
- Gonzo²
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Aquella Diosa hondureña que conocí
Después del mensaje que recibí de esa Diosa que trabajaba en Le Club, le seguí escribiendo. Los mensajes iban y venían, sin embargo, algo llamado conciencia me decía que no lo hiciera, lo cierto es que decidí borrar el número, que por cierto era de Honduras. Hubo silencio por varios días.
El 26 de noviembre, como cosa rara, tenía ganas de ver el clásico Real Madrid Barcelona, más por saber a quién de mis conocidos chingaría luego debido al resultado que por amor al futbol. Eran pasadas las nueve de la mañana y apenas había comenzado el dichoso clásico, o como le dicen los mas fanáticos, el Derby español, cuando de repente me cae el mensaje de WhatsApp;
-¿Hola amor comó estás?
-Bien, gracias ¿y tu que tal?
-No veniste a celebrar tu cumpleaños al Club, te estuve esperando amor.
-Fijate que ya no pude, pero todo sin novedad ¿y tú cómo has estado?- le dije haciéndome un cacho el loco-.
-Tengo ganas de verte, de darte tu abrazo y darte tu regalo mi amor, ¿querés venir hoy?
-Mmm... al club, no creo, pero de repente te aviso y otro día llego por ahí.
-No amor, a traerme, aquí a la casa del club. Tengo ganas de verte ahorita, ¿en cuanto tiempo podes venir?...
¡Jueputa! me dio vueltas todo. Me tire de la cama y ¡qué clásico ni qué la gran puta!, al final como ya dije, nunca he sido muy amante del futbol, en cambio, de las mujeres si, y esta Diosa hondureña sí que sabía cómo volverme loco.
Llame a mi viejo, él cargaba el único carro que teníamos en ese momento, y le pregunte que si ya venía para la casa. Respondió que en unos 35 minutos y le dije que tenía que salir por un asunto de chance.
Le escribí de nuevo a Alexa -así se llamaba mi Diosa hondureña- y le dije que más o menos en hora y media estaba por ahí por la casa del Club, porque debo decir que vivo algo
lejos de la ciudad.
-De acuerdo mi amor, pero si es seguro, yo lo espero.
-Sïïïïïïï, ya voy para allá, no te preocupes.
Me bañé, me alisté y a esperar que viniera mi viejo para salir volando de la casa. Cuando se parqueó le ayude a bajar al chilazo sus cosas y me subí de una al carro a iniciar esa aventura.
Pasando por la Florida, zona 19 de la capital, se me apagó el carro, y yo
“¡qué putas! ¿y esta mierda?”
Cuando me bajo a ver, iba sin tapón el radiador y el carro iba pura olla de presión tirando solo vapor. -Ya no llegué, ni modo- me dije. En eso me llama Alexa:
-No se preocupe amor yo lo espero, ¿pero sí quiere venir?,
-¡Sí!
-Bueno, yo lo espero.
Compré 3 tambos de Q5 de agua cielo. Le eché el primero y arrancó. Le terminé de echar el agua y pasé volado a comprar un tapón de radiador. Total era casi mediodía y por fin llegué a la famosa casa donde vivía Alexa. Le llamé y salió echa un bizcocho, vestido blanco, sin medias, sandalias y una diadema. En su mano izquierda un reloj con pulsera de cuero. Olorosa y hermosa como siempre.
-Hola amor, ¿cómo la pasaste? te doy tu abrazo y al rato tu regalo.
-Ok, gracias, ¿ya desayunaste? Porque yo aún no.
-No amor, vamos si querés.
-¿Como qué se te antoja?
-No sé amor, a donde tú quieras
Fuimos a NAIS de la 5a. Avenida, entre la 12 y 13 calle, de la zona 9, ya no recuerdo que le dije al mesero, pero hablo con el gerente y accedieron a darnos desayuno a pesar de la hora.
El desayuno muy ameno, hablamos de todo un poco, del porquée estaba en el club, del porqué se había venido a Guatemala, de sus proyectos y de sus ganas de dejar ese trabajo.
Después de salir del desayuno casi almuerzo, nos subimos al carro y le dije:
-¿Y entonces qué se te antoja, querés ir a caminar o conocer algún lado o nos vamos a echar un Jacuzzi y un masajito?
-amor dale con el masajito, tengo ganas de estar contigo, ese es tu regalo, quiero que me hagas eso que haces con la lengua.
Según yo, para darme mi paquete, la iba a llevar al OMNI, pero por ser sábado había un trafico de locos y a lo más que llegamos fue a la Avenida La Castellana, ya le vi cara de desesperada:
-Si querés, mejor nos regresamos a un autohotel que esta en zona 9, igual es bonito y tiene jacuzzi.
-Mejor, porque se nos va la tarde y debo estar a las 6 en el club .
Me pegué el regresón para el autohotel que esta en la 14 calle entre 6a. y 7a. avenida de la zona 9. ¡Ufff! hicimos el amor toda la tarde y viéndola dormir de manera intermitente.
Ya estaba oscuro cuando salimos del autohotel, y pues, ella iba feliz contándome sus planes de salirse del club y poder poner un vivero, y yo aun más feliz de haber hecho el amor con esa Diosa hondureña.
Después de ese día nos empezamos a escribir y a ver casi a diario. Le mostré mí oficina, en esa época la tenía en el Edificio Duarte de la zona 1. Llegaba a almorzar todos los días. Al poco tiempo conseguimos un apartamento en zona 2, sencillo pero con todas las comodidades y además en el puro Centro, una cuadra atrás de Econo Super del parque Morazán. Pese a lo que uno pudiera pensar de una mujer que ha trabajado en ese mundo, Alexa era una mujer súper hogareña y le gustaba cocinar. Un día me llegaba con pollito, otro día con ceviche o un caldito, a pesar que por esas fechas seguía trabajando en Le Club siempre fue atenta y cariñosa conmigo. Día a día me repetía que se quería salir de ese mundo para hacer una vida conmigo.
En este punto he de ser honesto, me ahuevé porque haciendo cuentas, me faltaba un año y medio para poder graduarme y eso representaba tiempo y recursos económicos, y ponerme a vivir con ella, según yo, no me hubiera permitido de ninguna manera graduarme.
En enero del año siguiente vino su nena de Honduras. Una niña preciosa, rubia como el sol, súper dulce y cariñosa, empezó a estudiar en el Sagrado Corazon de la 9a. avenida y 13 calle de la zona 1, justo atrás de mi oficina en el Edificio Duarte. A mí me tocaba ir a traerla de vez en cuando y llegaban todos los días ha almorzar y hacer tareas a la oficina, me encantaba recibirlas, ya en el Edificio sabía de mí esposa y mi hija.
Para no aburrirlos más, iré al grano. En el mes de febrero, ya casi cerca de su cumpleaños llego a la oficina y me dijo:
Bueno mi Gaby ¿qué vamos a hacer? yo necesito que te vengás a vivir conmigo, o nosotras contigo. Yo ya me salí de trabajar de Le club y ahora es de empezar de cero y la verdad pienso hacerlo con vos o sin vos. La he pasado muy bien estos meses, pero la verdad solo de amor no se vive, yo te amo pero necesito que estemos juntos.
Fue una de las decisiones mas difíciles que he tomado en la vida y hubo que tomarla en ese mismo momento. Mi respuesta fue NO PUEDO, y así se terminó lo que pudo haber sido una bonita historia de amor.
Seguimos en contacto un tiempo más y ella me notificó que iba empezar a salir con un muchacho que le ofrecía estabilidad, y además, también quería mucho a la nena. Lo cierto es que se fue a vivir con él y al poco tiempo resulto embarazada, y aunque yo no me fui a vivir con ella, considero que sí fui parte fundamental en ese cambio de vida. Creo que la vida aún me tenía reservadas otras historias, que otro día les platicaré.
Su amigo el Mompy.
La primera colaboración de Mompy: Zona 4, 4 AM, ¿A dónde fui?
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