La marioneta en el mundo al revés

"También debo decir que me da cierta envidia, porque me gustaría volver a escuchar una canción como Master Of Puppets con los oídos aún vírgenes"

No recuerdo muy bien si fue en 1990 o 1991 cuando a mis manos llegaron las cintas de Master Of Puppets y And Justice For All de la banda americana Metallica. Creo que a estas alturas, sabemos que el grupo en cuestión es una de las más grandes bandas de metal al día de hoy. Pero en esos años como buen ciudadano del 3er mundo, la música de estos caballeros llegaba con retraso por estos lares y claro está, yo no era la excepción.

Como puberto nuevo en el mundo del rock, es de suponer que ambos discos hicieron explotar mi cabeza. Largas canciones y solos de guitarra épicos con líricas que iban desde las drogas hasta el dolor de la guerra. En esos días que se sienten tan lejanos, el rock y todas sus vertientes sobre todo el Thrash Metal fueron mi ancla y mi salvación. Mi mundo giraba alrededor de todo lo que tenía que ver con la música que me gustaba. Recuerdo guardar cada centavo para poder comprar las cintas que habían disponibles en este lugar. Que cabe decir que eran de muy mala manufactura. Si te hablo a ti Dideca. Y por supuesto la playera respectiva.

Tal vez las generaciones de hoy en día no tendrán idea de lo que era ahorrar Q85 para comprar una playera en la única tienda, en ese entonces, de artículos musicales que existía en el Centro Histórico de este país… era una fortuna. Usar una camisa de tu banda favorita era un statement. Era decirle al mundo esto es lo que oigo y esto es lo que soy. Los diseños y el logotipo de la banda en cuestión era lo que nos representaba. Rocknroll como un estilo de vida. Era, al menos para mí, la única forma de rebeldía que tenía en esos años. Era darse un sentido de pertenencia a algo, un club secreto del que pocos eran los privilegiados en conocer.

No me culpo por pensar así. Con 16 años qué carajo puede saber uno del mundo. Traigo todas estas memorias a esta columna, sin el ánimo de parecer ese chavorruco insufrible que vive atado a un pasado que no quiere soltar. Todo esto debido al “drama” que despertó en redes la escena del personaje de la exitosa serie Stranger Things, Eddie Munson, en donde toca parte de la canción de Metallica, Master Of Puppets.

Como era de esperarse, toda una horda de chavorrucos empezó a criticar en las redes el que ahora todo el mundo era fan de Metallica, o como mejor se conocen a las personas que siguen tendencias: Posers. Siempre he creído que existe en la escena rockera un sector que se cierra a las posibilidades, que puede dar un medio para que una o varias bandas lleguen a más audiencia, incluso a cerrarse a otros géneros musicales con muchas cosas maravillosas para descubrir. Personalmente, yo celebro que los escritores del show hayan decidido poner muchas referencias sobre otras bandas en algunos de sus capítulos.

También debo decir que me da cierta envidia, porque me gustaría volver a escuchar una canción como Master Of Puppets con los oídos aún vírgenes, como la primera vez en aquel año que le di play a mi walkman y ese riff explotó en mis oídos. Creo que se debe ver con buenos ojos que nuevas generaciones puedan tener esa misma experiencia en un mundo donde, tampoco hay que negarlo, existe mucha música que se consume como comida chatarra que se desecha en un instante. De mi parte, espero que existan mucho más shows como este, que usen la música de todas esas bandas que a mí me marcaron y que fueron la pauta para que, a partir de ellas, buscara más y me siguiera sorprendiendo con otros grupos aún sin descubrir.

Cuando pienso en Metallica, pienso en que celebro haber estado vivo y poder verlos aún en un buen momento. No niego que me hubiese gustado verlos en mejores condiciones. Este país y su precaria infraestructura para conciertos aún nos sigue saboteando. Por supuesto, también me hubiese gustado ver a esa Metallica joven y rabiosa con todo el mundo que electrizaba con la furia de sus guitarras. Pero es lo que es y creo que el poder ver a un James Hetfield gritar “AREEEEEE YOUUUUU ALIVEEEE” y oír los primeros acordes de un himno como lo es Master Of Puppets es el equivalente a regresar a ese momento en el que me sentía dueño del mundo con mis audífonos, mi playera de Metallica negra y mi air guitar alzando mi dedo medio a todas las cosas que me disgustaban.


Para escuchar: Master of Puppets album completo.

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