© Foto de cottonbro en Pexels
Kevin Gutierrez

Cómo ayudar a alguien que no se quiere ayudar

"¡Quiérete un poco!", eso en definitiva se escucha muy fácil. Porque lo único que debes de hacer es darte tu valor. “¡No entiendo porque sigues con él o ella cuándo no te merece!” “¡Porque tu amigo sólo saca provecho de tí y no te das cuenta!” Porque sólo te usan y después te quedas sólo. La realidad, al final del día, es más complicada que eso. Si bien es cierto, para opinar de las decadencias del otro debemos estudiar su contexto. Lo más sano sería no hacerlo y si lo haces, hazlo con cuidado. Porque no sabes si la persona proviene de una familia desintegrada, violencia intrafamiliar, la muerte de un ser querido o una ruptura sentimental. Somos millones de guatemaltecos con una realidad diferente.

A los 14 años me dí cuenta del círculo vicioso en el que me encontraba en casa. Desde entonces sentía venir en picada, no hubo quien sostuviera mi mano. Caí, caí y caí. cada vez me sentía más lastimado, con muchas heridas que no pude sanar en su momento. Una vez alcé mi voz para pedir ayuda profesional la respuesta fue:

"A vergazos se arregla a los patojos". No sé si lo recuerdan pero yo sí. Porque recuerdo c a d a c o s a. Perdonamos pero no olvidamos y cada vez cobra más fuerza.

Ahora viene la pregunta y quiero que seas lo más sincero contigo. Acaso alguna vez sentiste la necesidad de encontrar a alguien con quien compartir momentos de película. Creíste o crees que las salidas del sol son mejor si te encuentras con alguien. París se disfruta mejor si compartes una taza de café en una tarde lluviosa. Correr por las calles de la hermosa Antigua Guatemala nunca fue mejor después de una noche en algún bar o en una casa en el Monterrico. Para muchos eso es un sueño, pero al final del día cuando cae la noche te quedas solo.

Pero no estás tan sólo como piensas. Por que tal vez no tienes a ese novio de ensueño que te tome de la mano, que te de un abrazo y con quién te puedes quedar dormido, pero tienes a un amigo que te es fiel. Quizá no tengas un amigo con quién salir o contarle tus penas, pero tienes una familia que da su vida por tí. Tal vez tampoco tengas a una familia que te comprende y te evoca confianza, y cualquiera te podría decir “estás en la mierda”... pero te tienes a tí, tienes tus fuerzas, tus deseos de seguir vivo y quién te diga lo contrario no vale la pena.

Cuando todo se vea muy nublado y no tengas ganas de seguir recuerda: Hay alguien con menos o más que tú, valorando lo que tiene. Sintiéndose feliz y amando la vida de muchas maneras porque el amor ayudar a alguien que no se quiere ayudar debe ser enorme. Sólo tienes que aprender a identificar cómo amas. Ahora viene la pregunta ¿Cómo?

Sí en verdad quieres ayudar a alguien que está pasando por un proceso difícil ESCUCHA.

Haz que la persona se desahogue y por ningún motivo trates de comparar tu experiencia. Que la persona sepa que estás allí para apoyarlo en lo que necesite, no lo interrumpas ni des consejos que no te pide. Esto creará confianza entre tú y la persona que sufre.

(10 Votos)

Artículos relacionados

Deja un comentario

Asegúrate de ingresar todos los campos marcados con un asterisco (*). No se permite el ingreso de HTML.

  1. Lo más comentado
  2. Tendencias

Mi propio demonio soy yo misma

0

Por Gabriel Arana Fuentes

MOVIMIENTOS VIOLENTOS

0

Por Rubén Flores

ELECTRIC HEAD

...

Por Dr. Gonzo / IA

NIN: Clavos de nueve pulgadas

Aquellos jóvenes inconformes e insatisfechos.

Por Álvaro Sánchez

Ese miércoles infernal presencié un mila…

Historias insólitas de ciudad.

Por Gabriel Arana Fuentes

22 AÑOS...

...

Por Rubén Flores

next
prev