POSESIÓN...

POSESIÓN...

Creyó que era el centro del universo, que todo cuanto estaba a su alcance era suyo, que todo le pertenecía.

Apenas despertaba a la vida pero se erguía como dueño y amo.

La tomó para él y en lugar de amor le destinaba un trato como de señor feudal a su esclava.

Compartía con ella y aparentaba una compatibilidad de emociones; sin embargo, nada era real. Las apariencias dominaban la escena.

Ella se cansó y descubrió que eso que le daban no era ni siquiera cariño. Se engañaba a sí misma, pero abrió los ojos y dio un giro de 180 grados.

Agarró fuerza y sacó valentía y decidió echarlo de su vida.

Él, iracundo, le rogó, le pidió, se arrodilló, pero nada le funcionó. Finalmente, aceptó. Le dejó unos papeles diciéndole que porqué.

Y tras esto vino la tragedia. Logró convencerla de solo ser amigos. Unos días fingió y cuando ella bajó la guardia, le asestó un golpe mortal. 

De paso le arrancó la cabeza para que nunca más volviera a pensar y le sacó el corazón, 

ese del que nunca pudo adueñarse,
porque no supo hacerlo,
como mensaje de que ese órgano idealizado con el amor,
sería suyo, de cualquier manera...

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INTENSIDAD...

De pronto sus manos se rozaron.
Electricidad, chispas, locura, pasión.
Desbordaron de deseo y se encarrilaron por la vía del placer inconmutable.

Sus pieles eran una continuación del otro.
Sus cuerpos se adherían con total perfección.
Sus manos, sus labios, todo encajaba. Maravillosa amalgama.

Pasó el tiempo, la vida,
el placer a montones se tradujo en apenas unos toques en el hombro.
Pesaban las arrugas y los tantos calendarios juntos.
Se fueron apagando, como a todos nos sucederá sí o sí.

Ella decidió partir primero.
Él se hizo el fuerte, pero no quería continuar.
Dejó que el desencanto de la soledad y la aflicción lo condujeran al destino final.
Y partió.

La idea era encontrarse allá.
La idea era volver a verse,
la idea era tan loca como idealizada en el contexto de esta humanidad.

Se fueron, y con ellos la intensidad de dos almas,
dos cuerpos, dos seres que echaron chispas,

pero no más...