El mirador, breve crónica de un viaje de ida y vuelta

Ver la vía láctea y buscar las constelaciones en la noche; contemplar la complejidad del Universo en un escenario con El Mirador, en Petén, deja sin palabras a cualquiera. Qué mejor recompensa que esa, luego de caminar durante dos días. Esa es una breve descripción de lo que representa recorrer paso a paso los más de 43 kilómetros (de un viaje redondo), en la selva petenera; una jornada que te hace estar en casa, pero en un hogar ancestral. Eso es lo que ofrecen los paquetes de turismo comunitario de Carmelita. 

Presenciar el atardecer en el Templo Henequen, ubicado en el campamento El Tintal, como recompensa del primer día de viaje. En el día dos, recobrar el aliento –irónicamente– al llegar al sitio arqueológico La Muerta y luego descansar por fin en El Mirador, tras caminar 17 kilómetros. No sin antes ver de nuevo el atardecer en la pirámide El Tigre. En la jornada tres del tour se explora durante un día el sitio arqueológico El Mirador y se corona el viaje en la cima de la pirámide La Danta, mientras el sol se esconde en el horizonte. 

Turismo comunitario

Si lo que busca es una aventura en el Petén profundo, realizar el recorrido Carmelita- El Mirador debe ser su meta. Hay agencias que ofrecen el mismo servicio pero no son las autorizadas. El viajero debe prepararse para una aventura que requerirá de muchas ganas. La mejor época para realizarlo es de enero a mayo, pero ahora, porque el tiempo ha cambiado, la temporada de verano se ha alargado. “No todo el tiempo es así, porque en invierno todo está lleno de agua. Lo bueno del verano es que no hay mosquitos, pero en invierno el riesgo es la gente que no está acostumbrada a caminar pues es doble el esfuerzo. 17 km de lodo y agua es difícil”, explica Juan Pérez y Pérez guía de la expedición. 

El fin de estos paquetes turísticos es buscar beneficios a la comunidad y vivir como ellos. Con estos paquetes se benefician las 75 familias que convergen en Carmelita. “Todos nosotros, la comisión de turismo, pertenecemos a la cooperativa en la que nos beneficiamos guías, arrieros, cocineras, prestadores de semovientes (los que transportan agua, comida y el equipo de los viajeros) para tener el control sostenible del circuito”, explica Pérez y Pérez. El costo de la gira varía según el número de viajeros, pues puede llegar a costar hasta $350 por persona. Estos viajes se realizan gracias al trabajo conjunto de la Cooperativa Carmelita, Conap (Consejo nacional de áreas protegidas), Acofop (Asociación de comunidades forestales de Petén) y el Inguat.

Caminar sobre lo andado

El día cuatro comenzó el retorno de una experiencia que cambia la vida. Como dijo Jorge Rodríguez, uno de los periodistas que realizó el tour “la selva te habla”. Y es cierto, al caminar durante cinco días en la selva, es imposible no vivir una introspección profunda. Se está destinado a caminar uno con sus pensamientos. El día cuatro caminábamos hacia Guatemala, sí, pero parafraseando a Scott Fitzgerald, lo hicimos caminado hacia adelante contra corriente, incesantemente arrastrados hacia El Mirador, un lugar de pertenencia. Sin duda éramos los mismos periodistas, mas no las mismas personas. 

“La vida del xatero es dura”, Jorge Quintanilla 

Ser xatero es aprender a encontrar el camino según el movimiento del sol. Jorge Quintanilla sale de su campamento a las 6 horas para adentrarse en la montaña y conseguir las hojas de xate. “Tengo 30 años de dedicarme a esto. La vida del xatero es dura. Uno se pierde en la montaña si no conoce. Se siente que da vuelta todo y cuando sale al camino se descontrola, no sabe si está en el norte, sur o sureste”. Quintanilla carga a diario 30 libras de hojas que luego vende en la comunidad y que luego son exportadas. “El tiempo te enseña, la sabiduría de nosotros está en saber caminar en la montaña, no cualquiera puede, si usted se mete, se volvería loco”.

“Le temo más a las mujeres que a las serpientes”, Rogelio Mendoza

El 15 de febrero fue la mordida 11 que Rogelio recibió. La undécima vez que lo muerde una serpiente barba amarilla, pues ya lo mordió una cascabel. “Uno xateando casi que buscando serpientes anda, pues están bajo las hojas. La barba no ataca una vez que no la toque. Muerden en la pantorrilla, en la pierna derecha tengo siete mordidas, y en la izquierda el resto. Se siente como fuego por dentro, da bolencia, ganas de arrojar y sueño”, menciona Mendoza. A la pregunta de cómo es que está vivo explica: “10 minutos después se empieza uno a sentirse mal. Pero yo no me rajo la piel, no me inyecto. Lo que hago es que busco entre los bejucos la yerba que yo ocupo para cocinarla y tomarla. Con dos vasos de la infusión es suficiente. Me enseñó Benjamín Aguilar, que Dios en paz lo tenga, allá en Los Tulipanes, en ruta Melchor. Sabe qué es bueno también, la cáscara del cedro, se pone a cocer y se te lo toma. El veneno quiere bebidas amargas y así usted suda el veneno. Recuerdo una vez que llegué al Tintal escupiendo sangre, me tomé el brebaje y al día siguiente ya andaba trabajando. Pero una cosa le digo, le temó más a las mujeres que a las serpientes. Si una mujer enferma, embarazada o si está menstruando me ve, Me muero. Lo digo por experiencia, lo he visto”.

Cuando la muerte llama

Muchos xateros se han muerto por mordeduras de serpiente y lo han hecho solos. Y cuando es así y no puede ser trasladado por la distancia, es enterrado en el lugar de su muerte. Si hay uuna cruz que está en el camino es una tumba de uno de ellos. Como en la vegetación no hay flores, los xateros y guías colocan hojas verdes en recordación, yo me uní a la tradición. Hay personas cuyos cadáveres han sido encontrados tres o cuatro días después de su desaparición. Esto sucede porque los xateros siempre andan solos. Se ven al salir del campamento, y hasta su regreso, a las 15 horas, en adelante. 

Sorpresas de la naturaleza: Vegetación, animales e insectos

La fauna y flora es otro atractivo impresionante. Los seres avistados en el viaje fueron: hormigas peteneras, que no tienen nada de amigables. Se mueven en grupo, y uno se debe hacer a un lado, o lo quitan. Incluso, atacan serpientes. Además, arañas de todo tipo con telarañas de hasta 50 centímetros de diámetro, saltamontes del tamaño de la palma de la mano, mariposas, zorras blancas, monos araña y aves. Al caminar en silencio se puede avistar venados, pavos ocelados y lagartijas. Pero de noche, los sonidos de la selva son impresionantes, qué decir de los murciélagos. Es más que probable que le espere en las duchas una tarántula. Como me sucedió. 

Paso a paso: más de 40 kilómetros en total

La duración del viaje depende del ritmo de los turistas, pues los guías se adecúan al grupo explorador. La velocidad promedio es de 4 km/h. El día 1, se recorren en bus 85 kilómetros (parte asfalto, parte terracería) desde Flores hasta Carmelita en dos horas y media. Luego, se recorren desde Carmelita a Guacute, 12km en pick up. Y es en Guacute en donde comienza la caminata. Se recorren 6 km hasta El Tintal. El día 2, se recorre desde las 6:30 horas, de El Tintal hasta El Arrollón (5 km) y se descansa 20 minutos. Luego, de ese punto se camina hasta El límite (6 km más), para descansar de nuevo. La siguiente parada es en El Paraíso, 5 km más adelante, lugar en el que se almuerza. El siguiente tramo es de El Paraíso a la pirámide La muerta (4 km) y finalmente de La muerta hasta el parque El Mirador, 2 km después. El viaje terminó a las 15 horas. El regreso representa el mismo itinerario.

¿Se anima?: No es lo mismo leerlo que vivirlo

Si desea realizar este viaje debe contactar a la Comisión de turismo de Cooperativa Carmelita, Tel. 7861-2639 y 7861-2640. Asimismo, al correo Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Necesitas activar JavaScript para visualizarla. o en el sitio turismocooperativacarmelita.com, ellos resolverán todas sus dudas, desde costos, hasta qué llevar en el viaje pues los paquetes incluyen comida y equipo. Vea el recorrido digital