San Pedro de Compostela

¿Acaso recuerda usted a #Wolfenstein?

Era 1993 y la distracción mía y la de mi hermano eran los juegos de computadora.

Fue que en mayo de ese año que él llegó con un diskette de 3 ¼ diciéndome que usaría la computadora familiar para instalar un juego que le prestaron. 

El juego se hacía llamar Wolfenstein 3D  y consistía en una pistola dentro dentro de un recuadro. Esa pistola era yo mismo que debía disparar para eliminar a los soldados nazis, abrir y cerrar compuertas, así como recoger cajas de balas, platos de comida, botiquines, copas de oro y hasta platos de concentrado de perro. 

¡Ese juego condenado era altamente adictivo!

Recuerdo que todas las tardes nos turnábamos para jugarlo por más o menos una hora cada uno, que era lo que nos dejaba mi mamá. Recuerdo que fue en mayo de ese año porque en julio nos entregaron notas y yo dejé cuatro materias. No creo que el juego haya tenido la culpa porque en junio fue el famoso Serranazo e ir al colegio era un poco complicado.

Los años pasaron y con mis amigos conocí juegos similares como Doom o Halo, pero no eran lo mismo. Eran más complejos y más sofisticados, pero soy sincero: no hay nada como Wolfenstein. 

Sus laberintos, sus personajes, la historia detrás del juego y hasta su música lo hacen único. El juego que teníamos era solamente el episodio uno de seis que, según explicaba el manual, eran vendidos. Nunca supe de ellos.

Hasta que entré a trabajar a una agencia de publicidad. En esa época, las computadoras Apple traían incluídos varios juegos como el ajedrez y Wolfenstein. No está demás decir que, apenas terminaba mi trabajo de escanear y retocar fotos, yo me dedicaba a jugar un poco de ese juego adictivo.

Ahí logré pasar más niveles y conocer más episodios.  Al final considero que topé el juego y dejó de interesarme. Me dediqué al oficio de fotógrafo, luego al de periodista y terminé como generador de contenidos.

Recién ahora, cuando de manera abrupta tuvimos que regresar al home office momentáneo, encontré una página de juegos clásicos. Ni dudé en buscar ese juego que me trajo varios recuerdos de tardes cibernéticas y regañadas maternales. 

Hoy acabo de terminar el episodio I sin ningún problema. Y ya me pican las manos por seguir jugando los demás niveles. Wolfenstein está de nuevo en la computadora.

Considero que cada persona tiene un juego con el cual se identifica. A mi pareja le encanta Mario Bros en su primerísima edición. Siempre le recuerda su consola que compartía con sus hermanas y cómo pasaba los niveles.

Yo también recuerdo otros juegos, que también encontré en esa página, y que no sé sus nombres. Un juego donde tenía que comprar piezas de carro para poder hacer carreras nocturnas dentro de la ciudad, otro en el que empezaba como karateca y terminaba siendo un samurai en un torneo de artes marciales y otro que recuerdo que el personaje era Dave y que entraba a una casa embrujada para matar fantasmas, cosas gelatinosas y frankensteins grandes.

Ahora. ¿Con cuál juego se identifican ustedes?

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