¿Por qué están tan obsesionadas conmigo?

De amor y otras drogas.

Cada cierto tiempo mi mamá recibe una llamada de alguna señora escandalizada porque leyó alguna publicación en la que digo “malas palabras” o la peor de todas: “coger”. No pasa solo con esta columna, también con algún post que vieron en Facebook, en Twitter o en Instagram. A mí me da risa y siempre pienso en esa frase de Mean Girls en la que Regina George dice:

“Why are you so obsessed with me?” (¿Por qué estás tan obsesionada conmigo?

La verdad es que siempre he estado mal parada entre mis consanguíneas. Después de todo fui la niña que, a mitad de una reunión familiar, empezó a jugar a la farmacia con los otros niños y dijo: “¿desean un profiláctico?”. Es difícil olvidar la cara de mi tía abuela, muy cristiana ella, preguntando si yo había dicho lo que había dicho. Yo no sabía qué era un profiláctico (¿condón?) solo lo escuché en una película, pero desde ese momento ya no me vieron con los mismos ojos.

Esta clase de anécdotas y de señoras malentendiendo mi sentido del humor se han repetido con los años. Una vez, cuando yo todavía era una dulce universitaria, tuvieron el descaro de denunciar un post de Facebook solo porque decía algo así como:

“14 de febrero y la Roosevelt con tráfico. Normal, todos quieren coger”.

Y ustedes creen que la cancelación es nueva: ¡las señoras bien de mi familia ya me lo hacían a mí desde 2010!

Claro, ahora dirán: "¿por qué no solo las bloquea?" Pues la verdad es que por mucho tiempo, eliminé y bloqueé tías y puse filtros a ciertas publicaciones. Luego me di cuenta que eso requería mucha energía y que simplemente debería dejar de preocuparme por lo que los demás decían. Finalmente, decidí asumir que mi papel en la familia era ser la mujer escándalo. Ajá, así como Niurka, pero sin la parte de tener talento para ser vedette.

La realidad es que a las mujeres siempre se nos ha enseñado que “calladitas” nos vemos más bonitas, y que las cosas que no decimos probablemente no existen. Hay que llamar las cosas por su nombre y eso se llama hipocresía. Si un hombre cuenta sus hazañas sexuales a sus amigos es percibido como todo un Don Juan, digno de respeto y admiración, pero si lo dice una mujer, obvio es una “puta”. Bueno, pues si eso quieren creer supongo que no nos quedará más que usarlo a nuestro favor y portarnos “mal”.

Antes de terminar, me gustaría aclarar que así como hay señoras de la santa inquisición, en mi familia también hay señoras del bien que les parecen divertidas las cosas que tengo que decir, y otras que simplemente no se meten. Tal vez esa es la clave, no tomarse las cosas demasiado en serio. Al final, ¿qué daño puede hacerte la forma en que los demás viven su vida?

 

Última modificación Viernes, 10 Diciembre 2021 15:41
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