¿Hay alguien ahí fuera?

 

Cientos de ladrillos están alineados esperando su turno.

Uno por uno, se alistan para formar un inmenso muro al compás de las notas de Comfortably Numb, en la guitarra de David Gilmour. La silueta de Roger Waters se distingue solitaria contemplando todo ese gran vacío negro, llenándose de los flashes de cámaras y los gritos de fans reventados en psicotrópicos. Así fue como empezó todo, pero el show tenía que continuar. 

Aún me asombra la idea de este disco, el aislamiento personal y el abandono en medio de miles de personas. Pero cuando lo pienso, la idea sigue vigente en estos días. Los seres humanos seguimos construyendo muros metafóricos alrededor de nosotros. La frustración de Waters se convirtió en una realidad colectiva. A 44 años de su creación,  The Wall, de la banda británica Pink Floyd, es uno de los álbumes más ambiciosos, desde su génesis conceptual, e increíbles jamás creados. Una ópera rock dedicada a nuestros miedos y pesadillas. Cargado de melodías que se graban con fuego en nuestras cabezas para nunca abandonarnos. 

Al escuchar la instrumentación de joyas como In The Flesh? o Hey You, cierro los ojos. Puedo verme como una animación hecha por Gerald Scarfe, corriendo al ritmo de Run Like Hell a punto de ser aplastado por los pelotones de martillos que marchan bajo las órdenes de criaturas militares uniformadas de negro. Y en medio del sonido ensordecedor de las metralletas de los aviones pasando sobre mí, vuelvo a ser un pequeño niño y puedo sentir como soy presa de las garras de un gigante y miserable maestro que me lanza –y a muchos otros– a una máquina trituradora, para volvernos carne en un sistema que nos devorara sin piedad alguna por bocados lentos. Y en algún momento de la pesadilla dejaríamos de ser nosotros y nos convertiremos en un Pink, abandonado en un sillón desvencijado, intoxicado con múltiples drogas y contemplando como el muro se hace infinitamente grande, hasta que el último ladrillo se pose en él. Y en el momento en que la luz ya no se vislumbre más, diremos adiós a todos tarareando Goodbye Cruel World, y nos preguntaremos si el día en que salgamos del encierro habrá alguien afuera.

Última modificación Miércoles, 16 Agosto 2023 15:44
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