De Xica da Silva a Sex/Life ¿de verdad nos excita el soft porn?

La irrupción de las plataformas de streaming cambió la forma en que vemos la televisión, también en lo que a sexo se refiere. No es que ahora tengamos pornografía legal, pero al menos mientras yo crecía, a finales de 1990 y principios de los 2000, era imposible ver un desnudo en una serie, Emmanuelle in Space era la excepción de la regla. ¿O sino por qué creen que Xica da Silva, una telenovela brasileña, causaba tanto revuelo? No, no era por los abusos de los conquistadores, era porque alguien osaba mostrar chichis y nalgas en televisión abierta.

Recuerdo que cuando Xica da Silva estaba al aire en Guatemala, yo estaba en quinto primaria. Aunque en mi casa nunca se prohibieron las telenovelas, siempre cambiaban de canal cuando veían que un desnudo estaba por ocurrir. Me intrigaba eso que tan nerviosos ponía a los adultos, pero pronto los niños de mi salón, incluido B., empezaron a contar todo lo que habían visto, con pelos y señales literal. Tenían 10 u 11 años, y obvio que todo eso era una novedad y los emocionaba.

Como les digo, esto ha cambiado. Ahora el sexo está allí, servidito, incluso en Netflix. El año pasado, por ejemplo, estrenaron la película 365 Days que, si bien causó polémica por su trama, tenía a muchas mujeres encantadas. Luego que dijeran que era la 50 Shades of Grey polaca, ni me tomé la molestia de verla, aunque sí busqué las escenas de sexo. Porque si algo soy es una periodista comprometida. ¿Qué hay? Pues lo normal: blow jobs, sexo en la cubierta de un yate, sexo contra un espejo y sexo en un cuarto de juegos. Aún así, creo que se me hicieron más sexy algunas escenas de la nueva Gossip Girl ¡y eso que ni desnudos tenían!

También de Netflix es Sex/Life, una serie acerca de una mujer que cogió con muchos hombres pero ahora es una madre y esposa resignada. Esta sí la empecé a ver, pero perdí la atención después del primer capítulo y ya no la seguí. Eso sí, busqué la escena de la que todas estaban hablando, la del pit*, y pues sí está grande. Lástima que unos días después NewsWeek confirmó que esa fue solo una de las escenas en las que la producción usó prótesis, así que la del actor realmente no se ve así.

Como estos hay muchos ejemplos más, que los tríos de Élite, que las infidelidades de Oscuro Deseo, que el intercambio de parejas de El Juego de las Llaves. Por cierto, esta serie acaba de estrenar su segunda temporada y está MALÍSIMA, y ya mejor debería llamarse El Juego de las Siliconas hechas en Televisa. El soft porn de The Film Zone o del Cinema Golden Choice estaba más ardiente, la verdad.

Obviamente yo sé que Netflix o Amazon o HBO no hace estas producciones para calentar mujeres, ¿verdad? Agradezco que existan historias que antes no se contaban, que nos inviten a la libertad y a experimentar. Es solo que pienso que las tramas son tan de hueva que mejor hablamos de sus escena de sexo que parecen un porno suave, muy suave. Para ser honesta yo le hallé más chiste a Spartacus o a algunas escenas de Game of Thrones. Pero bueno talvez solo me gusten las historias con gladiadores y guerreros, ja, ja.