- Ciudad Bizarra
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No se aceptan niños
Les voy a contar algo. A mis 19 años tengo primos de 5 y 1 año. Es divertido, estresante y alegre. Te robas los juguetes más buenos, te toca partir la piñata y te dan sorpresas en sus cumpleaños.
Adoro a mis primos, creo que son con los que más comparto de todos los que tengo. A veces pueden ser la causa de que quiera tener hijos a los 24 y hay otras veces que digo esperemos a los 30.
Aclarado esto, tengo que contarles lo que se me ocurrió después de estar en un restaurante con una vista increíble, lugares divinos para tomarse fotos y sin juegos para niños. Esto pasó después de año nuevo, el 2 de enero.
Una tía quería que fuéramos a almorzar y escogió este asombroso lugar cerca de la Antigua. Había una cola de media hora solo para reservar mesa, y otros 20 minutos para que pudiera sentarme y ordenar. No me hubiera importado tanto si estuviera con mis amigos o solo con mi núcleo familiar, pero ese no fue el caso.
Usualmente mi tolerancia hacia los niños es alta. Me gusta compartir con ellos y sentirme cómo una niña, sin problemas. Pero en este lugar no había juegos para niños, ni siquiera un lugar para correr. Era un lugar romántico, de hecho esa tarde alguien le propuso matrimonio a una mujer. Creo que hubiera sido más íntimo si en la grabación de ese hermoso momento no se escucharan los gritos de un bebé aburrido y con sueño.
Decir que ese fue el inicio de los peores momentos de mi vida sería dramatizar, pero la pena y la vergüenza sí podrían decir que no fue el mejor momento del almuerzo. En mi mente puedo recordar los primeros quejidos de mi primo cómo el inicio de la tragedia.
Después de eso, todo fue un caos. Los niños no paraban de llorar, la gente nos miraba. Mis tíos tuvieron que comer parados porque el bebé no podía estar en su silla especial sin estar en llanto. El niño hacía berrinches porque quería jugar con su tableta pero su mamá no lo dejaba. Y uno no puede decir nada porque es la familia.
Ahora que lo recuerdo me da risa porque parecía una tarde de locos. Yo hubiera sido feliz yendo a Chuck E. Cheese. Pero creo que cuando llegas a cierta edad quieres un restaurante para gente adulta donde puedas llevar a más personas. Así ellos cuidan a tus hijos mientras tienes un momento romántico con tu ser amado.
¿En qué termina todo esto? Aprendí que si algún día tengo hijos voy a esperar hasta que tengan al menos 8 años. Al menos así podré salir con ellos a algún lugar que no tenga área verde. Segundo, si quiero salir cuando ellos sean niños pequeños, aprenderé a dejarlos con sus abuelos o le pagaré a alguno de mis primos para que los cuide. Tercero, algunos restaurantes deberían de tener restricción de niños para que no pasen esos momentos vergonzosos de niños llorando en tu día especial. Y por último, no creo que les regale una ipad hasta que tengan 15 años.