Good bye Juan Pablo II: símbolos católicos para despistar a la Policía

Así se usan los símbolos católicos para despistar a la Policía.

No sé cuánto psicotrópico había en el carro, pero sí sé que la idea de Roberto de ponerle banderitas papales al carro levantó cualquier tipo de sospechas. Aquél estaba aprendiendo a consumir esas substancias por lo que desde el inicio fue precavido. Con todo el revuelo de la santificación de Karol Wojtyla, ese viejo con cara de bonachón, recordé un viaje que hicimos a Pana aprovechando la tercera visita papal. Fue un viaje del que, a la distancia, solo quedan rescoldos y risas en los resquicios de mi memoria. Esta crónica es un intento de periodismo Gonzo, género que acabo de descubrir y que pienso explorar, pero si me dejan terminar, les diré que la intención no era buscar una vivencia que, a nueve años de distancia, pudiera ser contada en una revista, era una vivencia más, pero de dos de las tantas ratas de ciudad que pueblan la capital de Guatemala, de las que sólo salen cuando hay dinero, feriado y ganas. Ésta última sobre todo, bueno no…. Siempre es dinero.

El auto era un Nissan Sonny 83, rojo bombero sin polarizar para despistar al enemigo y en él decidimos ir a Panajachel, lugar que nunca ha sido fascinante para mí, incluso es, perdón si hiero a alguien, un charco sobrevalorado. Pero sí es cierto, lo reconozco, darse un toque en un lugar con montañas, volcanes y un lago, le da cierto plus de tranquilidad al trip.

El Papa Juan Pablo aterrizaba en el Aeropuerto Internacional La Aurora y nosotros dejábamos la ciudad. Con conocimiento de causa digo que la Carretera Internamericana es un buen escenario si los sentidos están estimulados por el THC. Lo recuerdo bien. Al menos ocho retenes entre Guatemala y Pana y por más rojos que tuviéramos los ojos, y más latas de cerveza dentro del auto, no nos detuvieron. La bendición papal nos protegía con las banderitas del poder católico y la música de Todos tus muertos nos acompañó.

Salvo algunas paradas parar orinar, el viaje fue tranquilo. La plática fue simple, nada que haya intentado ser profundo o filosófico, solo más de lo mismo, problemas comunes, mujeres, placer, vicios, trabajo, estudios, proyectos y comparar los paisajes de occidente con los de Europa del este. Suponiendo, claro está, que la televisión no mentía pues era nuestro único referente. Y aún lo es.

 

II

Ya instalados en un bungalow por le que pagamos Q200c/u (Creo) procuramos buscar una distracción distinta a fumar, fumar y fumar: era el turno de beber. Así, una vez más, la peregrinación por las cantinas de la Calle Santander de Panajachel fue la opción para que fueran pasando las horas.

Hacía pocos años que el anime Evangelion había estado de moda, por lo que, para sorpresa de nosotros, toparnos con una hermosa extranjera con el cabello liso, corto y azul fue toda una revelación. Una epifanía acerca de Rei Ayanami solo comparable con Pentecostés. Un personaje de animé se nos había manifestado: el Señor vino y es mujer.
Podría decirse que la acosamos. ¿Y quién no?, es decir, teníamos que comprobar si era real, ¡teníamos que saberlo! Así, nos vimos en la obligación de seguirla por las callesuchas de las inmediaciones de la Santander. Pero fallamos. En un momento de duda, en una pausa para volver a fumar, la perdimos de vista y para siempre.

Hay un vacío en mi memoria. Pues lo siguiente que recuerdo, era que ya habíamos regresado al bungalow, que era de noche y que en la grabadora tronaba Nine Inch Nails y el disco The Downward Spiral. Roberto estaba dormido boca arriba en el sillón con la mano extendida, como si sostuviera una antorcha, una estatua de libertad dormida y peda. Mientras yo me la pasé hincado rezando en el inodoro. El vino tinto, el queso, los tacos y la cerveza, hicieron de mí, otra vez, una máquina procesadora de vómito. Luego me quedé dormido unos minutos abrazado a la taza. Luego descansé sobre las lozas del baño y dormí. Entre tanto, Roberto iba a ver, dice él, si yo seguía respirando. Eso no lo recuerdo.

Para orgullo de mi madre, me gustaría pensar, ni una sola gota de mi regurgitar de la noche anterior cayó fuera de la taza por lo que, al despertar, me incorporé y pulsé la manecilla del tanque para que el agua y la gravedad hicieran su trabajo. Esa fue la jornada del primer día. Las siguientes horas, los siguientes días fueron más de lo mismo, mas no tan memorables.

Ya de regreso, un temporal nos cubrió casi desde Sololá hasta San Lucas y en el proceso, un parabrisas salió volando. De lo que estoy seguro es que, al entrar a la ciudad, el avión del papa Juan Pablo II dejaba estas tierras, y por un momento recordé cuando era católico, cuando tenía culpa y le dije adiós para siempre al avión y a dios. Good Bye Juan Pablo, Good fucking Bye.

23 de junio de 2011

 

Última modificación Miércoles, 06 Julio 2022 13:49
(2 Votos)

Deja un comentario

Asegúrate de ingresar todos los campos marcados con un asterisco (*). No se permite el ingreso de HTML.

  1. Lo más comentado
  2. Tendencias

Colágeno ¿sí o no?

0

Por Priscilla León López

Perjurio

0

Por Gabriel Arana Fuentes

ELECTRIC HEAD

...

Por Dr. Gonzo / IA

NIN: Clavos de nueve pulgadas

Aquellos jóvenes inconformes e insatisfechos.

Por Álvaro Sánchez

Ese miércoles infernal presencié un mila…

Historias insólitas de ciudad.

Por Gabriel Arana Fuentes

22 AÑOS...

...

Por Rubén Flores

next
prev