Vangelis es un momento congelado en el tiempo

Un día de éstos (y mejor si es lluvioso ya ve que estamos a las puertas del maravilloso invierno, pasadas las seis de la tarde), vaya a la 18 calle y Paseo La Sexta, o al paseo más concurrido por la gente en su ciudad. Colóquese los audífonos, suba el volumen a un tono alto pero aún cómodo. Busque el tema “Blade Runner Blues” en el servicio de streaming musical de su elección y déjelo en repetición. Camine y disfrute de la genialidad de Vangelis. 

Si como yo se encuentra al inicio de sus 40 años, o pasa de ellos, esa melodía lo regresará a la Sexta de los años 80 y 90, aquella avenida atestada de autos, ventas callejeras con productos pirata, iluminada por luces neón y tubos fluorescentes. En mi caso, vuelvo a tener 6 años y me asombro con la noche callejera. Eso es lo que logra evocar la atmósfera musical de Vangelis: permite regresar en el tiempo, ofrece sonidos urbanos, no importa si se vive en una metrópoli gigante o enana; es música para caminar de noche en la ciudad de paredes de hollín, esmog y aromas rancios.

La experiencia que propongo está influenciada por la película a la que esa melodía pertenece: Blade Runner, cinta futurista que en 1982 presentaba un 2019 caótico, oscuro, húmedo y sin muchas esperanzas de vida (encuéntrese la ironía). Hay poco de nuevo por decir de una película de culto y de su banda sonora, pero debido a que la covid se llevó al compositor griego Vangelis en 2022 le propongo visitar la obra del compositor griego. Fue el 17 de mayo que falleció uno de los grandes innovadores de la música electrónica y de su incursión en el cine. Abundan los compositores populares de bandas sonoras en el imaginario colectivo, pero son pocos los que trascienden y aporten novedad en el género. Si tuviera que mencionar un panteón musical, ese incluiría a Vangelis junto a gigantes como Ennio Morricone, Henry Mancini, Jerry Goldsmith, Howard Shore, Hans Zimmer, Jóhann Jóhannsson y a Hildur Guðnadóttir, con su trabajo en Joker.

Cuando murió, recuerdo que busqué su música y empezaron a caer los recuerdos. Quizá compartamos este: la música de Vangelis estuvo muy presente en el imaginario colectivo de Guatemala. Había en Canal 5, el canal del Ejército durante los años 80, un programa de noticias tecnológicas. La melodía que usaban en los créditos de apertura era precisamente el tema principal de Blade Runner. Sus sonidos electrónicos eran melodías que sonaban al futuro y a la tecnología.

Hay otro referente. Las nuevas generaciones ya no lo vieron, pero hasta principios de este siglo se acostumbró contratar los servicios de video para las graduaciones. El camarógrafo llegaba, grababa el evento en VHS o Súper VHS y mientras lo hacía, ofrecía los servicios de video de graduación a otras familias con tomas del graduando recibiendo diploma y anillo. De manera que había un video máster con versiones personificadas según el nuevo profesional. En el acto, sonaba el tema principal de la película Carros de fuego, también de Vangelis, mientras entregaban los títulos.

Evángelos Odysséas Papathanassíou, conocido por el mundo del arte como Vangelis, recibió la muerte en París y nos dejó 52 años de carrera musical. Incluso en 2021 publicó su último disco, inspirado en Juno, la sonda espacial de la NASA. Es poco probable no asociar el trabajo de Vangelis al espacio exterior. Su música contenía eso, sonidos profundos y envolventes. Se siente un efecto de película de ciencia ficción, como si esa banda sonora también aplica a la vida de quien la escucha, sonido hecho para viajes interestelares y para mí.

Puede sonar a exageración eso de buscar una banda sonora para los distintos momentos de la vida, pero con la música de Vangelis es posible. Para mí, la banda sonora de Blade Runner será un eterno referente, quizá uno de los discos sacados de películas que más he escuchado. A diferencia de la muerte de otros músicos o famosos, la de Vangelis no afecta tanto. Lo que vino a hacer al mundo lo presentó hace décadas; nosotros sólo nos encargamos de visitar su obra, ayer, hoy y en los años por venir.

Su música no es que genere sensaciones de esperanza, pero sí un apoyo sonoro al día a día, justo de camino a casa luego de una jornada difícil. Es el sonido que necesitamos para continuar.