
- De amor y otras drogas
- Publicado
- ¡Sé el primero en comentar!
- 2 a 3 min. de lectura
- Leído 367 veces
¿Eran ganas o miedo al abandono?
Tratar de complacer a los demás es desgastante.
Prometo que tenía en mente otra columna para esta semana, pero el lunes, escuchando Niñas bien, uno de mis podcast favoritos, algo se me disparó. Andrea, una de las conductoras, dijo de que una de las formas en las que se manifestaba el miedo al abandono era tratar de complacer a los demás TODO EL TIEMPO.
Obvio esa no era la primera vez que escuchaba ese “diagnostico”. Creo que escribí de esto brevemente en mi columna de los daddy issues, pero en terapia una vez me preguntaron si alguna vez había cogido con alguien por miedo a que se fuera. Pues sí, CULPLABLE en múltiples ocasiones.
Claro, eso de ser people pleaser no solo se manifiesta en el sexo o con tu pareja de turno. También en otro tipo de relaciones, como en las amistades, la familia o el trabajo. Pero tratar de hacer siempre lo que otros quieren de vos es desgastante, demasiado diría yo.
Me cuesta mucho decir que “no”, aunque no esté convencida de hacer algo y aunque algunas veces sienta que anhelan recibir esa respuesta. Les juro que he tratado de lidiar con eso, y últimamente he sido más exitosa con unir esas dos letras, pero no se puede cambiar de la noche a la mañana.
Crecí creyendo que si le echaba suficientes ganas a algo, tendría un final feliz. Pero la vida no es como hacer ejercicio a diario para perder peso, sobre todo porque hay cosas que no dependen de uno. Las circunstancias cambian de un momento a otro y nadie te asegura que haber hecho lo que otros querían te vaya a satisfacer. Todo lo contrario, podés acabar vacía.
Aunque sea difícil, hay formas de diferenciar entre lo que hacés por amor y lo que hacés por miedo. Creo que un buen termómetro es cuánta paz obtenés. Aquello que hacemos por gusto o por amor nace de nosotros y nos hace sentir dichosos, pero lo que hacemos solo por complacer roba energía y genera ansiedad.
Trata de complacer a otros, incluso nos puede llevar a ocultar quien realmente somos. He visto a gente volverse vegana, no por convicción sino por agradar a su novio, y me he visto callándome cosas que me duelen con tal de no hacer un “drama”. Digo, ¿hasta dónde estamos dispuestos a llegar?
Sé que se van a creer que soy una chaira, pero hay una canción de León Larregui que se llama Souvenir, en cuyo coro dice algo así como: “No existe el amor cuando lo buscas siempre fuera de ti”. Una vez que entendés eso estás más cerca de ser vos misma y de hacer las cosas porque realmente las sentís, ya sea comer monte o coger.