Luis Gabriel Franco Barrios

Soledad, mi vieja amiga

Caminar por la colonia, a veces, te da paz.

 Hace días salí a caminar, no es nada del otro mundo, pero sí que es un método placentero de paz. Luego de meses sin hacerlo, cedí a la necesidad de salir a tomar un respiro. Eran las 5:40 de la tarde, el sol estaba dando sus últimos latigazos de luz, las nubes comenzaban a acaparar el cielo eterno y los pájaros se marchaban en búsqueda de sus nidos. Era una tarde diferente, se podía notar en el aire.

Llevaba puesto mi sudadero favorito, una pantaloneta negra y mis zapatos grises para correr. Mi cabello descuidado tapaba por completo la vista, junto con la mascarilla, que no me dejaba respirar con tranquilidad, a pesar de esto me sentía bien.

Existe una playlist planteada para este tipo de salidas, sinceramente solo escucho tres canciones, pero el sentimiento que estas generan es indescriptible. Puse los audífonos en su lugar y comencé a dar los primeros pasos.

El primer tramo de la ruta es mi favorito. Un pasillo gigante que, gracias a una barrera de cemento, determina el fin de la colonia. Es un lugar desierto, muy pocas personas pasan por esas calles, eso lo hace aún más especial. Cada paso era relajante, en serio necesitaba eso, me sentía desubicado, como si no estuviera haciendo bien las cosas, estaba devastado y pensativo. De nuevo caí en uno de esos bajones profundos, una cachetada de realidad me pegó fuerte y estaba intentando asimilarlo. El camino largo terminó, era hora de girar y seguir con la caminata, mientras tanto sonaba Nutshell de Alice in Chains, la letra comenzaba a tomar sentido.

Mis pasos eran cada vez más cortos, como si no quisiera terminar el recorrido, realmente no quería hacerlo, pero mi prioridad era escapar de ese bajón. De repente me encuentro frente a la entrada del parque de la colonia. Había mucha gente, algunos descansando y otros jugando como si no tuvieran penas, la mayoría no tenía mascarilla, ¡qué ineptos, si me lo preguntan! Decidí alejarme de todos, no quería tener contacto con nadie.

La música seguía retumbando, el volumen estaba al máximo y no podía escuchar nada del exterior, eran mis pensamientos y yo, nada más. Me puse a cuestionar mis pensamientos ¿Qué me llevó a sentirme de esta manera? Por un momento me enfurecí por completo, recordé cuál era el problema, no podía hacer nada para arreglarlo y la única opción era confiar, cosa que en ese momento no podía hacer.

Las emociones se encontraban en constante lucha, todas querían salir a flote y yo se los permitía, era lo que necesitaba para sanarme. Estaba tan concentrado en mi mente, que no me di cuenta y cruce sin ver a los dos lados. Escuché un bocinazo, había un carro detenido a mi costado y yo me encontraba en medio de la calle. Pedí disculpas y seguí con mi camino. De alguna manera seguía con vida, al parecer no era mi momento, esa era mi excusa que suplanta mi error.

Regresé a la vida real, levanté la mirada y el sol estaba a punto de ocultarse. El cielo se pintaba de un color naranja pálido, indicando que era hora de regresar. Tomé la misma ruta para mi regreso, pero esta vez iba más relajado, ya no estaba molesto, tampoco me sentía perdido, estaba feliz. De repente suena More Than a Woman de los Bee Gees, una canción muy importante para mí ya que me recuerda a alguien especial, sonreí de nuevo y seguí mi camino.  

El cielo estaba despejado, las nubes habían desaparecido por completo y el frío me abrazó de manera repentina, pero no me importó, yo estaba relajado y en paz. Necesitaba un respiro, alejarme de todo lo que me mantenía anclado a sentimientos demoníacos y retorcidos, necesitaba estar solo. La soledad me llamaba constantemente, no podía resistirme ante esa tentación amarga. Salí a encontrarme con ella, quería que nos viéramos de manera discreta y silenciosa, como si de un amor prohibido se tratase. 

Acepté su invitación, realmente necesitaba encontrarme con ella y disfrutar por un momento esa paz y sentimiento de sentirse solo. Temo qué vuelva en busca de mi alma, no soy capaz de resistirme y sin ella la fluidez de mis pensamientos no avanzan. Ingrata soledad, te niego por completo, pero te necesito para escribir, sin ti esto no funcionaria, no seria nadie. Gracias por maldecirme con un don tan complejo y enredado. 

El playlist completo está acá

https://open.spotify.com/playlist/4PBCik8JurD2IpGRNiWEkD?si=rJjmgL7eQfCqguO2N7QUfg&nd=1

Última modificación Martes, 02 Febrero 2021 10:58
(2 Votos)

Deja un comentario

Asegúrate de ingresar todos los campos marcados con un asterisco (*). No se permite el ingreso de HTML.

  1. Lo más comentado
  2. Tendencias

Cerati

0

Por Eduardo Villalobos

El vacío que Mickey 17 nos obliga a ver

Una película que se debe ver una vez en la vida.

Por Gabriel Arana Fuentes

Vi la saga Final Destination 25 años des…

No es la gran cosa, pero entretiene.

Por Gabriel Arana Fuentes

INTENSIDAD...

...

Por Rubén Flores

next
prev