Lester Andrés Gonzáles

Cómprame un revólver, un espejo de Latinoamérica

Cómprame un revólver una película de autor que todos deben ver. Disponible en Amazon Prime

Cómprame un revólver es una película dirigida por el director guatemalteco-mexicano Julio Hernández. Esta película relata la historia de un México atemporal donde los narcos son los que controlan el país, algo que no está muy alejado de la realidad. La historia está protagonizada por un padre y su hija, a la que le corta el cabello y viste como niño para ocultar su género y protegerla de los narcos, ya que las mujeres en esta historia son vistas como objetos o trofeos. En una combinación bizarra de Peter Pan y Mad Max, el director refleja una realidad que, aunque parezca fantasía, se vive en muchos lugares de Latinoamérica.

El narcotráfico y la adoración a la narcocultura le ha hecho daño a países como México, Colombia e incluso a Guatemala. Pero mucho se ignora de las atrocidades que esta actividad provoca en los niños y sobre todo en las mujeres. En la película, las mujeres están en grave peligro, ya que las pocas que quedan son raptadas para ser usadas como objetos sexuales o incluso asesinadas. Esto no es muy diferente de la realidad, en lugares como Sinaloa y Zacatecas, México, las niñas y adolescentes se ven forzadas a huir de sus hogares para no caer en manos de los carteles, que buscan mujeres para prostituirlas y violarlas.

En Guatemala se vive una situación similar, en el departamento de Jutiapa, es común que los narcotraficantes rapten a las mujeres de sus familias o las cambien por dinero, ganado o comida, para hacerlas sus esposas a la fuerza. Esto causa que las mujeres vivan un infierno de violencia doméstica, que en ocasiones las pueden llevar hasta la muerte. Como se representa en el largometraje, las mujeres son tratadas como objetos o trofeos, que después de un tiempo o cuando ya no les son útiles, son desechadas y dejadas a su suerte.



En la película, el padre usualmente mantiene a su hija encadenada, para que no sea raptada por los narcos. Esto es un reflejo del terror de los padres que hoy en día temen por el futuro de sus hijos. Esos padres que temen cada vez que sus hijas salen de noche y no saben si regresarán vivas, y por tanto muchas veces les prohíben salir y vivir su juventud con tranquilidad.

Algo representativo de la película es que, en este mundo creado por Julio Hernández, no hay una figura materna para cuidar de los niños, los que hacen alusión a su madre perdida constantemente, muy al estilo de Los Niños Perdidos de Nunca Jamás. Aquí también podemos ver otra alusión a la triste realidad de los niños del narcotráfico, quienes han quedado huérfanos por la violencia y deben sobrevivir a solas en un mundo que constantemente trata de matarlos.

El cine siempre ha sido una herramienta de comunicación muy eficaz, a lo largo de la historia se ha utilizado para recordar hechos históricos y hacer una declaración de aquellas cosas que no deben ser olvidadas. Es por eso que el cine es un medio ideal para hacer crítica de realidades sociales y reflejar el contexto en el que se vive. Cómprame un revólver es un ejemplo de este cine de crítica; no obstante, en Guatemala también hay producciones de esta temática que vale la pena apreciar. Algunas de las producciones más importantes en torno a este tema son La Llorona, Temblores e Ixcanul, todas dirigidas por el cineasta guatemalteco Jairo Bustamante.

Actualmente hay muchas personas que se oponen a que se toquen este tipo de temáticas en el cine guatemalteco. El principal argumento es que siempre es lo mismo y por qué no buscar otras temáticas que sean del agrado de más personas. El problema es que muchas de estas películas tratan sobre temas del conflicto armado en el país, y es bien sabido que este es un tema polarizante, que lleva consigo un gran mensaje ideológico que no es aceptado por muchas personas. Sin embargo, es necesario recordar que fue lo que pasó, las atrocidades que se cometieron y visibilizar a quienes fueron más afectados por esta guerra. Este recordatorio permitirá no cometer los mismos errores en el futuro, aplicando la enseñanza del viejo dicho: quién no conoce su historia está condenado a repetirla.

Pues en esta misma línea, el largometraje de Julio Hernández es un gran recordatorio de que el futuro de los niños y niñas de Latinoamérica está en grave riesgo. Producciones como estas son un espejo de la realidad y son necesarias para hacerle ver al mundo lo que pasa y para crear conciencia en las sociedades de que es necesario luchar por el futuro de los niños y de los países de Latinoamérica, que poco a poco se ven destruidos por la corrupción la violencia y el narcotráfico.

Última modificación Viernes, 24 Junio 2022 00:17
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