enfermedad lo dejó con secuelas en las piernas y los pies; mientras duraron, no le impidieron cumplir con las dos horas dedicadas a cantar las canciones aprendidas entre 1964 y 1982 que lo posicionaron como la voz líder al frente de The Who y lo proyectaron desde la escena mod al Rolling Stones’s Rock and Roll Circus; los festivales de Monterrey, Woodstock y la Isla de Wight; el concierto por el pueblo de Kampuchea, el Live Aid, el concierto por Nueva York, el Live 8, el espectáculo intermedio del Super Tazón y la clausura de los Juegos Olímpicos de Londres; el Palacio de los Deportes de la Ciudad de México, el parque Allianz de São Paulo, el parque Olímpico de Río de Janeiro, el anfiteatro Do Beira Rio de Porto Alegre, el estadio Monumental de Santiago y el actual estadio Único Diego Armando Maradona de La Plata. 

A cambio, Roger Daltrey encara con serenidad el cese de la existencia terrenal. «Pensamos en la muerte como una salida, pero si le das la vuelta se convierte en una entrada. Vista así, ahora voy directo a la entrada. Considero que estoy listo para aceptarla en cualquier momento», declaró al Belfast Telegraph cuando promovió su autobiografía. Con esa disposición llega hoy a los 80 años de que ingresara a la vida en el área de pediatría del hospital Hammersmith, vecindario de East Acton, área metropolitana de Londres, capital del Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte, como el hijo mayor del hogar formado por el empleado de seguros Harry Daltrey y el ama de casa Irene Stone. Fue el 1 de marzo de 1944; faltaban un año, dos meses y seis días para que los alemanes se rindieran ante los aliados; Roger Daltrey tenía tres meses de nacido cuando su padre fue movilizado al frente.

2) «Soy un cantante, un actor, un intérprete, un alquimista que convierte las palabras en emociones», mencionó Roger Daltrey para las notas reunidas en el cuadernillo del disco Endless Wire (2006). «Así como (Laurence) Olivier y (John) Gielgud se esforzaron por conectar a la audiencia con (la obra de William) Shakespeare, yo me esfuerzo por conectar al oyente con el alma de la música creada por Pete Townshend. Su escritura siempre es inventiva y estimulante. Ahora The Who son dos y para mí aún funciona. Es algo que siempre ha existido en ese espacio entre los miembros, sean dos, tres o cuatro. Es un “espacio” donde nuestro público es bienvenido. Decir que estoy muy aprensivo al comienzo de la grabación sería quedarme corto. A veces resulta tortuoso lograr que mi mente suelte las palabras, las consuma, las habite y las libere. Mi voz existe en el “espacio” creado ahí donde está el corazón de la canción».

Así definió al oficio que aprendió por partes. Al principio imitó a Elvis Presley, después se inclinó por James Brown cuando The Who abrió la etapa que definió con el lema «maximun rhythm and blues». Sometió sus rizos —sus colochos— a la rigidez impuesta por el fijador para el pelo; así le atinó al peinado con fleco que debía lucir todo músico británico desde el éxito de los Beatles. Pero algo le faltaba para llegar al corazón de las canciones donde Pete Townshend le daba vueltas a las palabras para lidiar con sus inseguridades personales y amorosas. «No sabía cómo cantarlas. Literalmente. Nunca había cantado algo así. Yo era un cantante de soul. Llevaba años imitando a James Brown. Aunque no podía pegar gritos (a lo) James Brown en “Substitute”, me resultó más fácil de cantar que “I’m a Boy” o “Pictures of Lily”. “Substitute” al menos tenía una cierta carga de actitud, pero las otras dos requerían la creación de un personaje que yo no sabía si hallaría en mí. Tenía 19 años, y poca experiencia emocional», recordó al ser entrevistado por el periodista español Kiko Amat. 

El hallazgo de su voz personal ocurrió, como sabemos, al meterse en la historia del niño sordo, ciego y mudo campeón del pinball, elevado a la condición de mesías por sus seguidores y derribado a la primera desilusión colectiva. Al encarnar la figura de Tommy, Roger Daltrey liberó su cabellera, cantó a pecho descubierto, se plantó como la garganta más poderosa de su generación. Cierto: Eric Burdon fue el primero en usar su garganta con toda amplitud, Joe Cocker fraseó el blues como pocos, Robert Plant hizo alarde de su poderío juvenil, Freddie Mercury apabulla a los simples mortales. Roger Daltrey tiene garra: vive la canción, se mete en la canción, la hace suya, siempre encontrará un nuevo modo para abordarla, la devuelve para que nosotros a su vez la interpretemos; si yo fuera vocalista de rock, él sería mi referente. 

También cuida su repertorio: se negó a interpretar el rap que Pete Towhshend le escribió para la canción «All The Music Must Fade», primer corte de who (2019). «Ahí no me meto. Me llega la gente que lo hace. Es increíblemente certero, es increíblemente técnico y son brillantes, pero si yo lo hiciera, sería risible. Quizá podría hacerlo, pero sería un pastiche. Tuve que convencerlo de que lo quitara; le dije “si querés, te lo dejo para que vos lo hagás”. Obvio, él tampoco se sintió cómodo al hacerlo», compartió para la revista Billboard. Y aceptó aportar su grito a lo «Won’t Get Fooled Again» para «Taking The Music Back», canción grabada por la banda thrash metal Anthrax en 2003. Para eterno asombro de Scott Ian, según lo cuenta en su autobiografía I’m The Man, Daltrey le preguntó qué tal había salido la toma. «Pues estuvo calidad», se animó a comentar, tras dudarlo, ¿qué podría decirle?, «¿pero no podrías hacerlo otra vez, con un poquito más de energía?». «No», fue la respuesta.

3) Roger Daltrey lleva años —desde el 2005, para ser precisos— buscando el guion, el director y el actor adecuados para retratar la vida del dibujo animado que encarnó entre los seres humanos del 23 de agosto de 1946 al 7 de septiembre de 1978 bajo la envoltura de Keith Moon, el baterista aficionado a la música surf que se apoderó de las baquetas poco después de que The Who diera de baja a Doug Sandom por mayor. 

Cansado de encontrarse con guiones poco satisfactorios, Daltrey decidió acometer la tarea según le comentó al New Musical Express para contar la historia que desea presentarle al público y refleje de lleno a Moon («that really does expose the full Moon»). Para el papel pensó en el actor estadunidense Mike Myers, recordado por Wayne’s World y la saga de Austin Powers; el proyecto se retrasó, Myers resultó demasiado veterano para el rol. «Tengo en mente a alguien que es muy buen actor. Quizá podrá ser muy viejo, pero servirá como patrón. Puedo usarlo para reflejarlo hacia otras personas y mirar su presencia en pantalla. Algo tenía el Moon original que debe estar en quien sea elija para salir de Keith Moon», comentó Daltrey. Siempre aclara que no será una película sobre The Who, quiere evitar las debilidades que detectó en la vida de Freddie Mercury llevada al cine. Le respalda su trayectoria como actor: aparte de Tommy, interpretó al pianista húngaro Franz Lizst (Lizstomania, 1975) y al convicto John McIvar (McIvar, 1980).

Será menuda tarea retratar las varias caras de Keith Moon. Fue un excéntrico y un bromista; le daba por reventar sanitarios con explosivos; se zambulló con todo y carro modelo Lincoln Continental a la piscina; sincronizó una bomba para que estallara al mismo tiempo que terminaba de tocar «My Generation» en el programa de los Smothers Brothers; salió de la Monja Caliente en la película 200 Motels dirigida por Frank Zappa y resolvió una discusión con su novia la modelo sueca Annette Walter-Lax al aventarle un gato a la cara según el testimonio de Bill Wyman, el cronista egresado de los Rolling Stones. Se hacía querer, temer y evitar al mismo tiempo; Daltrey hizo lo que pudo para controlarlo. «Nos volvimos muy cercanos en los últimos dos años de su vida. Mi relación con él era bien diferente porque fuimos archienemigos en los comienzos de la banda», recordó para The Sunday Post. Moon acudía a su farmacéutico de confianza para hallar cómo entretenerse mientras The Who regresaba al estudio y a las giras. Daltrey, caso raro, no se drogaba ni bebía en exceso; es alérgico al humo del cigarrillo y la marihuana; cuida su estado físico para dar un buen espectáculo. Hoy piensa que Moon era un autista y no recibió la ayuda que necesitaba; siempre queda esa desolación acerca de lo que pudo hacerse y no fue posible.

4) Roger Daltrey podría preguntarse por qué no le dediqué unas líneas a hablar acerca de su labor benéfica como patrón del Teenage Cancer Trust, entidad destinada a recaudar fondos para respaldar el tratamiento médico de niños y adolescentes aquejados por el cáncer a través del Sistema Nacional de Salud inglés, y procedo. Busca que sean atendidos por profesionales jóvenes para ayudar a su restablecimiento, evitarles la soledad y paliarles los efectos de la quimioterapia. Consciente de su edad, decidió dimitir como el curador de los conciertos ofrecidos en el Royal Albert Hall de Londres. «Ni siquiera sé si estaré de aquí a cinco años y eso no es justo para a organización. Tenés que ser realista», dijo para The Times.

La misma visión preside el futuro de The Who. Por separado, Daltrey y Townshend dijeron que tienen que sentarse a platicar para ver qué viene después de los conciertos que ofrecerán el 18 y 24 de marzo a favor del Teenage Cancer Trust. «Tomorrow never knows», dijo Ringo Starr; para mientras celebro que Daltrey viviera lo suficiente para dedicarle un corte de mangas al estricto señor Kibblewithe, el director que lo expulsó de la escuela a los 15 años y le advirtió que no tendría futuro alguno. Esas palabras duelen, pero da gusto mandárselas de regreso a su emisor envueltas en papel de regalo con su moño y su tarjeta de agradecimiento. 



(0 Votos)

Deja un comentario

Asegúrate de ingresar todos los campos marcados con un asterisco (*). No se permite el ingreso de HTML.

  1. Lo más comentado
  2. Tendencias

ELECTRIC HEAD

...

Por Dr. Gonzo / IA

NIN: Clavos de nueve pulgadas

Aquellos jóvenes inconformes e insatisfechos.

Por Álvaro Sánchez

Ese miércoles infernal presencié un mila…

Historias insólitas de ciudad.

Por Gabriel Arana Fuentes

22 AÑOS...

...

Por Rubén Flores

next
prev