Horóscopo musical

Géminis. Viajas al viejo continente. Caminas y admiras la arquitectura. En un callejón angosto te topas con tu doble idéntico. Te sangra la nariz.    

Cáncer. Tomas una naranja. Insertas la uña de tu dedo pulgar en la cáscara y un chorro de zumo impacta en tus ojos. En un instante de ceguera dolorosa recuerdas todas tus vidas pasadas. Siempre has cometido los mismos errores.        

Leo. Decides odiar a la raza humana en general y a tres personas en particular. Elige bien. 

Virgo. Sales de la regadera. El piquete de un alacrán escondido en tu toalla te otorga el poder de comunicarte con todo tipo de arácnidos. La conversación no es muy estimulante, así que lo mantienes apagado todo el tiempo.          

Libra. Despiertas y descubres que hay una mano desmembrada sobre tu rostro. Horrorizado, la tomas y la arrojas tan lejos como puedes. Enciendes la lámpara sobre la mesa de noche. Ríes porque es solo tu otra mano, entumecida por dormir toda la noche con la cabeza sobre tu brazo.        

Escorpio. Recibes un paquete misterioso en la puerta de tu casa. El paquete contiene una lámpara extraña que tiene la capacidad de cambiar tu vida para siempre. Decides guardarla para regalársela a alguna de tus tías en Navidad.         

Sagitario. En el bolsillo de tu pantalón sientes una vibración fantasma. Ignórala. 

Capricornio. Sales de tu oficina. Te incorporas al tránsito. Mientras esperas que el semáforo cambie a verde, cierras los ojos y recuerdas con exactitud el vientre materno. La bocina del auto de atrás te saca del trance.  

Acuario. En el centro comercial te dan un volante publicitario. Contra todo instinto, decides conservarlo. Haces bien, pues te servirá para hacerlo una bola y arrojárselo a alguien en la cabeza.

Piscis. Abandonas el uso de signos de exclamación en tus correos electrónicos. Dejas de prestar atención a las manchas flotantes en tus ojos. Vives 3 años y medio más que el promedio nacional. 

Aries. Recibes la visita de un pariente lejano, que creías muerto hace mucho. Sacas la botella de ron especial y pides pizza a domicilio. El repartidor también resulta ser un pariente lejano. 

Tauro. Almuerzas con tus compañeros de oficina. A la par de ti, alguien corta un limón. Un chorro de zumo sale disparado hacia tu ojo derecho, pero milagrosamente lo logras esquivar. Escribes tu carta de renuncia.