Promiscua musical

Shakira puede interrumpir mi programación

No sé si Shakira es la artista de mi vida, no lo creo, pero sí sé que forma parte de mi banda sonora. Es decir, si hicieran una película sobre mí, el director tendría que incluir un par de sus canciones a fuerzas. Toma nota, Juan Osorio.

Por supuesto, puse en pausa mi ajetreada agenda de promiscuidades musicales y le di play a "Las mujeres ya no lloran", su más reciente disco. Y spoiler alert: la woman sabe lo que hace.

Shakira vuelve a poner la mercadotecnia de su lado y usa su ruptura con Gerard Piqué como bandera de este material. No estoy diciendo que la mujer no sufriera de verdad, es solo que somos chismosos y cada sencillo era una excusa para enterarnos de algo nuevo.

Para las que dicen que la colombiana ya tiene que pasar página, sepan que en este disco supera al futbolista en todo el sentido de la palabra.

En los sencillos previos al lanzamiento, como Monotonía y TQG, además de la sesión con Bizarrap, la Shaki sacó los trapitos al sol, pero este material nos devuelve a la calma. Hay tiradera, hay duelo, pero también conformidad.

Aunque obviamente a todos se les van los ojos en las colaboraciones con Cardi B, Grupo Frontera o Biza volumen 2, quiero destacar unas de las pocas canciones que la artista canta en solitario.

Todos dicen, hasta ella misma creo, que Cómo, dónde, cuándo suena a la “vieja Shakira”, a la de ¿Dónde están los ladrones?. Sí, pero esta mujer lo hace bien hasta cuando se “copia” a sí misma. La canción es un golpe a la nostalgia y más si cuentas que uno de sus autores es Servando Primera, de Servando y Florentino. Bitch, yo crecí con Salserín.

Por otro lado, Tiempo sin verte me hizo fallarle al título del disco. Supongo que está dedicado a Piqué, pero también podría no estarlo. En todo caso nos recuerda que al terminar una relación perdemos más que al novio, al amante o al padre de los hijos, también al amigo.

Nassau, me da la impresión, que es ese ligue/aventura post ruptura que todas deberíamos vivir. Eso sí, tomando nuestras precauciones.

Cuando hablaba de aceptación y conformidad, me refería a Última. Es la etapa final, cuando se nos baja la ira, aunque no la tristeza, y estamos listas para decir adiós.

Me gusta cuando las cantantes le dan a estos discos post-ruptura un tema de “cierre”, porque nos recuerdan que hay vida más allá de los ex. Por cierto, también les recomiendo escuchar Cuídate, en el álbum Triste pero siempre mami, de Corina Smith.

Recuerdo que de chica miraba el canal 31, el MTV de los que no teníamos cable en Guate, y uno de los videoclips que más me gustaba era el de Se quiere, se mata. Muchos años después sigo admirando a esa mujer que puede sacarme las lágrimas a la vez que querer hacerme mover las caderas.

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