Great Place to Work

“Me llega tu Great Place to Work”, me dijo un colega.

En la década de los noventa -del siglo pasado- recuerdo que en Guatemala existía un reconocimiento a “las mejores empresas”. Ese premio se llamaba La Ceiba de Oro. (Haciendo una búsqueda rápida en Google y no veo actividad de este galardón desde mucho antes de la pandemia).

¿Qué era ese “premio”? Era simplemente un galardón pagado. Yo tenía un restaurante de comida colombiana y me inscribía al certamen… y ¡oh, sorpresa! Mi empresa era el Mejor restaurante de comida del norte de Colombia en Guatemala, compitiendo con… ¿quién más tendría un restaurante de comida colombiana en ese tiempo?

Con esas opciones, había de todo. Si, de todo. La mejor funeraria, la mejor empresa de seguros de vida, el mejor fabricante de juguetes de madera, etc. Incluso, recuerdo que una agencia de publicidad que solo tenía diez empleados compró el premio como La Mejor Agencia con el Galardón Ceiba de Oro.

Con certificaciones compradas se hace uno famoso. Ahora salen con ese Great Place to Work. Una oda a la falacia de que todos estamos contentos dentro de una empresa que, si bien paga puntualmente el salario, a veces hace falta el salario emocional.

Recuerdo que el diario impreso más grande Guatemala recibió el premio porque le daban la bienvenida a los colaboradores citándolos a una reunión, dándoles un ejemplar y, dentro de él, una carta dando la bienvenida a un periodismo independiente, honrado y digno.

Lo tragicómico de todo ello fue que esta empresa anunció la obtención del galardón GPTW un día miércoles… al día siguiente despidieron a media planilla de periodistas.  “Me llega tu Great Place to Work”, me dijo un colega.

Ahora, en el trabajo de mi pareja, se les ocurre hacer una encuesta para obtener la certificación GPTW. El mínimo de participantes es del 70% y ya extendieron el tiempo para responder a dos semanas porque, obviamente, no llegan al mínimo.

Además, las respuestas no son las esperadas: Falta de liderazgo, ausencia de programas virtuales, metidas de pata en las contrataciones, contrataciones por compadrazgos y lo más obvio: el uso de lo virtual solo cuando les conviene.

Son síntomas de muchas empresas y específicamente, de muchos departamentos de Recursos Humanos. No será la primera ni la última vez que se compre un galardón así. El Great Place to Work lo espera a uno, aunque solo exista en sueños.

 

Última modificación Domingo, 17 Marzo 2024 10:57
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