© Foto: Fundación Educativa Fe y Alegría Guatemala

#FeYAlegríaNosNecesita

Antes que termine el día pongo en sus manos esta reflexión.


Hoy por la mañana compartí una invitación para que apoyemos a la comunidad educativa de Fundación Educativa Fe y Alegría Guatemala. Su situación, en esta crisis, es muy compleja. Sin embargo, las distancias, las carencias materiales que sufren sus estudiantes, las particulares condiciones que el Coronavirus ha impuesto en la cotidianidad de las comunidades, no han detenido al equipo de docentes de esta entidad.

Con mucha creatividad y haciendo uso de distintos canales de comunicación están atendiendo las necesidades de las y los estudiantes. Por ejemplo, están usando redes sociales como Fecebook y WhatsApp, orientaciones vía telefónica y vehículos con bocinas en las comunidades más lejanas.

Pero lo que más me impactó es que, en las bolsas de alimentos que están facilitando a los alumnos, estén incluyendo guías de estudio y los materiales escolares que van a necesitar en estos días.

Estoy seguro que, en casa de quienes están leyendo estas líneas, si hay niños, seguramente habrá también suficiente comida, acceso a Internet, una computadora, útiles escolares diversos, que se han comprado con el sacrificio y el trabajo de la familia.

Lamentablemente, esa no es la realidad de la mayoría de niñas, niños y adolescentes de Guatemala. Pero allí están, muchos jóvenes que estudian básicos o que ya cursan alguna carrera en la universidad, quejándose por la cantidad de tareas que deben completar en esta cuarentena.

Quizá, si cambiaran de lugar por unos días, con cualquiera de los jóvenes de Fe y Alegría, que tienen igual dignidad y derechos que ellos, su perspectiva cambie. Hoy, antes de dormir, si puede conversar con sus hijos y sobrinos. Cuénteles que no hace falta ir muy lejos, para encontrar a muchos estudiantes que enfrentan otra realidad.

Sus hijos y sobrinos no tienen la culpa de estos fenómenos. Usted y yo tampoco. Pero es sano que sepamos que existe otra realidad, muy cerca. Es sano que reflexionemos y reconozcamos nuestros privilegios. Sobre todo, es vital que hagamos algo, lo que esté en nuestra mano, para ayudar.

Durante esta jornada, en varias ocasiones, sentí que no se abriría ninguna puerta. Tristemente, noté mucha indiferencia. Porque envié varios mensajes y en algunos casos no recibí respuesta alguna. Sé que todos estamos ocupados en nuestras labores. También sé que no todos tienen la oportunidad de donar algo. Pero el silencio duele y no ayuda en nada al prójimo. Una palabra de aliento basta. Compartir la información ya es un aporte y prestar atención al dolor del otro en esta crisis, es indispensable.

Muchas gracias a las personas que respondieron. Su respuesta me animó y animará a muchas personas más. Sobre todo gracias a la periodista Mariela Castañón por esta nota  (Link: https://lahora.gt/equipo-de-fe-y-alegria-busca-llegar-a-16-mil-estudiantes-en-emergencia-sanitaria/que publicó en el diario La Hora. En ella encontrarán una síntesis del reto que enfrenta Fe y Alegría. En la persona de Mariela, agradezco la sensibilidad y la respuesta de quienes están dispuestos a servir, aunque duela.

Luis Pedro Paz
luispedro_paz

 

 

 

Última modificación Lunes, 30 Marzo 2020 16:46
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