
- Ciudad Bizarra
- Publicado
- ¡Sé el primero en comentar!
- 4 a 7 min. de lectura
- Leído 184 veces
Luis Alfredo merece descansar en paz
Reconozco que Luis Alfredo me aguantó varias bromas blasfemas. Como sabía lo fuerte que era su catolicismo, lo buen católico que procuraba ser -algo admirable en este triste país- yo, siempre que podía, le hacía alguna broma sardónica de Jesús, la Virgen y los demás.
“¡Bueno, usté, no pele! ¡Ala Gabriel, qué lépero es usted!..”
Pero en el fondo sabía que lo que quería era joderlo, no ofenderlo, y creo que él lo sabía. Hubo algunas muy buenas con las que casi hice que se riera. Eso es lo que me queda luego de saber su muerte.
La última vez que hablamos fue en la entrada del Diario de Centro América, iba a proponer un proyecto que se me ocurrió con unos jóvenes universitarios y luego del saludo me dijo:
“Gabriel, permítame decirle que está hecho un cerdo… ¡Ta galán! ¡Robusto!”
-Jajajaja, Luis Alfredo, y usted qué cree. Recuerde que los últimos meses en Siglo no comíamos. Café con pan y drogas era mi dieta.
Nos carcajeamos. Agarraba la onda Luis Alfredo.
Fuimos tan cercanos como lo pueden ser dos compañeros de trabajo de áreas distintas. Él como jefe de diseño en Siglo.21 y yo como reportero/coeditor/editor de Vida en los 8 años que trabajamos juntos, eso hasta que me echaron y él decidió renunciar, pocos días de diferencia, debo decir. Fuimos tan amigos como lo pueden ser un papá católico dedicado a su familia con un apóstata salido y cínico como yo.
Pero había algo que le encantaba a Luis Alfredo, hablar de historia, conocimiento musical o deportivo. Era una biblioteca de cultura pop. Solía transmitir sus conocimientos con un vocabulario de señor, de don, palabras casi prediluviales. Hace unos meses, todavía le escribí para que me ayudara en un curso que yo impartía en la universidad.
Que él se describa con sus palabras.
[1:34 p. m., 25/9/2020] Hola Luis Alfredo, vengo esta nublada tarde de viernes con una pregunta aleatoria..... ¿Recuerda aquella historia que me contó de Rafaella Carrá en Guate? ¿usted estaba en ese concierto?
[1:33 p. m., 25/9/2020] Luis Alfredo: Buenas tardes Gabriel… Saludos… La noticia la vi en Aquí el Mundo... Don Otto Fernando Soberanis era el presentador de ese horario... Al mediodía…
[1:34 p. m., 25/9/2020] Gabriel Arana Fuentes: Tssss muchas gracias, en serio usted, esas historias me ayudan en las clases con los estudiantes.
[1:37 p. m., 25/9/2020] Luis Alfredo: Vaya sino... Rafaella estaba cantando... Fiesta... Que fantástica fiesta... Cuando el pollo subió al escenario y se le abalanzó a besarle las piernas... Y ella con su cola del vestido tipo Carmen Miranda... ??
[1:38 p. m., 25/9/2020] Gabriel Arana Fuentes: JAJAJAJAJAJAJA… ese serote… jajajaja
[1:38 p. m., 25/9/2020] Luis Alfredo: Habían tomas cuando intentaba subirse al escenario... Y al fin lo logra... Vaya sino había motivación… Usted sí que tiene retentiva para este tipo de anécdotas... Ya ni me acuerdo en qué momento platicamos de esto... ?
[1:41 p. m., 25/9/2020] Gabriel Arana Fuentes: JAJAJAJAJAJA, es que las historias son geniales usted, fue algún día de cierre, de seguro, en esas horas es que uno habla de esos temas.
[1:42 p. m., 25/9/2020] Luis Alfredo: ¡Cabal! En las coberturas de domingo... Oscar, Sag, Emmy, etc…
[1:45 p. m., 25/9/2020] Luis Alfredo: ¡Oh!... La otra historia del chavo del grupo Opus que le besó la nalga a Cristha Wellmann, Miss Guatemala... ?
[1:46 p. m., 25/9/2020] Gabriel Arana Fuentes: ¡Neeeeeeeeeeeeeeeel! puta madre ¿en serio?
[1:45 p. m., 25/9/2020] Luis Alfredo: Fue un concierto en el Mateo Flores... Lo trajo FM 95… Hicieron mierda los baños y todo un vergueo... Y para sellar con broche de oro, los invitan a la elección de la Miss.. Y la cereza del pastel…
[1:48 p. m., 25/9/2020] Gabriel Arana Fuentes: jajajajajaja, la mara, así bien corriente…
[1:49 p. m., 25/9/2020] Luis Alfredo: Fue el único concierto que se atrevió organizar los radio corporación... Lección aprendida... ?
[1:58 p. m., 25/9/2020] Gabriel Arana Fuentes: mi bella guate vaa…
La siguiente vez que hablamos fue el 17 de enero de este año, cuando me enteré que su mamá había muerto por Covid-19. Tengo entendido, sin mucho detalle, que el virus le pegó fuerte a la familia.
Luis Alfredo tenía una voz con matices de profundidad que, junto a sus, no sé cuánto medía pero fijo más que de 1.83m y su manera tan pulcra de vestir lo hacían un personaje de la redacción. Jamás lo ví con una playera, siempre con camisa formal.
Para quien no es periodista, hay algo que ocurre en los diarios, a la hora del último cierre, quizá entre 22:00 y 01:00 horas, las conversaciones en los diarios son raras, conversaciones de medianoche. Nadie quiere estar en la oficina, pero por chance toca estar. Era en esos momentos que conversábamos para matar el tiempo. Que si la película, que si el disco. Que la procesión. Le encantaban las procesiones y hablar de ello. Yo le hacía preguntas honestas en esos momentos. Se le iluminaba la cara cuando hablaba de eso.
Fue en esas noches de cierre que me contó la historia de su mamá, de la muerte de su padre y lo que tuvieron que hacer para salir adelante. Al menos un par de veces me contó la historia de lo importante que era para él y su esposa ser padres, lo que les costó y cuánto quería a su hijo.
Con Luis Alfredo y otro grupo de trabajadores de Siglo.21 y AlDía demandamos a los esbirros de Roxana Baldetti, nos deben cinco meses de salario, más prestaciones. Cuánto tiempo invertimos en reuniones, citas en ministerios y él en diligencia en el IGSS para que se le reconociera su tiempo de trabajo. Su salud le preocupaba. Ganamos la demanda, y no hemos recibido nada aún.
Así son las cosas en este triste país, podés ganar una demanda laboral para que la ley reconozca que te deben dinero, pero no podés ganarle al sistema. Que venga un positivo tóxico a decirme que querer es poder. Que venga.
Seguramente con Luis Alfredo no todo fue miel sobre hojuelas. Habrá quien tenga malos recuerdos, pero yo no, y si los tuve fue por cosas técnicas de las dinámicas de un diario. Entregar textos tarde, alargar horas de cierre, pasar muchas o pocas fotos a diseño, tontería que ahora no significan nada.
Lamento su partida por Covid, Luis Alfredo, espero la muerte lo haya encontrado en paz, en el Parque de la Industria. Creáme Luis Alfredo, de verdad se lo deseo, en serio espero que todo en lo que usted creía sea cierto, se merece que lo sea. Que se encuentre ahora en la Casa del Padre, esa que tienen muchas habitaciones, que se encuentre con el papá y la mamá que tanto respetó y amó. Que encuentre la justicia divina.
Recordaré las conversaciones que tuvimos, los detalles históricos de las procesiones, aquella borrachera que nunca nos pudimos poner porque usted era demasiado responsable. Recordaré lo que pueda. Que encuentre el descanso eterno Luis Alfredo. Adiós.