SILENCIO...

SILENCIO...

Música a todo lo que daban las bocinas, estruendo total en los alrededores, bullicio sin final, algarabía de la gente hablando, efervescencia en cada rincón.

En la tele, en las noticias, en los diarios, se multiplicó su imagen. Pasó de ser más o menos conocido, en un ámbito que no es de todos; se hizo viral como soñaba, todos hablaban y hablaron de él, ¿Por cuánto tiempo? Por una semana sería...

Presunciones, habladurías, historias, rumores, que esto, que lo otro, que sí, que no...

Poco a poco se fue apagando. Quedó como un caso más, de los muchos que suelen darse por acá. Pasamos a otra cosa. Solo, quizá, la familia lo resintió más tiempo, como presume uno que sucede.

Aquel frenesí por saber más y encontrar razones y explicaciones se fueron apagando.

Los responsables, felices, porque acá no les pasa nada. Y si les pasa van a dar donde hay muchos como ellos que siguen haciendo y deshaciendo.

Él, varios metros bajo tierra, sin sueños, ni metas por cumplir. Ya es esencia, recuerdo, un suspiro, un adiós que se adelantó, aunque nadie se va sin que le toque su hora dicen algunos.

En medio de la soledad, en medio del silencio eterno.

SENSACIONES...

Tu piel junto a la mía. Rozándose, sintiéndose, disfrutándose.

Amalgama perfecta. Movimientos en distintos niveles, pero en total sintonía.

Tu mirada hacia el techo y tus manos apretando las sábanas, mi espalda.

Tus piernas temblando una y otra vez. Tus gestos, tus palabras entrecortadas.

Somos dos, en un baile de sensualidad y erotismo.

Somos mil emociones, somos fuego, lujuria, pasión, desenfreno.

Tus labios me besan. Mis labios te besan.

Renazco y muero en ti.

Somos dos, en el momento indicado...