© Foto: Luis Pedro Paz

Defensoras y defensores de Derechos Humanos

¿Para qué sirve la PDH? si sos de los que se lo pregunta, Luis Pedro Paz lo explica en este texto.

«Tenemos conferencia de prensa en media hora», «Los periodistas están esperando», «¿Ya está listo el comunicado?», «Salimos en 15 minutos a la manifestación», «¡Se activó el protocolo!», «Nos pidieron el informe y los audios de la conferencia», «La entrevista es en vivo», «Los estudiantes vienen en camino». Las voces se mezclan en mi memoria, al fondo escucho aún el sonido de la impresora, el timbre persistente de dos o tres teléfonos, el feedback de un micrófono, dos estaciones de radio, las preguntas de los periodistas y el inconfundible coro metralleta de las cámaras que obturaban al mismo tiempo, hasta que el fotógrafo obtenía la imagen perfecta.

Tengo en la mente todos estos sonidos. Las escenas, los rostros de la gente que las protagonizó y los respectivos desenlaces seguirán siendo una fuente de aprendizaje. Trabajar con el equipo de profesionales de la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH), a pesar del vertiginoso ritmo de las jornadas, fue una experiencia profunda y transformadora.

En abril de 2016 decidí renunciar al cargo que desempeñaba en la Dirección de Comunicación Social. Quería enfrentar nuevos retos profesionales y tenía delante una nueva oportunidad que no podía rechazar.

Me llevé en la mochila amistades entrañables y un sin fin de lecciones de vida. Por eso, por todo lo que aprendí, aprovecho la conmemoración del Día de los Derechos Humanos, que se realiza cada 10 de diciembre, para recordar y valorar el trabajo que hace, muchas veces en silencio, el equipo multidisciplinario de la PDH.

Las marchas y concentraciones de la ciudadanía indignada por la corrupción, los talleres y conversatorios que se realizaban en el interior del país, las visitas a la red hospitalaria y a los centros educativos públicos, las zonas afectadas por la desnutrición crónica, los casos en los que la violencia truncaba los proyectos de vida de la niñez y la adolescencia, los innumerables vejámenes que las mujeres, la comunidad LGBTI y la población migrante denunciaban, me permitieron ver en qué país estaba parado. También, con el paso del tiempo, estos fenómenos me hicieron entender qué tipo de funcionarios se requieren para afrontar estas realidades.

En todas esas oportunidades observé a profesionales trabajando con plena conciencia de la responsabilidad que tenían entre manos. No dudaban, no había tiempo para eso. Bacilar podría significar una muerte o un atropello más a la dignidad de una persona.

Mientras escribo esta columna tengo a mano el decreto 54-86, es decir, la Ley de la Comisión de Derechos Humanos del Congreso de la República y
del Procurador de los Derechos Humanos. El texto, que todas y todos deberíamos conocer, detalla las atribuciones del procurador. Para orientar de mejor forma a la comunidad de lectores de esta plataforma, las resumo de la siguiente manera:

1) Fiscalizar el trabajo de todos los funcionarios que integran el aparato gubernamental del país, 2) promover la educación en Derechos Humanos, 3) recibir, analizar e investigar denuncias sobre violaciones a los Derechos Humanos para emitir las resoluciones de censura pública que correspondan. La página web de la procuraduría explica este tema con más amplitud en el siguiente enlace:

https://www.pdh.org.gt/funciones-y-atribuciones/


Si se lee detenidamente, la mencionada ley, la naturaleza de la institución que dirige el defensor del pueblo es clara. Pero indiscutiblemente aún hace falta mucha más labor informativa sobre el quehacer de esta entidad, ya que se suelen confundir o tergiversar las funciones de la PDH. Como consecuencia de la falta de educación o por las estrategias de desinformación tan comunes en estos días.

Foto: Luis Pedro Paz



Actualmente la institución tiene 17 defensorías que atienden las necesidades de diversos grupos poblacionales y 33 auxiliaturas distribuidas por todo el territorio nacional. La anterior administración y la actual, ya han dejado su marca en la historia del país. Porque han acompañado a la población que se ha manifestado en las calles, por la oportuna y eficiente mediación que han ofrecido en diferentes conflictos, por las resoluciones y acciones legales que han planteado en defensa del bien común y por iniciativas como la creación de la defensoría de la diversidad sexual y la defensoría para periodistas y defensores de Derechos Humanos.

Los equipos trabajan las 24 horas del día, los 365 días del año, donde haga falta. Puedo dar fe de ello. A pesar de tener un presupuesto limitado y consecuentemente recursos materiales contados, el personal viaja por todo el interior, hace mediaciones, fiscaliza, acompaña y defiende a las poblaciones que están en condiciones de vulnerabilidad.

En algunos países es y seguirá siendo obligatorio el servicio militar. Pero sueño que en Guatemala, la juventud aspire a formar parte de la Procuraduría de los Derechos Humanos. Sin importar la profesión que deseen estudiar o la localidad en la que hayan nacido. Todas y todos los jóvenes podrían hacer una pasantía que les permita entender y vivir la realidad del país. La realidad de los más pobres. Así, podrán encarar su formación con una mayor sensibilidad y con un sentido de la responsabilidad que les permitirá servir a quien más lo necesita.

Quizá eso sea posible si asumimos el reto de construir una cultura de paz, en la que se respete la dignidad de todas las personas y sus derechos, sin ninguna excepción. El primer paso es informarnos sobre las funciones de la PDH, valora su labor y acudir a ella cuando lo necesitemos. Esa es mi invitación de esta semana.

Luis Pedro Paz
@luispedro_paz

 

 

Última modificación Viernes, 13 Diciembre 2019 11:33
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