
- Filtraciones
- Publicado
- ¡Sé el primero en comentar!
- 5 a 10 min. de lectura
- Leído 707 veces
Geezer Butler, el séptimo hijo
1) En febrero de 1985, el doctor Aldo Castañeda se preparó para operar al bebé James Butler en el Boston Children’s Hospital, donde llegó a ejercer el cargo de cirujano jefe en el área de cardiología. Fue contactado por Gloria Butler, la madre del menor, quien pasó cerca de seis meses llamando por teléfono a cuanto especialista de renombre existía en los Estados Unidos para ver quién podía operarlo a corazón abierto.
Cuenta su papá que el pequeño James nació con la transposición de las arterias, lo que hacía circular la sangre alrededor de su corazón sin que llegara a los pulmones y pudiera oxigenarse. El doctor que atendió el parto le informó que sobreviviría hasta una semana, en ese estado, de no practicársele un agujero en el corazón. Aun así, sólo le daba chance del cincuenta por ciento de que sobreviviera. El médico que practicó la cirugía de emergencia en el St. Louis Children’s Hospital de Chesterfield le pidió su autorización para proceder, siempre recordándole que no era seguro que el niño saliera con vida.
El padre, aunque alejado de la iglesia católica desde su adolescencia, pidió a Dios que le mandara una señal. Justo en ese momento, en pleno cielo encapotado, un arcoíris desplegó sus colores. Su cuñado Sam también lo observó, así que estuvo seguro de que no alucinaba. La operación fue exitosa y aseguró la supervivencia de James hasta que fue dejado en las manos del doctor Castañeda, quien sobresalió por su trabajo con niños aquejados por malformaciones del corazón y fue una autoridad en el campo de la cirugía cardíaca pediátrica hasta su muerte en 2021.
El niño se sobrepuso a la operación y vivió lo suficiente para hacer abuelo a su padre. «Gracias a Dios por Aldo Castañeda, y gracias a Dios por ese arcoíris», escribió el abuelo en su autobiografía pensada para dejarles testimonio a sus nietos nacidos en territorio estadounidense acerca de sus andanzas. No lo cuenta en su libro, pero podemos inferir que el matrimonio Butler tuvo una última reunión con el doctor Castañeda para expresarle su gratitud. Seguro se enteraron que era guatemalteco, aunque nacido en Italia, criado en Alemania (la Alemania del Tercer Reich, donde su familia quedó retenida al estallar la Segunda Guerra Mundial) y educado en Suiza. El padre debió reflejarse en esas mudanzas y migraciones: si bien nació en el centro de Inglaterra, sus papás eran irlandeses de pura cepa (de Dublín, para más señas) y fijó su residencia en Estados Unidos poco después de cumplir los 30 años.
El padre y el abuelo mencionado en estos párrafos es el súbdito inglés bautizado como Terence Michael Joseph Butler, mejor conocido entre nosotros como Geezer Butler, el bajista fundador del grupo Black Sabbath y su principal letrista hasta 1978, antes de verse aquejado por la falta de ideas. Nació el 17 de julio de 1949, en la casa número 88 de Victoria Road, y se crió en el distrito de Aston, perteneciente a la ciudad de Birmingham; en esa misma fecha, pero en 1930 y en la localidad italiana de Nevi, nació el doctor Aldo Castañeda. Me encontré con esta coincidencia mientras reunía datos para armar esta nota a propósito de Into the Void: From Birth to Black Sabbath and Beyond, la autobiografía de Geezer puesta a la venta el 6 de junio de 2023.
2) «Fui el séptimo hijo del séptimo hijo, nacido en el decimoséptimo día del séptimo mes, 1949, a siete minutos de la medianoche», escribe Geezer en las primeras páginas de su libro. Sólo le faltó mencionar que su llegada al mundo material ocurrió en domingo, el séptimo día después de la creación según el libro del Génesis. Con tantos sietes a su alrededor, dada su preferencia por el blues, resulta curioso que no se detuviera en la canción «Hoochie Coochie Man», escrita por Willie Dixon y cantada por Muddy Waters, donde la gitana le anuncia a la madre del niño por nacer que será tremendo sun of a gun, aparte de que hará saltar y gritar a las mujeres bonitas, y aún hay más: «en la séptima hora, en el séptimo día, en el séptimo mes, los siete doctores dijeron: “nació para la buena suerte”, y ya verán, tengo setecientos dólares, no se metan conmigo».
Pero de que estaba predestinado para ser algo más que un contador, tal como su brillantez en los estudios lo presagiaba para orgullo de sus padres James y Mary, lo estaba. Cuenta que a los seis años tuvo una visión. Estaba en su cuarto. De repente la oscuridad se llenó de brillo y despertó. Vio que una esfera giraba encima de la cama. Dentro estaba un hombre parado en un escenario. «Tenía el pelo largo, botas plateadas y tocaba una guitarra», recordó. «Sólo había visto un escenario en la escuela y lo usaban para las obras que presentaban en Navidad. No tenía ni idea de cómo se veía una guitarra, menos aún una guitarra tocada por un hombre de pelo largo y botas plateadas. En aquellos días no teníamos televisor y los periódicos de Inglaterra no estaban repletos de estrellas del pop, precisamente». La esfera flotó cerca de un minuto antes de colarse por la chimenea del cuarto y desaparecer por el conducto. Lo que pudo espantar a otros niños dejó tranquilo a Geezer. Cuenta que se durmió tranquilo y tuvo la certeza de que algo le esperaba más allá de su vecindario, todavía afectado por los bombardeos de la fuerza aérea alemana.
Si el lector muestra su escepticismo, Geezer nos aclara en la nota introductoria a Into The Void que los hechos sobrenaturales son latentes en Aston. Al revisar plataformas digitales, nos enteramos que Birmingham y el área al que pertenece forman parte de los Midlands, las Tierras Medias, cuya extensión se corresponde con el reino medieval de Mercia y colindan al oeste con el país de Gales. Cuentan con sus propias historias de espantos y aparecidos. La Dama Negra acecha a los caminantes que se meten entre los bosques de Bradley, Nanny Rutt se apodera de las niñas que desobedecen a sus padres, Black Annis atrapa a sus víctimas con sus garras de hierro antes de devorarlas.
No es de extrañar que las señoras Bagley y Heath se quedaran congeladas del susto cierta mañana de septiembre de 1971 cuando vieron a una mujer vestida de traje verde con vuelos parada a media calle y a punto de ser atropellada por el bus que esperaban en Victoria Road. La mujer se desvaneció segundos antes del impacto. «Poco meses después, esta vez al atardecer, una señora McFarlane caminaba por el mismo lugar cuando de pronto se le apareció una mujer con un vestido amarillo verdoso, atravesó a toda prisa la calle, y se desapareció al llegar a la acera opuesta. Más tarde se supo que una acomodadora del cine Aston Cross pereció cuando atravesaba Victoria Road en ese mismo lugar, años antes. Siempre pasaban cosas raras en Aston. Por algo Black Sabbath nació ahí», afirmó Geezer.
3) Geezer Butler cuenta su versión de la historia protagonizada por Black Sabbath después de las autobiografías del cantante Ozzy Osbourne (I Am Ozzy) y el guitarrista Tony Iommi (Iron Man: My Journey through Heaven and Hell with Black Sabbath). A diferencia de sus colegas, que tuvieron la ayuda de redactores para completar sus libros, Geezer escribió la primera versión (y sus posteriores revisiones) con sus puños, letras y teclas. Se ufana de que siempre fue bueno para las clases de inglés; en 1960, tras superar el examen llamado eleven-plus, fue admitido en la Holte Grammar School: «De pronto, a los 11 años, estaba aprendiendo toda clase de cosas maravillosas y sorprendentes, incluyendo francés, latín, griego, física, música y literatura inglesa. Siempre había estado metido con la lectura y el idioma inglés. Leía cómics, como Dandy, Beano y el Eagle, el cual presentaba a Dan Dare, el Piloto del Futuro. También leía un montón de los cómics de horror que eran de mis hermanos, los cuales eran comprados estrictamente “bajo de agua”. Fuera cual fuera la materia, nunca pasaba un día sin leer algo. Pero en Holte estudiamos poesía, a Shakespeare y a Homero. Me volví bueno para los ejercicios de composición porque mi imaginación, que siempre había sido muy vivaz, trabajaba horas extra».
Toda esto aportó la base para que Geezer expresara sus ideas acerca de la guerra («War Pigs)», la sociedad («Children of The Grave»), el consumo de drogas («Snowblind»), su afición por la literatura fantástica («The Wizard»), la búsqueda del propio camino («Under The Sun»), críticas a la iglesia («Dear Father») y su vuelta de tuerca a las canciones de amor (el diablo enamorado en «N.I.B.»). «Quería reflejar la realidad en la que vivíamos. Mucho de esto estaba basado en la religión. Crecí en un entorno severamente católico, lo que me ayudó con el lado espiritual de las cosas. La guerra de Vietnam estaba en pleno furor y nosotros pensamos que nos veríamos arrastrados ahí», comentó para el portal Rock Cellar.
4) Denostados por la crítica, exprimidos por sus mánagers, atrapados por el mucho consumo de alcohol y estupefacientes, Geezer se sorprende de que todos los integrantes originales de Black Sabbath (faltaba mencionar al baterista Bill Ward) sobrevivieran más allá de los años 70. «No siento mis años, lo cual podría sorprenderlos, dado que estuve en una banda de rock por medio siglo. Seguro se debe a la dieta vegetariana», escribió en el epílogo. «Ya acepté mi pelo gris, al contrario de los viejos rockeros que tiñen su cabello de negro a sus setentas. ¿A quién quieren engañar? Se ven como si usaran pelucas; algunas lo son, probablemente».
Ahora, con tres cuartos de dólar en el bolsillo para ajustar sus 75 años, es un abuelo cariñoso (acompaña a sus nietas a los conciertos de Taylor Swift), sigue apostando por el Aston Villa y el seleccionado nacional inglés de fútbol cada vez que asiste al Mundial y la Eurocopa y retomó comunicación con Ozzy Osbourne luego de que cierto malentendido entre sus esposas impidiera que los mensajes que se enviaban llegaran a sus destinatarios. Tampoco descarta el regreso de Black Sabbath por un concierto más aunque todo depende de cómo estén de salud: Ozzy lidia con el mal de Parkinson, el linfoma que aqueja a Tony Iommi está en remisión, siguen las dudas acerca de que Bill Ward se encuentre en facultades para tocar la batería. Y uno de estos días prestará juramento para convertirse en ciudadano de los Estados Unidos. «Aunque me sienta inglés/irlandés hasta la raíz y mi acento apenas ha cambiado desde que me fui hace todos estos años», aclaró.
- #GeezerButler
- #BlackSabbath
- #RockLegends
- #HeavyMetal
- #RockHistory
- #MusicLegends
- #BlackSabbathFans
- #HeavyMetalMusic
- #GeezerAutobiography
- #MusicJourney
- #RockIcons
- #MusicHistory
- #ClassicRock
- #BlackSabbathStory
- #RockAndRoll
- #MusicInspiration
- #GeezerButlerLife
- #RockMemoirs
- #HeartfeltJourney