
- Burbuja Pop
- Publicado
- ¡Sé el primero en comentar!
- 2 a 3 min. de lectura
- Leído 403 veces
Kenshin, líbranos del mal
“De nada sirve conocer mi nombre para quien está a punto de morir”, eso fue lo último que escuchó aquél asesino que pretendía matar a Shinta. Él era un huérfano –sus padres habían muerto de cólera un año atrás– y tenía solo un día de conocer a Kasumi, Akane y Sakura, tres prostitutas que lo intentaron proteger. Cuando la caravana de traficantes en la que iban, fue estragada por un grupo de ladrones, frases como “es solo un niño, no lo maten”, fueron algunas de las palabras que con el último aliento, gritaron con pavor.
Esa noche de luna llena, Shinta, inmóvil, y sin saber si era su último día en un mundo en el que el mal no se detiene, pudo ver como Hiko Seijūrō, su futuro maestro, aniquilaba con su katana al asesino. Luego de salvar la vida de Shinta “por casualidad”, según sus palabras Hiko lo dejó a su suerte. A la mañana siguiente, el misterioso samurái regresó al lugar de la masacre. Allí permanecía Shinta, quien terminaba de sepultar con sus manos, a todos los muertos de la masacre. “Niño, ¿tu nombre? –Shinta [corazón grande] – un nombre débil para un guerrero. Ahora te llamarás Kenshin [corazón de espada]… te enseñaré a usar la más poderosa de las armas”.
Ese es el plot de las OVAS de Samuraí X, serie que se emitió en Japón en la segunda mitad de los años 1990. A mis manos llegó a finales de 2001 y la historia permaneció en mi memoria. Era el origen de una de los asesinos más cruentos que ha caminado sobre la tierra. Pero la serie, o más bien, e universo de este manga/serie/películas no es una apología al asesinato, es una muestra de la caída del mundo samurái, hace 150 años, cuando estos dejaron de ser útiles. Incluso a ser perseguidos.
Ahora, me perdía una madrugada en los bites de información de Netflix y me topé con la trilogía de cintas adaptadas a la vida real de esta serie: Kenshin, el guerrero samurái; Infierno en Kioto y El fin de la leyenda. Todas, dirigidas impecablemente por Keishi Ohtomo e interpretadas por Takeru Satô como Kenshin.
Hacer un Live Action decente del animé es un reto que no cualquiera logra (nadie quiere hablar de la película Dragon Ball Evolution, la recuerdo y grima mi piel). Pero la dupla actor director, parten magistralmente esa idea. El Samurái Kenshin cobra vida y guarda toda la esencia del anime. De ojos pasivos salta a una mirada abismal y despiadada si debe matar actuará como el Hitokiri Battousai (asesino destazador).