Doctor Gonzo

«Me voy quedando al final con los clásicos»

Desde niña, la narradora, crítica y ensayista Gloria Hernández (Ciudad de Guatemala, 1960) tuvo la cercanía de los libros. Aún conserva su ejemplar de Las mil y una noches con las anotaciones que escribió al margen, y guarda en sitio aparte las obras que ostentan las dedicatorias firmadas por el novelista argentino Ernesto Sábato.

Su obra comprende títulos como Sin señal de perdón, Ir perdiendo (reunidos en un solo volumen por Editorial Praxis, 2023) y Susana Tormentas (2023); los libros para niños Lugar secreto (2009), Ojo mágico (2010), Leyendas de la luna (2013) y Pájaroflor (2018), y libros de poemas como La sagrada familia (2015) y El canto de dos ríos (2022).  

También compiló los trabajos académicos reunidos en Los compañeros: texto fundador de la nueva novela guatemalteca (2001) y la antología de narradoras centroamericanas Desde el centro de América. Miradas alternativas (2023). En 2022, pocos días después de celebrar su cumpleaños, fue galardonada con el Premio Nacional de Literatura Miguel Ángel Asturias.

¿Cuántos libros tiene tu biblioteca?

Más o menos, unos tres mil ejemplares.

¿Cómo los tenés organizados: por autor, por temas, por áreas lingüísticas o indiscriminadamente?

Por temas y luego, por autor. Los libros suelen desordenarse ellos solitos y a veces me cuesta ubicarlos, pero luego los encuentro y los regreso a su lugar.

¿Qué criterio seguís para comprar: un criterio racional, la recomendación de un amigo, las críticas que se publican, o te dejás llevar por el impulso?

La verdad es que me dejo llevar un poco por cada opción. Sin embargo, amo llegar a las librerías y mirujear por horas hasta descubrir unos 4 o 5 libros que me dicen algo con su portada o la lectura de una página elegida al azar.

¿Qué hacés para controlar la superpoblación, la cantidad excesiva de volúmenes?

Regalo libros a quienes creo que puede interesarles un tema particular; en especial, comparto las obras recientes. Me voy quedando al final con los clásicos. 

¿Recordás el primer libro que leíste?

El primer libro de literatura que leí fue Las mil y una noches en versión escolar. Aún lo tengo y me divierte ver mis anotaciones al margen, a pesar de que en la época que lo recibí escribir sobre un libro era pecado. Mi letra torpe de zurda inmortalizó mis primeras apreciaciones como crítica literaria… jajaja.

¿Cuál es el ejemplar más valioso que poseés?

No sé cuál será el más valioso, pero considero que debe estar entre algunos de la colección Aguilar, impresos en papel cebolla.

¿Cuál es el libro que más veces has releído?

Sobre héroes y tumbas de Sábato, seguido por El lector, de Schlink, y la poesía de Pedro Salinas.

¿Qué te hace abandonar la lectura de un libro? 

Las descripciones eternas.

¿Qué obra famosa no terminaste de leer?

La Biblia. El curso en la facultad requería un análisis de los diversos géneros literarios en la obra, pero no logré terminar su lectura. Así que me concentré en El cantar de los cantares y logré salir del apuro, aunque la nota final puso en evidencia que el maestro no se convenció de mi subterfugio. 

¿Hay títulos de los cuales tenés más de una edición?

Sí, de varios, pero no puedo recordarlos todos; Alicia en el país de las maravillas (6), Las mil y una noches (8), Don Quijote de la Mancha (5), El señor Presidente (6). Hay más, de seguro de Edgar Allan Poe, de Shakespeare, de Virginia Woolf, de Cardoza y Aragón…

¿Tenés un lugar específico para los libros que escribiste o editaste, eso que podríamos llamar la egoteca?

Sí, pero no es un altar en absoluto. Se guardan en el cuartito ese en donde se guardan los objetos de ocasión. Esos libros míos ya los conozco y el espacio en mi pequeño estudio es valioso, así que me rodeo de mis tesoros. ¡Qué divertido eso de egoteca!

Tengo un lugar especial para los pocos libros firmados por sus autores: Sábato, Monterroso, Saramago, Restrepo, Flores, Méndez de la Vega, Liano, Poniatowska y muchos otros.

¿Leés solo libros impresos o también electrónicos?

Casi solo impresos. Tengo Kindle, Tablet, compu, cel, pero esas novedades no se me dan. Me escapé del siglo xix y sigo aquí de colada, solo para continuar leyendo libros de papel. Esos de papel cebolla son mis favoritos.

¿Acostumbrás prestar libros a tus amistades?

Sí y acosarlos para ver si leyeron. Me encanta saber qué pensaron, sintieron, gustaron…

¿Devolvés los libros que te prestan?

Sí, casi siempre, con excepción de una persona. Muchos de mis libros están en su casa y muchos de los suyos en la mía, pero ese ya es un acuerdo.

¿Cuáles son tus hábitos de lectura? ¿Tenés un lugar y un horario fijos para leer?

No, a cualquier hora, en cualquier parte, pero prefiero leer de noche hasta que me vence el cansancio.

¿Acostumbrás subrayar y anotar los libros que leés?

Sí y reírme con las notas que he escrito tiempo atrás, cuando regreso a un libro particular.

¿Sos monógama para leer o leés más de un libro a la vez?

Varios a la vez, no puedo leer solo un libro. Me aburro con facilidad y brinco de una historia a otra.

¿Qué libro estás leyendo ahora?

Memorias de una resistencia pacífica, de Felisa Muralles Díaz

Poesía precolombina, selección y notas de MA Asturias

George Steiner en The New Yorker, George Steiner

Poet Warrior, de Jo Harjo

Cómo no escribí nuestra historia, de Elísabet Benavent

¿Con qué personaje literario te gustaría tomar un café?

Con Scherezade y con Úrsula Iguarán.

Si pudieras quedarte a vivir en un libro, ¿en cuál lo harías?

En La historia interminable de Ende.

Por último, si alguien quisiera iniciarse en la lectura y te pidiese ayuda, ¿qué diez títulos le recomendarías leer?

Depende, dijo Pepito…

Si es un niño, le diría que leyera El libro de la selva, La isla del tesoro, Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas, La historia interminable, Ana de las tejas verdes, El jardín secreto, Momo, Corazón, Robinson Crusoe, Las aventuras de Huckleberry Fynn, Viaje al centro de la Tierra, Harry Potter, Las crónicas de Narnia y Platero y yo. ¡Y ya me emocioné! Ojalá fuera niña otra vez para redescubrir el mundo por medio de tantas aventuras descritas en estas obras…

Si es un adulto que no ha leído, resulta difícil recomendar, porque es muy posible que se aburra con la lectura. Así que quizás lo mejor sería iniciarlo con algunas obras cuya asimilación resulte más factible para engancharlo con el vicio. Digamos, El extraño caso de Dr. Jekyll y Mr. Hyde, El túnel, Frankenstein, La casa de los espíritus, Cien años de soledad, Las mil y una noches, El retrato de Dorian Grey, Los tres mosqueteros, Drácula, El conde de Montecristo, Narraciones extraordinarias, Moby Dick… 

 

 

 

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