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Atento recordatorio: ¡Aquí tampoco puede manifestar! #ParoNacional29J
Mientras decidía a qué hora asistir a las manifestaciones del #ParoNacional29J, recibí una notificación que hizo sonreír de nuevo a la maldita censura. Esa a la que por años le quise romper la cara, pero no podía porque trabajaba para este Estado fracturado… y al anterior a este, y al anterior a ese.
Sentir contrariadas mis convicciones políticas y los abusos que tiene el Gobierno con sus trabajadores pesaron más que mi hambre y renuncié, este 2021 no aguanté más. Al poco tiempo, me salió la oportunidad de “mis sueños”: trabajar para una Organización No Gubernamental (ONG) Internacional.
Ahora sí, hoy sería la primera vez que me uniría al descontento del pueblo sin esconderme. No me taparía el rostro por miedo a que alguien me reconociera y quedar desempleada; porque el servidor público no tiene derecho de opinar diferente al patrón de turno. Por fin, podría expresar mi aberración a la corrupción, que pareciera ser el requisito para gobernar en este país.
Pero no, la censura también se viste de trajes elegantes con banderas extranjeras.
La mayoría de ONGs se golpean el pecho por el cumplimiento de los derechos de “todas y todos”. Sin embargo, al mover un poco la lupa a su reglamento interno te topás con que también hay violaciones disfrazadas de normas y de responsabilidades de “funcionarios públicos internacionales”.
Te suben el ego profesional, pero no te dejan expresar tus convicciones políticas. Te privan el derecho a manifestar públicamente y todavía tienen la osadía de invitarte a hacerlo con diplomacia.
¿Acaso los derechos de quienes trabajan en una ONG se excluyen de su misión?
Hipócritas.
Dan contratos temporales. Los llaman “consultorías” para no entrar al tedio de otorgar las prestaciones que dicta la ley, pero cuando es conveniente sí somos “dignos representantes” de su entidad y debemos cumplir con la imparcialidad política.
He de decir que suena precioso ser funcionario público internacional, te ves políticamente correcto, un digno representante, incluso que sos importante, pero al desnudar el escenario no es tan distinto, siempre queda la perra censura.
Hoy puedo concluir que hay ONGs internacionales, ojalá que no todas, esos lugares en los que se encuentran los “trabajos soñados” que no son tan diferentes a las entidades de Gobierno que tanto señalan.