En mi etapa de probar de todo...

Era viernes por la tarde.

Segundo año de la universidad.

Como era costumbre, los viernes nos reuníamos en los bares aledaños, para beber y fumar hasta el cansancio, mientras escuchábamos las clásicas canciones de heavy metal.

Ya tipo 8 de la noche, la costumbre era trasladarnos al bar que estaba al fondo, con luces de aquellas que hacen que tus dientes se vean brillantes y los ojos como de muerto viviente, y allí nos quedábamos hasta que el cuerpo aguantara,

bailando al delicioso ritmo del psycodelich trance.…

Pero esa tarde-noche de viernes fue diferente. Una amiga mía me llamó, quería saber si me animaba para aquello que me preguntó hace un par de días... (hacer un trío con ella y su nuevo novio).

Desde hacía ya un par de años que yo me había declarado bisexual, y en aquellos días las redes sociales te preguntaban tu orientación o preferencia sexual, y pues, yo no tuve ningún problema con publicarlo allí y eso tuvo como consecuencia esa charla con mi amiguita, quien tenía ganas de probar que era eso de estar con una chica, y aprovechando, darle un agazajo al novio.

Yo ya había experimentado con chicas, pero eso de estar en un trío con una chava y un chavo era nuevo para mí.

Como estaba joven y en mi etapa de probar de todo, pues

dije que sí.

Llegaron por mi a los bares de la U y después nos fuimos a uno de los moteles de por allí cerca. No recuerdo el nombre, pero estaba bastante bien, muy bonito, con una tina gigante, y muy limpio.
Estando allí, nos tomamos un par de cervezas y empezamos con el jugueteo previo.

Aunque ambos eran guapos, la verdad es que me sentí un poco rara... Mi amiga estaba superemocionada y la verdad es que yo, ya en el momento, no lo estuve tanto...

talvez porque, aunque me parecía muy atractiva, mi amiga al final era eso, mi amiga, no la chica con la que alguna vez fantaseé estar en la cama.

Al final, creo que fueron nervios de hacer algo así por primera vez, pero siempre sí los tres quedamos contentos...

El lunes que nos vimos mi amiga y yo en la U, no podíamos evitar tener cierta risa nerviosa y cruzar miradas de complicidad...

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